lunes, diciembre 30, 2019

Entrevista en Aeternum


La revista Aeternum, dirigida por Tania Huerta, acaba de lanzar su último número del 2019: Discapacidad malévola; donde me han publicado una entrevista en las páginas 6-12, que reproduzco a continuación:

Pueden descargarla gratis en el siguiente enlace:



«No des esa entrevista, ésta será editada no importa lo que quieras resaltar y aquel punto de vista, por el que tú luchabas será ocultado con un titular Y el tergiversar da ganas de llorar No des esa entrevista por nada tú no le tengas miedo porque total: siempre hablan, tienen que hablar siempre hablan, y escondido el titular lleva mala estrella, sin fe no les digas nada de lo nuestro». Rafo Ráez

Aunque, hasta ahora nuestras entrevistas han iniciado sin una presentación, debemos de acotar que el placer de haber hecho ésta a un personaje como Gonzalo, nos ha impelido a ello. 

En una Lima navideña en la que el año se ha ido de las manos como el humo de un pucho frente al mar, lenta y pausadamente y en que por esta época de villancicos y guirnaldas se nos llena el alma con el flujo y la cadencia de una canción relax, se nos vino a la mente, mientras realizábamos la presente, ésta que susurrara: «No des esa entrevista (Gonzalo), esta será editada...». Y sí, nadie más que nosotros sabemos que el tergiversar da ganas de llorar, así que, con una mano en el pecho y la otra en el tintero, les presentamos todo lo que él nos dijo, sin cambiar una coma. 

Así que Gonzalo, no les digas nada de lo nuestro, porque nosotros diremos todo de ti.





¿Cuáles dirías que fueron tus referentes a la hora de generar tu estilo? 




Hay libros que marcaron mi adolescencia como “Ensayo sobre la ceguera” y “El evangelio según Jesucristo” de José Saramago; y otros que leí durante mi etapa universitaria como “Los detectives salvajes” y “2666” de Roberto Bolaño o “Que viva la música” y “El cuento de mi vida” de Andrés Caicedo, que cambiaron mi forma de entender la Literatura para siempre. Luego me interesa la narrativa fría y concisa de escritores norteamericanos como John Steinbeck, J.D. Salinger, Truman Capote, Charles Bukowski, Raymond Carver o Cormac McCarthy, la poesía peruana conversacional de los 60 y 70, con Lucho Hernández y Jorge Pimentel a la cabeza, las distopías de Huxley y Bradbury, los cuentos de terror y ciencia ficción de antologías pulp, los cómics porno de luca del jirón Camaná, todas las narrativas de la memoria sobre el conflicto armado interno peruano, especialmente “Persona” y “Los rendidos” de José Carlos Agüero, “Memorias del soldado desconocido” de Lurgio Gavilán y “Ese camino existe” de Luis Fernando Cueto, por citar literaturas testimoniales que son las únicas a las que les creo cuando se trata de describir el horror. No obstante, mi mayor influencia se resumiría en toda la discografía de The Beatles más los dibujos animados pendejos de los noventa. 



¿Qué género literario es más atractivo para ti? 


A pesar de no escribir poesía, siempre me han interesado las vanguardias poéticas del siglo XX. El teatro del absurdo, el dadaísmo, el surrealismo, el cubismo, el futurismo, toda la locura de Vallejo, Oquendo de Amat y los puneños Peralta. De ahí al género fantástico, terror, horror, ciencia ficción o microficción solo hay un paso. Sin embargo, hay dos aspectos de la literatura (y el arte) que me interesan de manera especial: el humor negro y el erotismo. Una obra que me haga cagar de la risa, o que me impresione por su abordaje estético del eros (porque muchos lo intentan pero…) siempre tendrá mi atención y admiración, ya que ni el humor ni el erotismo poseen muchos espacios para desarrollarse en esta aún decimonónica y rancio-conservadora sociedad peruana que prefiere llorar, conmoverse o indignarse antes que sonreír, carcajearse, y venirse… 

¿Cuándo fue tu primera incursión en el mundo literario y qué relato fue? 

Mi primera incursión sucedió hacia julio del 2007: mi fábula “Taxi”, que un año después apareció en Cuentos pa Kemarse, fue publicada en una revista de Epistemología en la Escuela de Postgrado de la Universidad La Cantuta, dirigida por el filósofo Daniel Del Rosario, quien muy orgulloso de que el hijo de su hermano menor le haya salido escritor, abrió un espacio especial en su revista para promocionar mi obra inicial. Hasta ahora no comprendo la relación entre mi alegoría del alpinchismo millenial con artículos y entrevistas sobre Karl Popper o Habermas. 

¿Tienes un seudónimo? ¿Recomendarías el uso de seudónimos? ¿En qué casos? 

No uso seudónimos, pero sí tengo un heterónimo que surgió tras la propuesta de un amigo cineasta, Manuel Rubio, para escribir junto a Jorge Torres las continuaciones literarias de sus cortometrajes. El resultado se tituló “Tv-Out” y salió con Orem en el 2009. Ni Jorge ni yo firmamos con nuestros nombres legales, sino como Jules Verde & Pink Tony. A mí me pareció mejor así, porque lo escribimos durante la posesión de aquellas entidades. 

¿Dentro de toda tu trayectoria literaria ¿tienes alguna anécdota que siempre recuerdes? 

Varias, pero ahora solo se me viene a la memoria cuando trabajaba en una librería del Mal, en Trujillo, donde tenía hasta 30% de descuento en libros y aprovechaba cada quincena para llevarme los volúmenes de poesías completas que ordenaba en los estantes: Allen Ginsberg, Alejandra Pizarnik, Javier Heraud y, cuando iba a comprar el box set de Antonio Cisneros, no sé por qué lo dejé y nunca me llevé su libro. Un par de años más tarde, en 2012, ya como periodista me tocó cubrir la Feria del libro de Trujillo; y en la cafetería vi a Toño sentado en una mesa con Arturo Corcuera creo, no recuerdo, pero como sabía que el poeta era jodido, porque había leído otras entrevistas suyas, arrugué en acercarme. Realmente no había investigado su obra a profundidad y lamenté no haberme comprado aquel librito, peor cuando pocos meses más tarde el buen Toño fugó del tercer planeta. La moraleja de esta historia es: compren nomás ese librito, aunque parezca que te vas a quedar misio, con el pasar del tiempo ni te acuerdas cuánto te costó; pero el volumen permanecerá en tu estante. 

¿Qué haces cuando no tienes inspiración? ¿Cómo lo afrontas para seguir escribiendo? 

Eso de la inspiración ocurre, pero no siempre, y ello vuelve azaroso el asunto porque no siempre llegan ideas impresionantes. Luego, si has trabajado en el periodismo te terminas acostumbrando a escribir de puro oficio. A veces casi como un “free styler” a quien se le ocurren las mejores líneas de forma instantánea (y obligados por las circunstancias). Esa práctica me ha ayudado a afrontar con relajo la hoja en blanco. Por otro lado, no suelo obligarme a escribir, y menos publicar si no hay aún nada “publicable”. Hay cuentos que he tenido años dando vueltas en mi cabeza y cuando al fin me siento frente a la laptop, ya están como listos; y hay otros que tienen dos, tres, cuatro versiones y aún sigo buscándoles final. Siempre he pensado que más que escribir es corregir. 

¿Lees literatura de terror? ¿Qué autores peruanos de terror o ciencia ficción recomendarías? 

No he sido lector de terror ni de ciencia ficción. Más he visto películas de dichos géneros durante toda mi vida. Recién los últimos años me he puesto a leer antologías y revistas de terror y ciencia ficción. Ello me ha llevado a conocer autores caletas como Carlos Carrillo con su “Para tenerlos bajo llave”, libro maldito de cuentos de horror y quizá el único en Perú que tenga narraciones que dan miedo en serio, y no se quedan puramente en la imagen o la metáfora, ahí están “El legado de los carpatos” o “Si a trece le quitas cuatro tienes nueve” como muestra de su perversión. Por otro lado, en Barcelona me sorprendió que amigos, autores o críticos, como el profe David Roas (en sus clases) y todes sus discípulos, ponderaran sobremanera “Ajuar funerario” de Fernando Iwasaki, libro que yo desconocía hasta que me animé a leerlo en la biblioteca de la Pompeu Fabra y ahora se ha vuelto uno de mis referentes para motivar la lectura de narrativa fantástica peruana. De ahí, otras obras peruanas del género que me parecen alucinantes son “Historia de Manuel de Masías, el hombre que inventó el rocoto relleno y cocinó para el diablo” de Carlos Herrera, “El otro monitor” de José Güich, “Un mundo mujer” de Alejandro Neyra, “Quipucamayoc” de Daniel Salvo, “Casa” de Enrique Prochazka, los cuentos de “Es solo un viejo tren” de José B. Adolph (de hecho, todo Adolph), y de “Historias de bolsillo” de Harry Belevan y, claro, el alucine cyberpunk de “80M84RD3RO” de Czar Gutiérrez, el primer libro peruano del siglo XXI. 

En tus últimos cuentos de horror y ciencia ficción aparecidos en diversas antologías y revistas siempre resalta el aspecto de lo erótico, ¿crees que es un tópico poco explorado en la narrativa fantástica? 



Los dos paradigmas de lo fantástico para muchos de mis amigos lectores de Literatura siempre suelen ser dos fachos socialmente aceptados, incluso por los izquierdosos, como son Borges y Lovecraft. El argentino es el padre de toda la literatura hispanoamericana, mientras que el padre del horror cósmico es el referente obligado para los fanáticos de la narrativa de terror. Sin embargo, yo no soy muy lector de ambos. Me he psicoanalizado para entender el porqué de atesorar sus libros si nunca los leo; la respuesta es simple: carecen de erotismo. Justo hace poco polemizaba Fresán[1] sobre la frialdad de Borges para abordar el amor, que Borges podía ser todo, pero no sabía escribir sobre el amor, o algo así, una provocación segura para causar resquemor entre sus feligreses y titulares para muros hipsters. Quizá el que Borges y Lovecraft sigan siendo los autores cabeceras para muchos noveles y consagrados escritores del género fantástico haya hecho que en cuestiones de amor y sexo, también se queden mudos. Por mi parte, yo siempre le voy a poner erotismo a mis cuentos de terror y ciencia ficción, sino qué aburrido sería todo, ¿no? Y así también lo entiende el viceministro sádico Carrillo, y mi hermano Jules Verde que este año publicó su “SxT”, en Argentina, el primer cuentario peruano químicamente porno. Así como al poeta chepenano Ray Paz le editaron su “Porn*Art”, primer poemario peruano deliciosamente porno, en México. Se viene a mi memoria otro cómic enfermazo: “Las moscas no vuelan de noche” (2010) de Carlos Lavida y César Santiváñez, que a la sombra de la actual dictadura de lo políticamente correcto, se podría denominar como un cómic proscrito. Sin embargo, las mujeres también han publicado erotismo durante esta década, ahí está Sandra Campó con su “Hoy tengo ganas de mí. Siete historias de masturbación femenina” o “El amor viene en un estuche de 6x6” de Viviana Gálvez, en narrativa; y un poemario tan necesario como “Blue tragedy” de María Font que tanto bien le hace a la literatura peruana de este siglo. Además, gracias a las publicaciones de Cthulhu me he ganado que no soy el único que piensa así: el pionero de este horror erótico Pablo Espinoza Bardi con su “Insectario”, en Chile, Rigardo Márquez Luis con su “Circo de la inmundicia”, en México, Víctor Grippoli con su editorial Solaris en Uruguay o los argentinos Rogelio Oscar Retuerto con “Las elegidas” y Ariel S. Tenorio desde la arriesgada The Wax. Sin contar a todos los españoles que escriben guarrada y media en las antologías de Cthulhu, creo que esos serían todos…

Tus lectores te asocian más a la narrativa fantástica, de terror o ciencia ficción; no obstante, tu último libro “Pave-pavas” (PBC, 2019) son crónicas de viajes con fumadores de marihuana donde no ocurre nada sobrenatural, ¿en cuál estilo te sientes más a gusto? 

Me gusta saber que ninguno de los libros que he publicado repite temáticas y estilos. Comencé con lo fantástico y el terror, pero luego me derivé a la experimentación y vanguardia, pasando por la microficción y el porno zombie, hasta llegar a las crónicas gonzo del “Pave-pavas”. Creo que la aparición de este “happy book” resulta casi como una broma para mis últimos lectores, acostumbrados a mis cuentos de horror erótico y grotesco. Eso es lo más bacán, hay escritos míos para todos los gustos. 

¿Actualmente tienes algún proyecto literario en mente? ¿De qué se trata? 

Está saliendo una compilación de mis cuentos de horror erótico y sci fi porn escritos durante mi estadía en Barcelona. Se titula “Caleta” y su lanzamiento es inminente para el verano 2020. 




domingo, diciembre 08, 2019

John Lennon U__U



Nobody loves you when you're down and out
Nobody sees you when you're on cloud nine
Everybody's hustlin' for a buck and a dime
I'll scratch your back and you scratch mine


I've been across to the other side
I've shown you everything, I got nothing to hide
And still you ask me do I love you, what it is, what it is
All I can tell you is it's all show biz
All I can tell you is it's all show biz

Nobody loves you when you're down and out
Nobody knows you when you're on cloud nine
Everybody's hustlin' for a buck and a dime
I'll scratch your back and you knife mine

I've been across the water now so many times
I've seen the one eyed witchdoctor leading the blind
And still you ask me do I love you, what you say, what you say
Every time I put my finger on it, it slips away
Every time I put my finger on it, it slips away

Well I get up in the morning and I'm looking in the mirror to see, ooo wee
Then I'm lying in the darkness and I know I can't get to sleep, ooo wee

Nobody loves you when you're old and grey
Nobody needs you when you're upside down
Everybody's hollerin' 'bout their own birthday
Everybody loves you when you're six foot in the ground

domingo, noviembre 24, 2019

Rigardo en la Feria de Ricardo


El próximo domingo 1 de diciembre a las 2 p.m. en el auditorio Antonio Cisneros de la Feria del Libro Ricardo Palma de Miraflores presentaré junto a Marcia Morales y Randall Markowsky el libro de cuentos "El circo de la inmundicia" del escritor mexicano Rigardo Márquez. Quedan invitados al after... 

Acá el link al programa completo: 

https://cpl.org.pe/feria-ricardo-palma/


sábado, noviembre 02, 2019

Ven ten mi muerte en Contrafáctica


Siete años después, mi vapuleada nouvelle porno-romántico-zombie "Ven ten mi muerte" (Orem, 2012) sigue generando reseñas de críticos preocupados por la producción Z a nivel nacional. Es el caso de Richard Rimachi, egresado de Literatura en San Marcos, quien el año pasado me invitara a un conversatorio sobre Literatura peruana zombie en la librería Casa Tomada. Allí compartí mesa junto a Hans Rothgiesser y Poldark Mego, autores de las sagas "Requiem" y "Pandemia Z", respectivamente. 

Transcribo las palabras que Richard dedicara a mi novelita de humor zombie (sí, al parecer alguien comprendió mi idea, al fin) en su artículo titulado: "Muertos escritos, zombies peruanos": 

"Tras todo lo anterior, en 2012 tendríamos una novela publicada en físico y centrada en historias de este tipo. Me refiero a Ven ten mi muerte I. Una balada, de Gonzalo del Rosario, un texto repleto de sarcasmo y de referencias cinéfilas, rockeras y de otros campos populares. Dos jóvenes intentan sobrevivir en medio del apocalipsis, pero el chico es infectado por uno de los muertos y a partir de entonces su transformación será paulatina. Como si no hubiera nada más que perder, su supervivencia posterior se verá caracterizada por la adrenalina y el sexo sin ninguna regla ya impuesta. Es una novela ciertamente curiosa. La visión humorística no abunda en las otras novelas como lo verás a continuación. Ah, no ha salido aún ninguna segunda parte y no hay visos de que vaya a ocurrir, por ahora al menos".

Acá les dejo el link directo al artículo completo: 

https://contrafactica.site123.me/art%C3%ADculos/muertos-escritos-zombis-peruanos

jueves, octubre 31, 2019

De "Inundación" a "Qué más puedes hacer"


La revista latinoamericana de ciencia ficción Espejo Humeante, dirigida por Rafael Tiburcio García, acaba de publicar mi cuento "Inundación" en la página 37 de su cuarto número (de aniversario) dedicado al Eco Terror. Se agradece el intenso remix a esta historia de amor en tiempos de cambio climático extremo, bajo el título de "Qué más puedes hacer". 


VERSIÓN DESCARGABLE:
https://lektu.com/l/editor…/espejo-humeante-ecoterror/12076…

LECTURA EN LÍNEA:
https://issuu.com/espejohumea…/…/04_espejo-humeante_2019-10…

domingo, octubre 20, 2019

Gore, erotismo y Literatura en Piso Kinto


El próximo sábado 26 de octubre a las 4 p.m. participaré en el conversatorio denominado: "Gore, erotismo y literatura" en el Piso Kinto (altura de cuadra 1 de avenida Brasil), evento organizado por editorial Cthulhu, en el cual también presentaré uno de sus últimos libros: "El circo de la inmundicia" del narrador mexicano Rigardo Márquez. Ahí los espero para el after... 

martes, octubre 01, 2019

Noche de Terror con El Gato Descalzo


Conozco a Germán Atoche desde hace varios años. Con su Gato descalzo fue uno de los primeros editores en difundir mis cuentos de terror y ciencia ficción en fanzines limeños. 


Ahora, por el séptimo aniversario de su editorial, lanzó una nueva antología "Lo Imposible" que incluye mi cuento "Lo que sea" y que será presentada el sábado 26 de octubre a partir de las 5 p.m. en la Alianza Francesa de Miraflores (avenida Arequipa 4595). Ahí nos vemos ps...  

domingo, septiembre 15, 2019

Zombie Love en México


"Zombie love" es uno de mis cuentos favoritos de la última camada (porque fue un cague de risa desde su composición hasta su edición) y me alegra mucho más ahora que ahora será publicado en físico en la "Antología Zombie II" de la editorial mexicana Endora, junto a otros autores latinoamericanos de género Z. Aunque antes había aparecido con The Waxxx por tierras argentinas en su antología "No tan muertos", solo fue de manera virtual. Ya muy pronto en Perú con "Caleta"... 

domingo, septiembre 08, 2019

Here comes the sun en Aeternum


Mi cuento postapocalíptico "Here comes the sun" ha sido incluido en la última edición de la revista de literatura oscura Aeternum, que dirige Tania Huerta. Es la primera publicación peruana que acoge esta historia previamente aparecida en un par de portales mexicanos dedicados a la literatura fantástica como son Fantastique y Chirimbolo

Pueden descargar gratis el número en este link: 

miércoles, agosto 21, 2019

Pave-pavas en La Datera


La semana pasada, por ahí, Jules me preguntó si ya había respondido al mensaje que dejaron en el inbox del fanpage PBC ediciones; yo, como nunca chekeo zas wadas, me demoré pero igual les mandé la información solicitada por La Datera, boletín editorial para smartphones, proyecto ganador de los Estímulos económicos para la cultura del Ministerio de Cultura 2018.

Saludo y celebro la aparición de La Datera que se proyecta y difunde la Literatura peruana caleta y de provincias (en la práctica es lo mismo) y que ya va por el séptimo número, en donde tuvo a bien reseñar my beloved "Pave-pavas", que sigue dando la hora csm... Cito la editorial del último número:  


A MANERA DE EDITORIAL

Editorial Colmillo Blanco reedita las crónicas del periodista Luis Miranda. Desde la ciudad de Ica, PBC Ediciones apuesta por estilos narrativos más libres y presenta un libro con historias que se alejan de toda corrección. La cusqueña RCQ publica la tercera edición del libro de cuentos del narrador apurimeño Niel Palomino Gonzales. Maquinaciones Narrativa rescata un libro de relatos publicado por primera vez en 1919 y Editorial Máquina Purísima reedita prolijamente uno de los poemarios más íntimos de Blanca Varela.

Cinco títulos. Un puñado de publicaciones que evidencian —una vez más— el tesón con que las editoriales independientes peruanas continúan apostando por crear cultura —y contracultura— a través de la literatura en nuestro país. Un trabajo valioso siempre a la espera de personas con espíritu curioso que quieran sumergirse en las páginas de alguno de sus libros. Las puertas siempre estarán abiertas.

LA DATERA

Así lo acaban de postear en su Feis:


Desde Ica, Pbc ediciones presenta ‘pave-pavas’, del trujillano Gonzalo del Rosario. 18 historias en las que el lado oculto de nuestras ciudades es revelado por las confidencias de un inquieto consumidor de marihuana.😉

➡️ Dato: El libro cuenta con una sección especial: un nutrido soundtrack "fumeke". 😊


Ahora los dejo con la reseña en sí:

Gonzalo del Rosario 
pave pavas

Antología de crónicas viajeras escritas con estilo coloquial y callejero. Dieciocho historias en las que el consumo recreativo del cannabis es protagonista. Una mirada distinta —sin prejuicios ni arquetipos— a las vidas de sus numerosos consumidores en diferentes ciudades de nuestro país.

Si quieren leer el séptimo número completo, acá les dejo el enlace:

domingo, agosto 11, 2019

Lo que sea en Teoría Omicron

Cuando escribí "Lo que sea" quería titularlo "Cuento escrito en el cuarto piso del Campus de la Ciutadella de la Universitat Pompeu Fabra un viernes santo por la tarde", pero me pareció muy pretencioso para una desas historias que nacen como ejercicios obligados para quien se alucina escritor y no puede desaprovechar la oportunidad para escribir algo sobre lo que luego se pueda contar, en especial si ocurre fuera de casa... y ese lugar es Barcelona... en fin, solo me sirvió para recordar lo lejos que andaba de mis patas malogrados del barrio... Los Chalis... del centro de Trujillo.

Ahora lo pueden leer gracias a la revista ecuatoriana Teoría Omicron, especializada en fantasía y ciencia ficción, dirigida por Cristián Londoño Proaño.

Acá el link directo:

jueves, julio 04, 2019

Pave-pavas en la Anti-FIL 2019


No se pierdan del miércoles 31 de julio al domingo 4 de agosto la Anti-FIL 2019 que va a estar lokasha en la Asociación Guadalupana (avenida Alfonso Ugarte 1398, Breña) y donde, como era de esperarse, cerraré la gira de lanzamiento del "Pave-pavas" (PBC ediciones, 2019). 

Ya en la versión 2017, tras mi regreso de Barcelona, presenté junto a María Font y Melissa Belevan la reedición de "Cuentos paKemarse" y esta vez repetiremos plato solo que junto a mi actual editor, mi partner literario, Jules Verde. 

La cita es para el domingo 4 de agosto a las 4 p.m. en la Sala Anti. Agradecimiento especial a Franco Osorio-Antunez de Mayolo Paredes por el empuje y la oportunidad para dialogar sobre esta obra cannábica en su evento contracultural.


lunes, julio 01, 2019

"Pánico por Chiclayo" en Tártarus y Tóxicxs



Sigue siendo "Pánico por Chiclayo" el cuento más difundido y compartido de mi última camada de horror erótico y sci-fi porn. Escrito una mañana de febrero del 2017 en la biblioteca de Comunicaciones de la Universidad Autónoma de Barcelona, esta especie de crónica roja de página central de diario chicha peruano, ha reaparecido en el número #15 de la revista Tartarus, de Linares, Jaén (España), que dirige Verónica Cervilla. Acá les dejo el link:


Mi cuento abre esta edición en las páginas 4-5. Todo un honor. 

Así también, la revista Tóxicxs, desde Santiago del Estero (Argentina), proyecto literario independiente editado por Rocío Villa, Diana Beláustegui y Alfredo A. Díaz, compartió en su número debut este "Pánico por Chiclayo" que sigue cruzando las fronteras... Click aquí para descargar del pdf.

Les dejo este dibujo de uno de mis estudiantes tras leer el cuento en cuestión...

That's so creepy man... and also disgusting...

miércoles, junio 26, 2019

"Pave-pavas" por Katherine Medina Rondón

De la gira del "Pave-pavas" por el sur del Perú nos queda esta columna redactada por la poeta arequipeña Katherine Medina Rondón para el Semanario Vista libre, la cual salió en su edición del lunes 24 de junio, día del campesino. Y siguen los comentarios...

sábado, junio 22, 2019

Pave-pavas en Puno!


Durante mi infancia pasé dos veranos inolvidables en Puno. Luego he visitado un par de veces más, tras acabar la universidad, la tierra de Oquendo de Amat y los hermanos Peralta. 

La crónica de aquel retorno está escrita en "Pavepavas" y por eso es toda una regresión para mí presentar tonite este libro junto a los escritores Katia Vila Mamani y Amox Zuñiga en el bar Positive del jiron Lima 382 a las 8 p.m. 

Bajen que habrá tocada hip hop con Mafia Natural... avisada queda la gente legalize que ande por el Altiplano.

El arte del flyer, como siempre, a cargo del genial Rafael Vigo Sosaya...

lunes, junio 17, 2019

Howard Varas sobre "Pave-pavas"

Los Pave pavas y las aventuras de Del Rosario


Hace unos días, en una feria universitaria de libros, acompañado de un tío con aires de jurista, encontré uno de los libros más hilarantes que haya podido leer en los últimos tiempos: Pave pavas, del irreverente escritor trujillano Gonzalo del Rosario, título editado por la editorial especializada PBC Ediciones, de Jules Verde y compañía.

De inmediato compré el Pave pavas, escogiéndolo entre otros muchos libros de colección, y lo guardé en mi mochila para la “hora adecuada”, mientras sentí la expresión de extrañeza de mi joven amigo, extrañeza que se advertía en su inminente y a la vez clásica pregunta, ¿de qué trata el libro?, haciendo un mohín al advertir la portada de mi más reciente adquisición bibliográfica. Sin embargo, pude entender dicho asombro mezclado con disgusto, pues, acostumbrados como los jóvenes abogados están, únicamente consultan, ya sea por placer o fuerza mayor, libros de leyes, doctrina, códigos, prejuzgando otro tipo de textos, obviando, las más de las veces, muchas joyas de la literatura peruana y universal que, a priori, ningún filósofo, jurista o científico que se respete podría obviar (¿cómo obviar a Dostoviesky, Victor Hugo, Cervantes, Camus, Vallejo, Borges, Capot, Rulfo, MVLL, Cortázar, García Márquez, Poe, etc., etc.?).

Es un libro de crónicas, le dije, y el joven jurista se quedó calmado, ad solemnitatem, pensando tal vez, para sus adentros, pero qué clase de lecturas tiene este tipo. Pero no dijo más, felizmente. De lo contrario, nos hubiéramos enfrascado en un extenso debate, a fin de revertir las ya viejas y conocidas falacias que utilizan algunos jóvenes académicos en pro de la vanidad estudiantil.

Pero volvamos al asunto literario del Pave pavas. ¿Qué es el Pave pavas? Siguiendo el estilo del periodismo gonzo, las crónicas que conforman esta reciente publicación de Del Rosario me hizo recordar (como un mazazo en la cabeza) aquel viejo libro de crónicas que leí hace muchos años titulado Ay qué rico (¡tremendo libro!, tiene un prólogo del poeta Antonio Cisneros, ni más ni menos), de Jaime Bedoya, escrito en 1991 y editado por Mosca Azul Editores. Con una prosa breve y altamente literaria, Ay qué rico describe costumbres como hechos noticiosos de gente de a pie, caricaturizando, por ejemplo, a boxeadores, románticos delincuentes, vírgenes que lloran, cambistas, homicidas, prostitutas, peperas y toda la fauna de los conciertos chicha de antaño y sus fatales desenlaces. De igual manera, el Pave pavas, con el mismo estilo periodístico y literario, describe aventuras, riesgos y prejuicios que sufren a diario los distintos consumidores de cannabis, en diversas partes del país, además de retratar, con honestidad, la idiosiosincracia de sus personajes como fumadores de la “yerba de la paz”. Se podría decir que Pave pavas y Ay qué rico son libros como primos hermanos, en el sentido de que ambos captan costumbres sociales, de diferentes décadas y sectores, haciendo uso de buenas dosis de humor ácido y humor negro, respectivamente.

Los personajes del Pave pavas son jóvenes adictos que existen en la vida real, a quienes, si uno agudiza la vista y el olfato de lector, se les podría identificar. Muchos de estos desfilan por las páginas del libro encasillados en su papel, con voz propia, desde la óptica humorística del autor, ya sea como creador de los mismos o criatura de sus propias crónicas de no ficción.

La regla general del Pave pavas es el humor; sin embargo, por momentos se advierte una burla despiadada, tanto de los consumidores como de los no consumidores del cannabis. Es inolvidable aquella escena donde dos estudiantes universitarios están lanzando en el Paseo de las letras, y al ser intervenidos por agentes de la policía, logran burlar dichas diligencias policiales con ingenio, sorna y descaro. Otro relato, paradigmático y sublime, es aquel donde el narrador-personaje, en un evento cultural desarrollado en la Alianza Francesa, se manda con un rap frente al establishment de la cultura liberteña, soltando unas rimas realmente sórdidas, pornográficas y provocadoras que, a más de un académico moralista, hubiera podido escandalizar.

Si cada crónica del libro fuera simbólicamente un “pavepavas” (cigarrillo hecho de residuos de residuos de cigarrillos de marihuana) se podría decir, justamente, que la crónica titulada “Oda a la marimba en la petitte Aliance” es la pava más stone y lograda de todos los textos. El misterio del nombre del libro se deja entrever –el autor lo explica de forma expresa–, conforme se avanza en su lectura.

Uno de los prejuicios más comunes y descabellados de la marihuana es que la yerba te vuelve agresivo y rebelde. Sin embargo, el doctor. J. L Simmons, en su libro Mariguana, Mitos y Realidades, concluye afirmando que “la reputación de la marihuana de que excita al crimen no tiene fundamento”.

Por otra parte, debo confesar que Pave pavas, desde un punto de vista estrictamente literario, también me hizo recordar la lectura de la novela ¡Qué viva la música!, del escritor colombiano Andrés Caicedo. No porque estos libros pertenezcan a un mismo estilo o género literario, sino que devienen, sustancialmente, a través de los festivos usos del lenguaje, en placeres estéticos e intelectuales, además de aludir con alborozo y psicodelia a diversos iconos de la cultura pop, la cultura poética y literaria, el guaguancó y diversas estrellas de la salsa y el rock, finalizando, ambas obras literarias, con soundtrack especializado que enriquece sobremanera la lectura.

Hubo tiempos de guerras, tiempos de paz,

hubo tiempo en que era ilegal.
Pero hermano nuestra mente cambió,
y hoy no podemos seguir con esta tradición, no.


Esta es la letra de un tema de Viejas Locas, entre otras muchas bandas, que Gonzalo Del Rosario recomienda escuchar como fondo de lectura del Pave pavas. Otra muestra: Andrés Caicedo recomienda escuchar el tema Guaguancó triste, entre otros muchos, de Richi Ray, "¡ay! oye que yo quiero que haya paz / y que haya amor en mi tierra / felicidad y paz en mi tierra…"


Roberto Bolaño decía que hay una literatura para cuando estas aburrido, calmado, triste, ávido de conocimiento, y otra para cuando estás desesperado. Probablemente Pave pavas sea un tipo de literatura, además de todo eso, para lanzar y desahuevar prejuicios, en palabras del poeta mayor Charles Baudelaire, al hipócrita lector.

domingo, junio 09, 2019

Pave-Pavas en Arequipa!

El jueves 20 de junio a las 7 p.m. presentaré el "Pave-pavas" en la Casa de la Cultura de Arequipa (calle Rivero 512, Cercado) con los comentarios de Arthur Zevallos y mi editor y partner literario Jules Verde. Ahí nos vemos ps... lleguen al after... (arte del flyer: Rafael Vigo Sosaya).

sábado, junio 01, 2019

Conversatorio sobre terror en Libropalooza


Este martes 4 de junio a las 7 p.m. en el auditorio "La pérgola" de la Universidad San Ignacio de Loyola (avenida La Fontana 550 en La Molina), quien escribe junto a la editora Marcia Morales ofreceremos una ponencia-conversatorio denominado: "Literatura peruana de horror y suspenso" en el marco de la segunda edición del Libropalooza, feria del libro organizada por el Sistema de Bibliotecas de la USIL. Ahí nos vemos ps...

martes, mayo 28, 2019

Oscar Ramirez sobre el Pave-pavas

EL 'PAVE-PAVAS' DE MI PATA GONZALO – Vol. I
(primera parte de un viaje literario y otro en bus)

Considero que la mejor forma de hablar de este libro de crónicas y viajes, es escribiendo una crónica del cómo lo leí, que de por sí resultó ser todo un viaje.

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Es jueves, salgo de viaje de Satipo a Lima, emprender el primer tramo para luego partir a Trujillo, día de la madre, estar con la familia, celebrar, estar, compartir. Por ello me voy a soplar veintidós horas de viaje: doce primero, diez después. Pobre el cuerpo (trasero), pobre, pero todo sea por estar, todo sea por ellos. Y salir con la maleta, la mochila al hombro, chapar una mototaxi y directo al terminal, por favor, aunque aún es temprano, pero siempre llegar antes de la hora, siempre, costumbre, virtud, qué más da. Llegar, separar el pasaje, dejar los equipajes, esperar el embarque, dar vueltas, caminar, tratar de comer algo, sin embargo algo suave cae mejor, mejor, y esperar, un momento más y esperar. Sera canchita, me llevaré canchita. “Se hace un llamado a los pasajeros que viajan con destino…”, y hacer la cola respectiva, DNI y boleto en mano, sonreír, subir, acomodar la mochila en el compartimento respectivo, sacar los audífonos, verificar si el bus tiene luz de lectura, y sonreír otras vez porque sí, ha tocado un bus con luz de lectura, porque a veces no todos, no todos, y eso es fregado, porque uno se cansa ya de soplarse las mismas películas de siempre: si no es la del perro que se muere esperando al dueño que nunca llega, es la del neurocirujano de color que logra salir adelante en una vida llena de tristeza; y ya, si el bus está con un/a terramozo/a de los/as más bravo/as (me sirvo de los slash porque está jodido no ser “políticamente correcto”), te manda esa con Eugenio Derbez y ahí sí que todo se va al diablo, y “se acabó, me voy de aquí”, aunque eso siempre será mejor que los bodrios de Asumare 2 o 3 (porque la una pasa, pasa). Y sí, el bus tiene luz de lectura, así que bacán, me voy a poder soplar tranquilamente el libro que me traje: el “Pave-Pavas” de mi pata, de mi hermano de ‘pluma y carne’, Gonzalo Del Rosario, de quien mucho que hablar, y con quien mucho hablar, mucho, siempre. Y vamos.

Conozco a Gonzalo desde antes de ingresar a la universidad, cuando surcábamos (más que cursábamos) un ciclo superarchirecontraintensivo en una academia de la ciudad (sin nombres, mejor sin nombres) para tratar de meter en la cabeza de los jóvenes aquellas cosas que en cinco años de colegio les fue imposible (y esto más como sarcasmo). Ahí las vistas, las observaciones, pero luego el examen, el ingreso, el ir a separar la vacante y encontrarlo ahí, en la cola respectiva, y saber luego que estudiaríamos la misma carrera, aquella que nos hizo tantas vagas peripecias a un par de bibliófilos/bibliómanos hinchas de la lectura, que preferían las charlas fuera del aula porque dentro de ellas muchas veces no ibas a aprender nada, nada, para reconocer luego que la universidad solo te da un bendito cartón, nada más, nunca la pasión, nunca la vocación, jamás. Y vuelvo. Ahí los encuentros, las primeras charlas, el juntarse con otros patas que hasta ahora conservamos: David y Ricardo, completar los DROG, y seguir en los diálogos sobre todo y nada: literatura, música, cine, sueños, autores, voces, web-ad-ass, y más, porque los diálogos infinitos, así como las imaginarias colectivas donde empezaron a surgir estos caminos que uno siempre abraza y termina por amar, por dejarse llevar, por suplir la vida en sí: el escribir, el buscar su universo literario, su propia forma, su vital estructura, y tal vez encontrarla, tal vez, o seguir en el intento, aunque puedo decir sin mucha duda que Gonzalo ha logrado encontrarla, ha logrado su voz. Sí, y lo digo porque los años me lo permiten, desde la primera lectura de “Taxi”, y decirle: “Yo le quitaría algunas lisuras”, así como la primera edición del emblemático “Cuentos pa’ kemarse”, y con él las primeras presentaciones, las primeras aventuras literarias, las primeras veces en las cuales uno podía intentar llamarse “escritor”, y darse cuenta que a estas alturas podría decirse que sí, porque en su haber ya varios libros, varios títulos, reediciones varias, así como publicaciones en revistas y antologías, y dictado de talleres en diversas partes del país, y los viajes por diversas partes del país, viajes que habitan en este nuevo libro, en este nuevo enfrentarse al papel, a la hoja en blanco, en negro, en verde, en Vallejo, en eternidad. Pero una cosas clara: a pesar de los años, la amistad, de la vida, jamás me permitiría la palabra gratuita, el quedar bien por quedar, no: aquí mis palabras con sinceridad, mi voz que habla con cordura. Siempre. Leo.

Desde la primera línea me doy cuenta de algo: estoy hablando con mi pata, estoy conversando con él en la universidad, en los encuentros que hemos tenido después de muchos años, en las pocas veces que podemos vernos ahora porque trabajamos (¡asu!, ahora formamos parte del sistemaopresorneoliberal) y el tiempo es escaso, en las visitas a Trujillo, a Lima, como en esta última en la feria La Independiente en el Ministerio de Cultura, donde me pasaste tu libro y yo te jugué el “Exacta dimensión del olvido”, y no los firmamos, nunca lo hacemos, porque mejor así, siempre es mejor así entre nosotros, tal vez, aunque en su libro ya tengo la firma, una muy especial que siempre suele dejar, y bacán, para qué más. Y me remonto al recuerdo, al necesario recuerdo para dejarme llevar por la memoria de los días, y dejarme estar en el libro, ya que en él muchas de las historias ya conocidas, sea porque las viviéramos y compartiéramos, sea porque me las contara tan igual como las escribiera, y así darme cuenta que su escritura no ha sido un buscarse en otros autores (a pesar de que Gonzalo es un gran lector, lo puedo afirmar), no: ha sido un encontrar en sus propias palabras la posibilidad de la escritura, la posibilidad de sus viajes, tanto en lo coloquial, lo contextual, lo pansexual, lo elocoidal (¿?), lo literario en sí, por encima de todo. Y es como en cierta ocasión comentamos, no sé si recuerdas: “Tu literatura tiene más de Chuck Jones y Los Simpsons que de Bolaño y Saramago”, y no con ánimo de burla, no, para nada: lo suyo es impactar de otra manera, sutil, irónica, sarcástica, en joda, decirte una verdad, una historia en joda pero siempre tentando la posibilidad del ir más allá, de observar tras el cristal la imagen oscurecida de una verdad. Y avanzo junto con el bus, con la lectura. Avanzo.

Ya sirvieron el refrigerio (mínimo, siempre mínimo) y la película es creo una de superhéroes que ya he visto, así que de cuando en cuando la mirada a la tele, sobre todo en las partes interesantes, sobre todo en ello. En las tres primeras me asalta el recuerdo de algunas noches en el Paseo de las Letras en Trujillo, frente a mi escuela: la 81011 Escuela Primaria de Menores “Antonio Raimondi”, aquellos años de los cuales buenas memorias, pocos recuerdos, pero recuerdos con cariño, siempre con cariño. Y dirijo mi lectura rápida y sin complicaciones, y sonrío, río, porque imagino tal vez entender mejor lo que se cuenta porque lo conozco, y tal vez con algunos detalles más que siempre surgen en una conversación pero olvidamos en la escritura, y me divierto mientras leo, una silenciosa alegría recorre mi noche. Y va más. En la cuarta lectura me reconozco, soy personaje, fue un viaje que realizamos juntos, y todos los momentos aquí narrados vienen a mi memoria con lucidez: colores, algunos diálogos, olores, el “abre la ventana pa’ que salga”, y las malas caras de algunos, de varios, de todos. Disfruto reencontrarme con esta anécdota, con este encuentro voraz donde la vívida experiencia siempre sirve. Y luego el tránsito por diversas ciudades en las historias, el tránsito de Lima, de Barranco las noches siempre activas, siempre positivas, y mucha más gente que manyo se dibuja entre líneas para jugarnos partida en esta suerte de falsa/biografía/documental que siento se ha convertido el libro, una road movie que mi compare siempre ha querido vivir y que ahora está viviendo, o que bueno, vivió y aquí nos lo cuenta. Pero llego a la crónica diez, al décimo viaje, al décimo círculo (¿no eran nueve?), al texto más extenso de todos y siento que aquí puedo irme a descansar: este texto resulta ser uno de los que tiene más sangre, más fluidos, más vida, más todo: es la aventura de la gente brava de Trujillo a Cajamarca, yendo a una tocada de rock junto con dos bandazas que son amigas, amigos, gente que manyamos en este inexplicable mundo que suele ser el mundo del arte: los Salvajes con su primera formación, y los Escape con toda la fuerza que siempre impregnan en sus temas. Pero eso no queda solo en la experiencia del ir, tocar y regresar, no: es “la experiencia”, la energía juvenil en su máxima expresión, la vivencia entrañable y deseable, el querer que a uno también le pase, el “pucha, era que también vaya”, porque eso fue, y no pudo existir mejor corresponsal de guerra que Gonzalo: su pluma delinea el escape de este salvaje viaje al que eternamente podríamos regresar. O tal vez. “Ha de ser la edad, mijo, ha de ser la edad”. Con esta lectura cierro mi noche, es hora de dormir, me esperan varias horas para llegar a Lima, varias, y en la capital hacer varias cosas más, así que descansar, el cuerpo lo merece. Lo merece.

(findelaprimeraparte)
Salud!

sábado, mayo 18, 2019

Pave-pavas en La Industria



Presenté el "Pave-pavas" en la UNT el pasado jueves 16 de mayo en la clase del profesor Zorán Herrera. Durante toda esta semana en Trujillo me la pasé visitando colegios y dictando talleres. Sin embargo, lo más bacán fue que, al parecer, esta movida cultural no pasó desapercibida y Gustavo Rojas, periodista de La Industria, me realizó la divertida entrevista sobre mi última publicación que transcribo por acá:

"Un viaje por todo el Perú a través de diferentes usuarios del cannabis recreativo se recopila en el primer libro de crónicas del escritor trujillo Gonzalo del Rosario.

En el libro “Pave-pavas” se encuentran las muchas modalidades de fumar el cannabis, consumiéndola y evaporizándola en diferentes recipientes.

“Lo que pretendo es mostrar los prejuicios que hay alrededor de la gente que consume cannabis y sobre todo cómo es ese mundo, ya que muchos han caricaturizado, y lo sacan como una broma o una burla”, reflexiona el autor en una entrevista con Diario La Industria.

El nombre de este libro es un neologismo creado por los consumidores del cannabis. “Las pavas son residuos de marihuana, y entonces cuando juntas esas pequeñas pavitas (que pueden ser 5 o 6) aparece un nuevo cigarrillo que aparece como una especie de reciclaje místico”, explica el escritor.

Precisamente, Del Rosario hace esta analogía para la recopilación de sus crónicas escritas bajo el estilo de periodismo gonzo. “Pave-pavas es una conjunción de muchas cosas, es una recopilación de muchas vivencias y que forman parte de otros libros mayores. Esta es una condensación de diferentes obras de un corte realista”.

El libro presenta diferentes escenas en su consumo del cannabis recreativo: en el desierto del Cañoncillo, a 4 mil metros de altura en Otuzco, las críticas de docentes y policías. Además, que esta sustancia es el acompañante de una banda de rock trujillana en su primera gira a Cajamarca. Incluso, al final del libro, el autor propone un Sountrack Fumeke (listado de canciones que pueden acompañar a la lectura de estas 150 páginas).

“Lo que a mí me parece gracioso y rompiendo un poco los paradigmas es que se piensa que la que consume cannabis es una persona desahuciada, que está en un estado de miseria total. Quiero resaltar que muchas de estas personas administran empresas, están en el mundo del deporte, arte, literatura, que son profesionales de renombre y que, en la noche, incluso, antes de dormir se fuman su bate para relajarse o después del trabajo para desestresarse”, revela el escritor.

Para Gonzalo del Rosario el cannabis es una sustancia psicotrópica que le permite salir del estrés y que de manera sutil reflexiona: “para la gente que es creyente yo le digo esto: si la ganya (el cannabis) es una planta y esa planta viene de la tierra y si ustedes creen en Dios es probable que Dios lo haya creado también”.

martes, mayo 14, 2019

Taller de cuentos de terror en UNT


Este viernes 17 de mayo, de 5 p.m. a 7 p.m., impartiré el taller de escritura creativa de cuentos de terror "Matando tus miedos" en el aula del Centro Federado de Educación Secundaria de la Universidad Nacional de Trujillo (tercer piso de la Facultad de Educación - UNT). El ingreso será libre.

Este taller abordará técnicas y consejos para nóveles escritores (secundaria y universidades) que pretendan mejorar su prosa con miras a publicar en revistas literarias o postular a concursos.

Asimismo, se analizará a los paradigmas fundadores del género como Mary Shelley, E. A. Poe o H. P. Lovecraft, además de introducirnos a clásicos del horror peruano en la obra de Clemente Palma, Carlos Carrillo y Fernando Iwasaki; y contemporáneos en las revistas y antologías de editorial Cthulhu y Torre de Papel.