Losocialystones de Gonzalo Del Rosario
Por: C. Pablo Lorenzo
Con registros de diferentes tipogafrias de imprenta, un lenguaje que automáticamente lleva a las voces del Perú Urbano, y una invasión constante de ideas que aparecen como cataratas de impresiones, la primera reacción ante "Losocialystones" es ¿de qué se trata esto? ¿Es una novela?, ¿Cuentos? y no queda más que continuar leyendo para develar el misterio y hacer frente al desafío que nos plantea Gonzalo Del Rosario.
Sin preámbulos el autor te mete de lleno en el meollo de la cuestión en un conflicto entre Chulos y Patucos, una profusión de violencias sin límites, algo que te trastorna de algún modo, una anarquía literaria que sacude los preconceptos de lo que consideramos literatura. Entonces me planteo que no es un texto que pueda entender cualquiera, hay que tener un ánimo inquisidor, esforzarse por entender esos saltos tipográficos que no son una mera cuestión estética.
Salta, nuevamente salta, y nos remite a Jorge Isaacs, Goethe, Whitman, Sade, Joyce, Esopo, Roald Dahl, Borges, Thomas Pynchon, Marcuse,... hay que estar preparado para todo con este libro tener la cabeza bien abierta sino se corre el riesgo de enloquecer.
Pero de a poco, entrando en la obra ya no nos importa la locura, la abrazamos porque el tipo (Gonzalo) es un crítico, se ríe de la sociedad y la trastoca, entonces entendemos que su obra no puede ser encuadrada dentro de un formato porque se defeca en ellos, utiliza las estructuras y las trastocas, toma la realidad y la vuelve monstruosa, y en ese mundo ya nos sentimos cómodos, podemos pasar las páginas sin la seriedad del crítico, y nos aflojamos como los drogatas que se fuman un porro y vemos la cabeza del autor abrirse ante nosotros con un humor satírico, irónico, y ya estamos en el tono de la obra preparados para el próximo sacudón, que vendrá, no lo dude.
Y el sacudón es el maridaje del absurdo con la realidad más brutal y cruda que espía detrás de los dibujos, los registros cambiantes, las puteadas.
No hay que dejarse engañar, lo que parece una catarsis sin sentido, tiene un hilo conductor y no es catarsis y tiene sentido, las historias se hilvanan, están unidas por cadenas de sentido fuertes, provocadoras, derrochando creatividad como esos colages de recortes donde el resultado final es una obra que se puede ver en toda su magnitud alejándose un poco.
¿Original?, hay cosas fuera de lo común: los artistas mendigos, los requisitos para las bibliotecas públicas, ... ¿Original?, no creo que importe eso, el tipo es una máquina absurda de construcción, un motor de ideas que necesitan salir a rodar como los cantos rodados, como la parodia burlesca de la sociedad a la que remite el encabezado. Para muestra sólo colocaré esto de su obra:
"REQUISITOS PARA SACAR CARNET DE BIBLIOTECA
- 4 fotocopias de D.N.I., Libreta militar y Boleta.
- 4 fotocopias de partida de nacimiento.
- 4 fotocopias de carné universitario.
- 4 fotocopias de Pasaporte con visado vigente a USA, UK o la Unión Europea.
- 4 fotocopias de las cuentas (al día) de luz, agua, teléfono, cable, Internet, más la contraseña del mail personal.
- 4 fotos tamaño carné.
- 4 fotos tamaño pasaporte.
- 4 fotos de tu hermana, prima o flaca duchándose.
- Un Rembrandt original.
- Filmación del jammin entre Morrison y Hendrix.
- Tres pelos del diablo o la pluma dorada del grifo.
- Prueba de la existencia de un ser sobrenatural (duendes, aparecidos, zombies, ángeles, demonios, el chino)
- Foto actual de Thomas Pynchon."
Y si no se rió con esto, ni ve el potencial que se vislumbra, usted que lee esta crítica es ciego, amargado o cayó en esta crítica como un mero instrumento para llamar al sueño, o... no quisiera meterme en esto, hay demasiados lectores que reinventan la obra del autor que da vértigo, hay tantas lecturas que la literatura se torna un lugar tan extraño que no quedan palabras para describirla. "Losocialystones" es una buena muestra de que no hay que tener preconceptos a la hora de afrontar la lectura. ¿Original? ¡Que importa! Repito. Si ya se hizo antes igual hay contenido con peso en este libro, lugares para visitar y volar.
Y sigue saltando, juega con los idiomas inglés, griego... viaja no solo a países sino en el tiempo, con la música, el fútbol, el lenguaje informático, el cine, la televisión, el mundo editorial, es que el autor no tiene límites, su cabeza bulle y parece reventar, nos levanta y nos suelta en esta especie de montaña rusa de sus palabras.
La mirada es trastocada, el mundo exterior, con todo su bagaje, reinventado. Leer este libro es como ver un negativo, entrar a una sala de espejos que muestras imágenes grotescas aumentando las formas para observar de cerca la realidad.
La rabia y el humor van acompañados, como ejemplo hay una mención a unos celulares explosivos que se detonan en caso de robo, solo por venganza, esto da cuenta de un resentimiento justificado ante la violencia del medio humano donde se mueve. No lo dude, es un escrito violento por donde se mire, reacciona ante la injusticia pero con la fuerza de la palabra, la idea, y alguien recibirá el mensaje, no solo los estudiantes de la universidad donde estudia, sino también los habitantes de la ciudad peruana donde habita, la gente del país donde vive, del continente, la masa universal, para lo cual hay que soslayar, hacer el esfuerzo de entender las voces locales y reconocer las globales.
Sobre el final toma un rumbo estudiantil de protesta, se vuelve más bitemático con lo universitario y lo literario con su concepción filosófica irreverente pero sin perder la brillantez de unas ideas bien expresadas.
Da la sensación de que no queda más que enumerar los contenidos porque no se puede abarcar una obra de esta envergadura en una crítica que carece de tiempo pero que le sobra voluntad. Pero creo entrever un marco para ella, una definición como "Libro de artista", esos que llevan los creativos y que van colocando impresiones de todo tipo, digo esto por que es indudable que son escritos sueltos unificados en un volumen, fragmentos que unidos por temas bien podrían bien terminar siendo novelas a desarrollar o cuentos, aunque algunos textos y gags satíricos están completos, las unidades de sentido se dispersan, y dando saltos podemos acomodar las piezas por temáticas y eso es lo que hace finalmente mi mente de lector, junto por ejemplo todos los fragmentos que se refieren a las bibliotecas y me armo mi propia película a expensas del autor, porque soy el todopoderoso lector y nadie puede mandarme a leer de una manera que no quiera.
Mi ser crítico, por otra parte, no puede más que aplaudir este libro provocador y recomendar su lectura.
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