miércoles, julio 25, 2007

TRAGO Y CHUPO ERGO SOY PERUANO


Fiel a mi estilo, iba a colocar un artículo crítico y virulento sobre las denominadas fiestas patrias de mi país: Perú, y todo el chauvinismo que ello acarrea . . . pero . . . pensándolo bien, ya muchos han dicho lo mismo; y como todos podemos hacer leña del árbol caído, opté por dejarlo para alguna otra oportunidad.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Y para empezar con el especial por fiestas patrias, diré un pensamiento muy a mi estilo también: “el amor por la tierra que te vio nacer, sólo es comparable al de la pareja . . . ¡a la mierda! a uno lo quieren con todo y defectos”.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Entonces yo de una manera u otra, quiero a mi Perú. Y pienso que quitándole todos sus problemas, sólo nos queda su deliciosa gastronomía. Aunque a veces pienso que no soy tan peruano como debiera ya que detesto la comida . . . picante. Soy muy sensible al mínimo de ají o rocoto colocado en cualquier potaje criollo, y todos sabemos muy bien que lo mejor del Perú, no es ni Machu Picchu, ni Maju Mantilla, es la COMIDA PERUANA y bien PICANTE, de la cual disfruto así me queme los labios, la lengua y el paladar, porque no creo que alguien pueda resistirse a un jugoso lomito saltado, un picante ceviche peruano, un cabrito norteño, un pato guisado, un ajiaco de cuy, pepián de pavo, ají de gallina y su inefable asociado papa a la huancaína, pastel de atún, arroz con pollo, arroz con pato, arroz con chancho, adobo de chancho, un chicharrón mixto (mejor me detengo porque estoy babeando todo el teclado); y es que la comida peruana es como el buen sexo, una vez que lo pruebas, simplemente no puedes dejarlo, y hasta en algunos puede llegar a convertirse en una adicción (yo)

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket

Tampoco podemos dejar de mencionar a otras comidas netamente comerciales y muy peruanas, aunque no lo parecieran: el Pollo a la brasa y el Chifa, son unos auténticos fat-food's cholos (fat, no fast) propicios para darse una súper bajada. Sin mencionar el pan con chicharrón y camote, la papa rellena, la cachanga y los ricos anticuchos de corazón y pancita.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Y es que conversando con familiares y amigos en el extranjero, sé que todos se mueren por volver a comer, ojo a comer, aunque sea, una lentejita serrana de lunes (pero en Perú) y qué decir de aquellos turistas encandilados con nuestro arte culinario. Tengo un tío alemán que se quedó recomplacido, no sólo por cada plato preparado por mi vieja (se hospedó junto a mi tía cerca de un mes en la casa, y durante aquellos 31 días, mi mamá preparó algo distinto en cada almuerzo, ah para que vean) sino por algo más . . . la bebida . . . peruana pe, de la cual mi viejo se hizo cargo.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Tenemos bebidas para cuanta ocasión se presente: Una refrescante Chicha morada, pero bien helada para el almuerzo; un Pisco sour para brindar en ocasiones especiales; la variedad de cervezas (valgan verdades, el Perú es un país recontra chelero) de las cuales me quedo con mi Pilsen Trujillo y mi Cusqueña (disculpen si hiero susceptibilidades, pero en gustos y sabores . . . total acá cada ciudad tiene su propia cerveza) y no me puedo olvidar del buen y añejo Ron Cartavio para cortarla, matarla y arrojarla, o un Pisco acholado incinerador de úlceras, y he allí otra de las razones por las cuales no logro ser un peruano completo: no puedo tomar el Pisco como lo hacen mis amigos: Seco y volteado, lo intenté en más de una oportunidad con resultados harto vergonzosos. Y otra bebida que no podría estar ausente en esta reseña: la clásica gaseosa amarilla para la resaca de todo lo vivido (Chela, Ron, Pisco) una refrescante y redentora Inca Kola, pero bien helena pe, sino ¿cómo?

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Y antes de pasar a otros vicios, los invito a tomar, después de cada comida (si es posible) su ponche de Maca o simplemente su extracto de Maca de 1 sol. No digo nada más, pero su pareja se los agradecerá . . . (si sacó campeón de la copa sudamericana al Cienciano del Cuzco y a Carty goleador de la misma, qué no hará por uno)

No nos olvidemos de los dulces: Una mazamorra morada con su arroz con leche, el popular clásico de Los Choches, Los picarones con abundante miel de higo, donde las abejas mueren felices, Un turrón Doña Pepa para el mes de Octubre (por mi fuera todo el año) el mejor milagro del Cristo Moreno, el clásico King Kong que todos los norteños llevamos de regalo a Lima (aún no entiendo el por qué), pero así como no puedo soportar la comida demasiado picante y los tragos cortos, ya se habrán dado cuenta, soy muy poco dulcero, y lo que más abunda en el Perú, no son tanto los postres, sino los dulces, o sea no soy muy aficionado al Arroz zambito, al dulce de chiclayo o al quesillo, no me maten.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Aunque ahora que me acuerdo, para comer soy recontra serrano: adoro las rosquitas cajamarquinas con su quesito, manjar blanco y mantequilla saca barros, el chocolate cuzqueño y las donuts de Otuzco, junto a sus mini cachangas con manjar blanco. Ahhh lo que me trae a colación las comidas de lunes a jueves: lenteja serrana, quinua, olluco, y no puedo olvidarme del único choclo aceptado por mi persona (ya les dije: soy un mal peruano, no suelo comer choclo) el gigante de Juliaca, Puno y Cuzco, con su delicioso queso . . . sin dejar de lado a la Pachamanca que en mi estadía por el sur probé y no dejé.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Y como me estoy yendo por todas partes, tampoco puedo dejar de recordar la gastronomía de la selva, sigo diciendo que soy un mal peruano porque detesto el plátano, si es frito peor, pero cómo me gustó el tacacho con cecina de Moyobamba, Tarapoto, Rioja y todo San Martín, el cual degusté durante mi viaje de promo. Fue la única vez que he fusionado mi almuerzo con plátano, en cualquiera de sus variedades, sin expulsarlo de mi organismo.

Photo Sharing and Video Hosting at Photobucket


Siguiendo con esta aventura GastónAcuriana (cómo lo detesto, le pagan por tragar, qué suerte de la algunos ¡Mierda!) no puedo irme sin ratificar mi gusto por lo serrano e invitarlos a probar los helados Ártica de Arequipa, lo más delicioso que esta república independiente puede haber regalado al Perú. Lo mejor es que son hechos a base de ingredientes naturales y bien peruanos como la chirimoya o la guanábana; y hasta hay uno con sabor a cerveza ¿cuándo regresarán por Trujillo? La última vez que los comí fue como hace 3 años, y todavía continúo esperando, fácil viajo mejor.

Como reflexión final sólo me queda comentarles que los peruanos podremos seguir criticando durante toda nuestra vida (para eso somos los mejores, me incluyo) que nuestro país sea siempre gobernado por unos incompetentes, mentirosos, ladrones, narcos, dictadores; que el robo, la delincuencia, los asaltos, secuestros, violaciones, trata de blancas, siguen imparables el camino de nuestra perdición; que el racismo, el machismo, el clasismo y todo tipo de discriminación actúe como nuestro mayor obstáculo para el progreso, pero nadie podrá contradecir a Santiago Roncagliolo cuando éste dijera: “sentados frente a una mesa, los peruanos se olvidan de todas sus diferencias” (o algo similar)

Porque el peruano podrá estar sin chamba o morirse de hambre pero a la hora de comer, la sazón nunca se ausentará, aunque sea sólo por el almuerzo, los peruanos siempre debemos permanecer unidos -Para tragar pe y para chupar también- porque el Perú es su comida; y ésta es y seguirá siendo siempre de la ¡¡¡Conchadesumare!!! (mentada de madre tan peruana como nuestra pendejada)

Así que ya saben cuál es su tarea por estas fiestas patrias (aunque caigan lamentablemente sábado y domingo) coman, traguen, chupen y atibórrense de comida, bebidas y dulces peruanos, es lo único de lo que jamás escucharé o podré criticar.

sábado, julio 14, 2007

ORO
Cansado de los abusos de sus jefes, aburrido de que estos solamente le ofrecieran prácticas “ad honorem”, agotado de recorrer la ciudad para ganar menos de lo que vendió, consiguiendo jaquecas y gritos de los supervisores, moliéndose el cuerpo en tareas esclavizantes, y si le llegaban a pagar algo, era una maldita miseria a comparación de todo lo que hacía, no sólo convirtiendo sus zapatos y ropa interior en unos cráteres irritantes, sino acentuando sus psicopatologías. Diego regresaba cada noche a su casa odiando más al mundo, al mundo real en el que había caído luego de terminar la universidad.

Entonces lleno de ira, se metió al baño, se sentó y expulsó todos sus demonios, y maldijo ese repentino estreñimiento, y mentó a la madre de su creador, y a la suegra de éste también, y arañó las mayólicas sin efecto alguno, sólo para poder concentrarse y expulsar aquella dolorosa tripa que hacía un par de días le estaba malogrando la jornada entera.

Muy tranquilo y odiando más a los relativos que no se preocuparon en llenar de agua los barriles, para cuando ya no saliera nada de los caños, o sea por las noches después de defecar, logró conciliar el sueño sin sentir la amargura de poseer un trozo de mierda ansioso por conocer a su madre.

Diego fue despertado a las seis en punto, como siempre, por su reloj biológico, ese día, nuevamente tenía que levantarse, sin más ganas, a recorrer la ciudad buscando vender algo que ni él mismo entendía para qué servía. Cuando subió la tapa, disponiéndose a miccionar, algo sorprendió su vista: era el mojón más bello que podía haber concebido intestino alguno, sus trozos de mierda relucían al contacto de los rayos solares del amanecer, Diego no dudó en meter la mano y palpar aquel excremento endurecido por la gélida noche invernal, quizás, pero si de algo estaba seguro era –mierda, esto es una mierda . . . ¡pero de ORO!- oro puro.

Recién se había percatado que su wáter estaba lleno de tanto oro como para no volver a trabajar en años, o por lo menos en un buen tiempo, total podría cagar más e igual saldría oro ¿o no? Y de la emoción le vinieron de nuevo las ganas, no sin antes extraer todo su oro del escusado, besarlo, lamerlo y acariciarlo con sus mejillas, sentarse y dejar que sus sueños sigan el ritmo de sus heces.

Más tarde, tan feliz como los niños ricos la mañana de navidad, telefoneó a su chamba, mandó a comer de su nuevo tesoro a su jefe, y de paso llamó, aprovechando que era temprano, a todos los seres que alguna vez le habían despreciado, entre heteros y homos; y se dispuso a comprar todo lo que siempre había soñado . . . bueno, como sus sueños variaban de temporada en temporada, y tampoco creo que le dejasen llevar dos valijas e ingresar a la fábrica Donofrio, todavía no, lo primero que pensó fue en comprarse un depa, de esos que estaban abundando en su ciudad, para poder hacer lo que le viniera en gana sin joder a ningún familiar. Tenía toda la mierda del mundo para pagar sus más oscuros placeres.

Y esa misma noche llegaron a la casa de su flaca con todos aquellos regalos que le había prometido, no sólo a ella, a su familia también; y que nunca llegaron por falta de fichas y de ganas: tabas skechers, jeans nuevos, de esos al cuete que había malogrado por no apuntar bien a la hora de venirse, polos, casacas, poleras, carteras, ropa y más ropa que siempre pedía su flaca en cada aniversario, cuando a Diego sólo le alcanzaba para regalarle una porción de chicharrón de pollo en La Cabaña antropófaga, por supuesto que no los compró Diego, sino ella misma, porque esa tarde habían tomado el primer vuelo que encontraron rumbo a Lima. Mientras él cumplía el sueño de comprarse cualquier libro o cd que le pareciera bacán, sin importarle el precio, ella daba rienda suelta a sus innatas ganas de despilfarrar dinero ajeno en ropa.

Por primera vez Diego se sentía poderoso, se divertía en placeres que con su suerte de antaño le habrían parecido un total despilfarro: se tomaba fotos y más fotos con su celular, el cual tenía unos parlantes tan potentes que lograban acallar a cualquier micro gasolinero, o sino con su nueva dígital que incluso su profe con parkinson le podía sacar buenas tomas; y por primera vez en mucho tiempo, una sonrisa se esbozaba en cada fotografía que era tomada, todas directas a colgarse en su hi5 . . . desde su laptop.

Cuando regresaron, su audi ya los esperaba en el estacionamiento de su depa, todo amueblado con una cama gigante para moverse bien pegados, sin temor a caerse, un televisor de esos que parecen cuadros intercambiables, con un sistema de sonido de otra dimensión; y también –sabes, yo no entiendo por qué tengo que pagar por unos canales que ni veo, como estos evangélicos que todo el día joden con su juicio final, yo quiero . . . a ver . . . ¡ver todos los Mtv de todo el mundo!, ¡en todos los idiomas!, ¡y a todas horas!-, -como guste Señor D. . . -, -Señor Diego, y con S mayúscula-, -como usted ordene Señor Diego-, -toma tu propina: un fríjol de oro-

Pronto empezó a asistir a todas y cada una de las discotecas de la ciudad y como siempre iba y ponía el trago para todos, era invitado a cada evento social, a veces como jurado, otras como ciudadano ilustre. Las flacas no tardaron en asediarlo, y él podía hacer lo que quisiera con ellas; claro, en caso de que a alguna se le ocurriera decir que Diego había abusado de aquellas pobres, inocentes e indefensas mujeres, saliendo a hacerle roche por la radio, televisión, periódicos, y no contentas le iniciaban juicios; compró todos los canales, emisoras y periódicos donde seguramente empezarían a joderlo, regaló todo el dinero que quiso al poder judicial en pro de sus beneficios, tenía comprados a todas las bandas extorsionadoras para que no vayan a cometer el error de secuestrarlo, y éstas le brindaban paquete completo, puesto que le ofrecieron defenderlo en caso de que a algún incauto, por ignorancia, se le pasara la mano, y qué decir de todas las pad fighters que le recontracuidaban el depa, y ni silbaban cuando lo veían fumando su hierba santa, en compañía de todos esos gorriones que le hacían la taba, porque sus amigos, los verdaderos, ya estaban en otras latitudes terrestres. Al final con su mierda . . . se podía todo . . .

Y como con el dinero, digo su mierda, digo dinero, lo tenía todo, y podría poseer lo que deseara, y no había nada más qué hacer . . . empezó a darse algunos excesos que por su condición de pobre diske clasemediero, no había experimentado jamás, como la cocaína y el éxtasis, las cuales con el tiempo se volvieron demasiado adictivas, en especial la primera, y como todo rey de la holgazanería, para qué iba a trabajar si igual iba a cagar, empezó a gastar toda su mierda en coca, y de la más cara y más pura, la más rica, de esas elaboradas cerca a la fortaleza de Kuelap que llevan a los países del primer mundo.

Así de un momento a otro, se había vuelto la persona más conocida de su ciudad, y todo gracias a la mierda que almacenaba en una caja fuerte en forma de escusado, recontra escondida, y que las casas de cambio adoraban.

Sin embargo, en una de sus rebotadas, entró en una duda muy grande ¿En qué se diferenciaba de los demás ladrones y arribistas que habían llegado tan alto como él? Entonces para limpiar su imagen de amante de la noche, las chibolas y las drogas fuertes, invirtió en una fundación que otorgó educación de primer nivel, gratuita y para niños y adolescentes en estado de abandono y pobreza.

En el fondo sabía que tarde o temprano, algunos inadaptados lo irían a joder y por más mierda que les ofreciera, no cesarían en sus intentos de arruinarle la vida. Así que aquella fundación, no sólo estaba “ayudando a los niños pobres del su país”, sino que estaba formando a los futuros dueños de la patria que él, el Señor Diego, y con S mayúscula, iba comprando de a pocos, gracias a su sagrado esfínter.

Estaba formando a los futuros, jueces, abogados, contadores, economistas, administradores, profesores, ingenieros, congresistas, presidentes, periodistas, médicos, enfermeras, dueños y más dueños de más y más empresas promovidas por la mierda y más y más mierda rica del rico Señor Diego, dueño del Perú y balnearios, y mucho, mucho más.

Y así, sus planes continuaron hasta que con el correr del tiempo se hicieron realidad, y él, escondido en su pantalla de fundación caritativa, de amor por la gente desamparada, siguió dominando "el país que tanto lo amó” luego que descubriera sus dotes de rey midas escatológico, y haciendo y deshaciendo todo, ya no sólo dentro de sus fronteras, sino fuera, y con muy buenas migas en los principales gobiernos y poderes del planeta.

Al poco tiempo, los dueños del mundo le mandaban sus respetos, todo por cagar oro, le invitaron al club Rindelberg, y muchos escribían biografías, que él mismo mecenaba, sobre su tan codiciada mierda, donde por supuesto, no se mencionaba nada acerca de su culo filosofal.

Al final, luego de dominar su país, y parte del mundo también, a su antojo, como ya estaba muy viejo, eligió a su sucesor, el mismo que designaría al nuevo espanta pájaros de la nación, cada 5 años, y sus nuevos cuervos legisladores para que continúen vendiendo la careta de democracia y amor por la república que tanto anhelaba un pueblo que sólo vivía pendiente del óptimo desempeño del seleccionado nacional de fútbol, quienes ya estaban, a pesar de sus flaquezas, clasificando a 8 mundiales seguidos (incluyendo uno como anfitrión) y todo gracias al apoyo de un hermoso pueblo que vivía embriagado de tanta ayuda brindada a su selección, bebiendo y bebiendo más y más mierda, la misma que salía del trasero del que los manipulaba, como a todos los poderes de acá, de allá y del más allá, sin que ellos quisieran darse cuenta, porque jamás les interesó.

Sólo cuando el Señor Diego murió, y a los pocos días empezaron a percibir un olor a desagüe que emanaba de los principales bancos del mundo, pudieron comprenderlo todo.

jueves, julio 05, 2007

LIVE EARTH
ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja,ja

Es la causa más patética que he oído para organizar un concierto: “por un clima en crisis” o sea, su propósito es hacerle ver a la juventud, y en general al mundo entero, que nuestro planeta está por destruirse . . . ¿Y? . . . y que los spray, artefactos eléctricos, automóviles, nuestra respiración, visión, audición, estudios, trabajo y todo lo que los seres humanos hacemos, contribuye a la ampliación del hoyo en la capa de ozono, el cual en menos del día después de pasado mañana nos terminará por devastar; porque el calor irá incrementándose, y con esto, los polos se irán derritiendo para formar más agua, esta agua por acción del calor se irá evaporando y conformará las nubes que luego derivarán en tormentas e inundaciones peores que el Katrina o lo que ocurrió en Malasia en diciembre del 2004, y bueno ese rollo ya lo conocemos de izquierda a derecha.

Para ser sincero, el problema del calentamiento global me parece sumamente grave, pero de ello ya se ha hablado demasiado. Desde que tengo uso de razón nos decían que la tierra iba a desaparecer en cualquier momento: en La Biblia, el Chilam Balam, los horóscopos, los periódicos amarillistas, el virus Y2K; y por supuesto, no podemos olvidarnos del bodrio más grande de este mundo . . . no, no es Las Vegas, un poco más al oeste, Hollywood y sus desastrosas películas futuristas de meteoritos que destruyen la tierra, extraterrestres que se apoderan de la misma, guerras nucleares y sus posteriores secuelas, donde siempre o en la mayoría de los casos, USA era el principal afectado, cómo no olieron lo de las torres . . .

Es por ello que a Al Gore el ex-vicepresidente de Estados Unidos, no se le ocurrió una mejor idea que la de meterse en el rollo de la defensa del planeta y llevó a la pantalla grande su documental “An Inconvenient Truth", donde cuenta sobre el peligro del calentamiento global y sus consecuencias, el cual fue galardonado este año con el Oscar a mejor documental. Y no contento su éxito, está organizando para el 7 de Julio del 2007, un mega-concierto en 8 ciudades alrededor del globo. Como si cantando se fuera a detener el final de nuestros días.

No obstante, esto de organizar conciertos benéficos no es algo reciente, adentrémonos un poco en la historia de los gringos (les recuerdo que no pertenezco a ningún partido de izquierda, ni ninguno de esos absurdos) quienes son una máquina de hacer dinero, ultra-archi-mega-derechistas, no encontraron mejor forma de distraer a las masas, y de paso agigantar su careta de preocupación social y libertad de expresión, que organizando “Conciertos por la Paz”, llámense los grandes eventos de los años 60’s como Monterrey Pop Music Festival (que celebró sus 40 años, el mes pasado) o el Woodstock de 1969. Dichos mega-eventos causaron gran impacto en una juventud ansiosa por desfogar toda su “ira” contra la guerra de Vietnam y el perdido sueño americano. Pensaban que “con una pequeña ayuda de sus amigos” la guerra llegaría a su fin.

Y en efecto, la guerra culminó, pero a mediados de los 70’s, cuando hacía rato que el rock era algo tan comercial como comprar condones en la farmacia, y todos esos hippies locos se quedaron en la nada ¿acaso detuvieron dicho conflicto con aquellas manifestaciones “culturales”?, ¿lanzando, viajando y tirando? Hasta les hicieron un documental ¿y con eso cambiaron algo?

Si ya no había guerra ¿contra quién iban a luchar? Se preguntaban los empresarios organizadores de estos eventos, y justamente fue cuando se acordaron de un continente al cual habían esclavizado durante siglos ¿y si hacemos un concierto por Africa? Al Irlandés Bob Geldof, un intento de músico, un perfecto donadie, no se le ocurrió una mejor idea para meterse en la historia que organizar el Live Aid en 1985, el otro gran megaconcierto después del Woodstock, esta vez no luchaban contra la guerra y por la paz mundial, sino contra el hambre y la pobreza en el continente africano ¿qué? . . . de cuándo acá oye . . . pasa, pasa nomás . . . poco floro.

La cuestión es que lograron realizar el evento, y tanto en Filadelfia como en Londres, bandas como Queen, U2, Duran Duran, David Bowie, Run DMC y otros 80teros tocaron para matar el hambre en África . . . o por lo menos lograron la atención para una “nueva conciencia” en las masas, y claro, tenían algo en su favor: mayores adelantos en las telecomunicaciones que hacía 20 años atrás.

Los 90’s fue una década nihilista en su concepción, se organizaron los Lollapalooza y los Ozzfest, festivales alternativos que no tuvieron otro fin más que el de entretener, sin tener que ofrecer una pantalla de ayuda y lucha contra algo o alguien. Muy aparte de que en 1994 se celebraron los felices 25 años del Woodstock, año que marcó el antes y el después en los 90’s, puesto que tras el fallecimiento de Kurt Cobain, el rock perdió a su última gran leyenda y todo empezó a tornarse más y más consumista, hasta que ya no pudo detenerse y a finales de la década, del siglo y del milenio, en la conmemoración de los 30 años del Woodstock en 1999, ya no fueron 3 días más de paz y música, fueron tres días más de compra, compra y compra, o te vas a la misma mierda; y fue allí adónde se largó el concierto. La juventud iracunda 90tera quemó y destruyó todo Woodstock (aún estaba latente lo sucedido en Columbine) ahora, la lucha no estaba en Vietnam o el África, la lucha era contra ellos mismos.

A pesar de estos tristes antecedentes reivindicativos de festivales pasados, en el 2005 se celebraron los 20 años del Live Aid, al cual le cambiaron el nombre por Live 8, en alusión a la próxima reunión que iba a realizar del grupo de los 8 representantes de los países más poderosos del planeta tierra. Y todo esto para, mediante la música, intentar detener la pobreza extrema en África, mejor que traigan a Toto.

Geldof alucinó que cantando junto a las estrellas de rock del momento podrían conmover el corazón de Bush y Blair. “No queremos tu dinero ¡JA! te queremos a ti” . . . pero si nos quieres dar algo . . . y como nosotros los rockeros (Bono) que vivimos en nuestras mansiones de cribs, no tenemos naaaada que ofrecerles a los africanos . . .

Vamos, todos sabemos a dónde se fue a parar aquel dinero recaudado . . . No señores, abran los ojos, este tipo de conciertos por más buena onda que quieran aparentar lo único que desean es llenar los bolsillos de las empresas que invirtieron en él, con el fin de pagar menos impuestos por “haber organizado algún acto de caridad con el necesitado” ¿es amor a chancho o al chicharrón?

Y es por eso que por más Live 8 que hicieron, la gente sólo asistió o grabó el show por la tele (yo lo grabé de Mtv) para ver tocar en vivo a sus bandas favoritas, y es que no voy a negar que disfruté con las presentaciones en vivo de artistas contemporáneos como Coldplay, Travis, Keane, Audioslave, The Killers, Good Charlotte, Linkin Park, Jay Z, Black Eyed Peas, Joss Stone, Dido, Robbie Williams junto a otros viejos conocidos como Björk, Pet shop boys, Green day, R.E.M., U2, Madonna, The Cure, Duran Duran, Sting (creo que estos 5 últimos ya habían tocado en el primero) y las reuniones de Pink Floyd, The Who, Deff Leppard y Paul McCartney, claro sin olvidar al tenor peruano Juan Diego Flores, quien se presentó desde Berlín.

A lo que voy es que todos sabemos que nadie vio el show por salvar a los africanos, porque apuesto si le preguntaban a alguno de los asistentes al Hyde Park de Londres, dónde quedaba Burundi, seguro que ellos dirían que les apenaba lo del tsunami que les malogró la navidad.

No intentemos tapar el sol con un dedo, ahora al parecer se han dado cuenta, un poco tarde, que ya no es tan rentable organizar eventos para ayudar a los africanos, o en contra de alguna guerra, que estas nuevas generaciones son más traumadas y egoístas que antes, que ya nadie hace nada gratis o porque simplemente desea ayudar. El mundo está cambiando (para peor) y esa es la causa de que el planeta ya no nos quiera más.

Y así como en los 80’s no sabían por qué luchar e hicieron su Live Aid por Africa, ahora en los 2000’es, Al Gore, no tuvo una mejor idea que organizar un Live Earth (qué original) para ya no solidarizarse con un país en guerra o un continente con hambre, sino con el moribundo planeta tierra, con qué nos vendrán luego: ¿salvemos a la luna?

Por eso cuando veo la publicidad del Live Earth, ya sea por la televisión o el Internet, no puedo dejar de pensar en el verdadero propósito de dicho evento. ¿Acaso cantando durante un día completo vamos a detener la muerte de nuestro planeta? Esto está peor que el Fondo Cristal Perú al mundial.

Y para finalizar me sigo preguntando por qué Al Gore viene a meterse con la cuestión ecológica si durante el año 1997, cuando él era vicepresidente, Estados Unidos firmó el protocolo de Kyoto, para la reducción de la emisión de gases provocadores del calentamiento global, mas no la ratificó y mucho menos puso en práctica dicha política porque los gringos aducían que aquel tratado iba en desmedro de su economía. Pobrecitos sólo con ellos, USA, se metían y se paltearon porque no tomaron en cuenta a los tercer mundistas. Nosotros también contaminamos . . . ¿y ellos? Todos contaminamos.

Y otra, por qué no habla del Plan Colombia para la erradicación de cultivos de coca, fumigando con herbicidas que no sólo destruían dicha planta sino todos los cultivos aledaños “legales” poniendo en juego la salud de la población colombiana. Todo ello cuando él fue vice-presidente.

No vendan ilusiones, este mundo ya no tiene arreglo, todos son unos lobos con piel de cordero, como las guerras o la pobreza extrema, de la cual los mismos organizadores de estos conciertos, fueron causantes, lamentablemente ésa es la única verdad incómoda.

domingo, julio 01, 2007

EL AROMA DE UN LUGAR
El muchacho caminó rumbo a aquel lugar, el cual desconocía, el frío del invierno global congelaba su dignidad y otras partes menos indignas, no quería pensar en nada más que en sus propios razonamientos aislados, incluso sin la imaginación lo entendía, no obstante nadie comprendía todo esto, y a él poco le importaba, sólo caminaba cada vez que le daba ganas, no sin antes de huir, respirar un poco de las caricias que sólo la tierra-madre puede regalarnos, se colocaba los audífonos y escuchaba algo música en un idioma extranjero, algunas actuales, otras de otras generaciones, siempre en una lengua ajena a su contexto, por eso le encantaba tanto, puesto que el introducir aquel humo en su cerebro, colocarse los audífonos, cerrar los ojos y empezar el paseo hacia la nada, le devolvían las caricias olvidadas por lo mismo que no las perpetuaba, y mucho menos le concernía.

Ahora sonreía y olvidaba todos sus temores, sus deudas, sus faltas, sus errores . . . se sentía tranquilo, ni un dios inquisidor o un demonio tentador, nadie detrás suyo para joderlo, y a caminar se había dicho.

Lo primero que encontró fue una caseta de periódicos en donde sobresalían un cúmulo de muertes atroces entre gente más atroz aún, pero quienes al parecer disfrutaban apareciendo día tras día desangrados o violadas (y también descuartizadas) en los titulares del país entero; a todo esto, bajaba a propósito la mirada sólo para buscar algo por qué alegrarse, aunque sea un ratito, y esos adolescentes futbolistas peruanos mantenían el invicto, aunque aquello poco o nada le afectaba, así que continuó y regresó a su música ininteligible.

Cuando ingresó a su salón de la universidad, no encontró nada (no encontró a nadie) pese a ello, tomó asiento y esperó a que llegase el profesor para largarse, intentando leer para relajarse y expandirse con lo extrañado que andaba por la vegetación incinerada dando vueltas en sus neuronas; sin embargo al regresar su vista, pudo percatarse que el aula ya estaba infestándose de seres humanos y otros virus; todos confabulando en pro de una devastadora bulla radioactiva ¡BULLA! la cual desconcertaba todas sus cortas ideas sucesivas; y para eso había apagado el Mp3, no para desconcentrarse en la mitad de sus lecturas pseudo-filosóficas.

Entró un profesor, dijo que era el mejor del mundo y se pasó el resto de la clase maleteando a sus colegas, incluyendo de manera muy especial a todos los que no pertenecían a su partido. El muchacho pidió permiso para salir, se colocó de nuevo los audífonos y huyó lo más rápido que pudo hacia su casa.

Giró la llave, empujó la puerta, reingresó, eran la una y media de la tarde, dejó su mochila en el sofá, volteó a su izquierda y vio una mesa, seis sillas, un televisor grande junto a sus controles, todo se encontraba vacío y apagado, sin nadie alrededor, algo estimuló su olfato, era el clásico aroma de su hogar, aunque solamente fue eso lo que pudieron percibir sus demás sentidos, el aroma, nada más que el aroma . . .

Entró a su cuarto, se echó en la cama, sacó su encendedor y prendió el dubbie, recién roleado durante la pasada exposición, inspiró, contuvo el aliento un rato, disfrutó de los moños del gato, cerró los ojos y volteó hacia la izquierda, votó el humo, vio un océano naranja, a su derecha, encontró sus viejos plumones perdidos; y en el cielo, donde ya no existía techo alguno, vio el fuego incandescente de su infierno, ahora flotaba en una cama sobre un lago de aguas oscuras pero mansas, tuvo miedo, lanzó nuevamente, otra vez, y repitió, Mintiendo y lanzando, No pasa nada muchachón, Oe ya pe, Fácil, América, América, América, escuchó las voces de sus amigos, fue a abrir la puerta, le pidieron para tocar juntos la guitarra un rato, cuando regresó con Laura, el muchacho buscó por todos lados y no encontró a nadie cerca, todo era un desierto cuadriculado, rojo y sucio a sus pies, lleno de neblina y demasiado frío. Volteó de nuevo y el aroma del hogar había desaparecido, todo se estaba desvaneciendo, su casa se estaba borrando lentamente, hasta quedar tan blanco como las hojas carentes de inspiración.

Encendió su Mp3, se colocó los audífonos y cerró los ojos que no necesitaron de colirio alguno para pasar piola. Nadie le diría nada, como él nunca lo quiso.

Era la explosión total de la bomba atómica de sus ojos.