miércoles, agosto 22, 2007

NADA
Para mí es frustrante el no poder escribir nada, lo siento, pero no me sale nada, no es que no quiera, es que creo que ya todo está dicho, y lo hecho es tan insuficiente.

No voy a referirme a nuestros hermanos de Ica, Chincha, Pisco, con pena, no, eso jamás, nadie quiere causar lástima.

Fácil podría escribir sobre la miseria, el caos, los saqueos, el frío, el hambre, la sed, que padecen los damnificados.

Pero no voy a hacerlo.

Por una simple razón . . . respeto.

Ellos no necesitan a un imbécil más que llene las páginas de sus periódicos o revistas . . . o blogs con el morbo que produce ver a la gente sufriendo, sólo por vender más; y por ende, ganar más . . .

No señores, yo no me quiero sumar a la televisión y a la radio, y a todos los medios de dominación (porque llamarlos de “comunicación” es mucho para ellos) quienes han llenado toda su programación con informes especiales sobre cómo está muriendo la gente en el sur de mi país.

No creo que les importe, jamás les importaron, y si la capital, Lima, no hubiese sido asustada y removida hasta las sienes con aquel sismo de 7.5, creo que poco o nada les hubiera importado.

Aunque eso no interesa ahora.

Es bueno ver que existe gente que se preocupe de una manera sincera y desinteresada, pero también existen otros oportunistas que sólo lo hacen porque saben que los van a ver, y mientras más muertes filmen, más televidentes tendrán, y mientras más pantalla de bondad ofrezcan, mañana podrán reclamarles . . . porque lamentablemente nada es gratis en esta vida.

Yo tengo algo muy en claro: “que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha”.

Por eso, pienso que ya todo está dicho.

Y he sentido vergüenza, por el simple hecho de no haber escrito nada acerca de lo sucedido (justo hoy se cumple una semana) y más vergüenza aún, de no poder hacer nada más que escribir . . .

Para finalizar, sólo me queda agradecer a todos aquellos seres humanos alrededor del mundo que están ayudando al Perú en estos momentos tan difíciles (y por supuesto a todos los amigos bloggers que me escribieron) y que curiosamente no hacen tanta bulla, como los que no hacen nada, y reclaman.

miércoles, agosto 08, 2007

KANY, La Semillita

Hubo una vez hace mucho tiempo, en un jardín de un parque escondido entre la ciudad, los ruidos, la contaminación, la gente y sus policías, cuatro flores que se burlaban acérrimamente de una muy pequeña y algo extraña.

-Yo soy Rosa, a mí la gente me quiere porque soy bella y a la vez difícil, por mis espinas, aunque pagan mucho por mí a la hora de enviar algún presente a sus seres queridos, aparte huelo bien, en cambio tú, Kany, eres una planta fea y sin gracia, hueles horrible y todos te detestan ¿sí o no muchachas?- y las demás: Violeta, Clavel y Margarita asentían sin objeciones todo lo que Rosa manifestaba; por esa razón, Kany siempre se sentía mal, ya que no podía explicarse por qué sus compañeras la menospreciaban.

Kany vivía cada día un eterno tormento, el cual se iba repitiendo sin tener cuando acabar, puesto que aquellas cuatro flores la molestaban desde el amanecer hasta el atardecer; y lo peor de todo era que no podía moverse y huir. Sin embargo, a pesar de aquellas ofensas, carentes de causa, Kany no guardaba rencores de ninguna índole hacia sus compañeras.

-Chicas, ya es hora-, -¿de qué?-, -de molestar a Kany pues-, -ah sí-, -comienza tú, Violeta-, -bueno, yo soy mejor que Kany porque mis colores son muy vivos y llaman la atención desde lejos, a la gente le gusta verme y tenerme siempre cerca-, -te toca a ti Clavel-, -yo soy mejor que Kany porque a mí me quiere todo el mundo, ya que puedo vivir donde sea, soy quizás la planta más popular del planeta,-, -¡Oye!-, -claro, después de ti Rosa, no puedo compararme-, -así está mejor-, -y soy indispensable como ornamento, en cambio a Kany nadie la quiere, ni la necesita ¡Nadie!- NADIE, NADIE, NADIE . . . y aquellas palabras no la dejaban descansar ni cuando era de noche porque sentía que seguían molestándola en sus sueños, o mejor dicho, pesadillas.

A la única a quien le empezó a remorder la conciencia, después de tanto agravio, fue a Margarita, no obstante no hizo nada, como era de esperarse, por temor al qué dirán –ya empezó el día nuevamente, Margarita, te toca dar inicio a la ronda de insultos y de explicar por qué nosotras somos superiores a Kany-, -sí, demuestra la tesis de la flor y la súper flor-, -bueno, yo . . . yo . . . es decir nosotras-, -ya, habla-, -en mi caso, las parejas suelen utilizar a las margaritas para saber si están o no enamoradas-, -eres una planta del amor-, -sí, las parejas se enamoran conmigo, en cambio tú . . . tú . . . Kany . . . eres . . . eres . . . respugnante, repugante y fea- REPUGNANTE Y FEA, REPUGNANTE Y FEA, REPUGNANTE Y FEA . . .

Kany no osaba defenderse, era su naturaleza, ya se había resignado a continuar eternamente así, llorando y humillándose día tras día, mientras se preguntaba en pensamientos: “pero si no soy bonita, huelo mal, no sirvo ni como adorno, mucho menos me deshojan para enamorarse, si no sirvo para nada entonces ¿por qué he de seguir existiendo, si todos los seres que conozco me aborrecen?- y continuaba sufriendo (y leyendo a Sartre) esperando que se cansaran de despreciarla, imaginando que quizás algún día podrían convertirse en buenas amigas, total, ella no las odiaba, al contrario, quería conversar -simplemente no me conocen- ¿y si hablo con ellas? pero me rechazarían, no me escucharían . . . y así prolongaba sus noches, intentando analizar a sus compañeras para no dormirse y retornar a aquellas pesadillas inquisitorias.

Una mañana, una pareja de adolescentes enamorados pasó por aquel parque escondido, se sentaron en una banca y empezaron a besarse –miren, miren, una pareja-, -seguro que me llevan a mí-, -No, a mí-, -No ¡A mí! porque yo soy la planta del amor-, -pero ellos ya están enamorados-, -¡A mí! Yo siempre seré el regalo perfecto-, -y yo el adorno perfecto- mientras las cuatro discutían y especulaban sobre su futuro; Kany no se atrevía a decir nada, sólo miraba al suelo muy afligida como avizorando su destino: “jamás se fijarán en una planta tan fea como yo”.

Al parecer, las flores habían hecho tanta bulla que la pareja dejó de besarse y volteó la mirada para ver qué estaba pasando. El chico se aproximó sonriendo –Maaanya, mira esta plantita-, -a ver amor . . . ¡Qué bonita!-, -¿la quieres?-, -siiií, un montón-, -y ya está lista para la acción- entonces Rosa, Violeta, Clavel y Margarita se pusieron muy alegres al saber que por lo menos alguna de ellas iba a ser elegida, empero el chico se acercó a la triste Kany y delicadamente le arrancó un par de moñitos los cuales condujo a sus fosas nasales –¡Nos ganamos! Es de la rica, de la buena y de la mejor ¿cómo habrá llegado hasta acá?-, -no sé amor pero saca la rizla que me han venido uuunas gaaanas-, -saca tu cuaderno pe, pa' desmoñar- las demás flores se quedaron boquiabiertas, no podían entender cómo el chico las había rechazado y tomado aquellos antiestéticos moños de Kany, quien mostraba una sonrisa entre avergonzada y dichosa –¡Uyyy sí!, ¡Wau, es la ganya más rica que he probado en años!-, -mintiendo y lanzando amor, mintiendo y lanzando- el chico cayó a la grama y empezó a cantar -debe de estar bien fuerte como para que te regresen las lenguas de fuego-, -Quando para mucho mi amore de felice carazón, Mundo paparazzi mi amore chicka ferdy parasol, Presto obrigado tantamucho cake and eat it carousel[1]-, -mi amorcito y su beatlemanía-, -y tú, con tu batelmanía- todas observaron a Kany con más odio que el standard porque la pareja, no contentos con rechazarlas, estaban escarbando alrededor de ella para llevársela en una bolsa.

En efecto, la pareja cultivó con mucho amor a Kany en el techo de la casa de la flaca; y Kany no se hizo de rogar, ya que dio muy buenos moñitos, los cuales lograron disfrutar junto a sus amigos en cuanta reunión organizaron. Todos comentaban lo bien que sabía Kany, y todos querían más que un simple toquecito, y todos ansiaban llevársela, y ¡TODOS! olerla el día entero; aparte de admirarla por la belleza y perfección de sus hojas; y la relajación al inspirar de su humo natural. El chico se volvió multi-millonario, mudándose a la selva con su flaca, donde todos los hijos de Kany, la semillita de Cannabis, vivieron felices por los siglos de los siglos. Así sea.

Y chapulín colorado, este cuento se ha terminado, no contaban con mi astucia . . . a ver mintiendo y lanzando, por favor . . . mintiendo y lanzando . . . pero toca rápido peee que hace frío . . .

MORALEJA: No olvides regar bien tus plantas porque algún día pueden darte mucho dinero . . . y rolea bien por favor que luego corre mal.

[1] The Beatles. “Sun King”. Abbey Road. 1969.

miércoles, agosto 01, 2007

¿SEGURO?

Aquella noche hubo un tiroteo por su casa. Ana salió gravemente herida, una bala perdida le había destrozado la oreja derecha y tuvo que ser llevada de emergencia al hospital más cercano . . . el del Seguro.

Ana había trabajado durante 15 años en una empresa donde entre otras cosas, le descontaban para el AFP, la CTS y la "Seguridad Social" . . . esta última jamás llegó a utilizar porque su salud había sido tan buena desde su contrato que a veces le daban ganas de enfermarse a propósito (deseos expresados como broma en alguna reunión de amigos) sin saber que su fatal destino le daría una pequeña ayuda.

Ahora se encontraba junto a su pareja, intentando conseguir una camilla para ser llevaba a cuidados intensivos. La sangre no detenía su curso y Ana con la conciencia perdida era interrogada por la enfermera que atendía en la puerta de emergencia –Nombre completo-, -¿qué no ves que está sangrado?-, -por favor, si usted colabora, los trámites serán más ágiles-, -Edad-, -¡pero se va a desangrar!- Ana continuaba pálida sin entender nada, mientras su enamorada loca de ira estaba a punto de asesinar a la inmutable enfermera –Dirección . . . Profesión . . . número de seguro . . . ¿cuál es el problema exactamente?- y su pareja estaba estallando cuando –lamentablemente en estos momentos no hay camas disponibles-, -¡puta ni que fuera hotel!-

En todo este lapso Ana estuvo de pie, con su mano derecha sostenía el pañuelo blanco que intentaba inútilmente contener el flujo de sangre emanando de su oreja destruida. Sin embargo, justo cuando faltaba poco para desvanecerse, llegó una silla de ruedas y fue conducida a una celda en el fondo de un pasillo repleto de gente herida: un señor con sus intestinos en una bolsa, un niño con ambos ojos reventados que no paraba de gritar, una chica desmayada y pálida que empezó a convulsionar, mientras los familiares de toda esa gente, llenaban hojas y más hojas de unos formularios en un idioma parecido al ruso. Ana no logró percatarse de nada de esto, ya que debido al exceso de sangre perdida en la hemorragia, había quedado inconciente.

Cuando despertó, se encontraba en una cama junto a muchas otras a su alrededor con gente igual o peor dañadas, la mayoría en las últimas. Logró escuchar en mono cómo el doctor y la enfermera discutían sobre su suerte –pero esta mujer ha perdido demasiada sangre-, -si hubiese llegado a tiempo-, -no creo que sobreviva, ya no podemos hacer nada más-, -hey sólo me han rozado, no es para tanto ¿o sí?-, -usted cállese, somos nosotros los profesionales-, -pero ¿es que no me van a operar?-, -¿para qué? si igual va a morirse pronto-, -su caso no tiene cura, no sólo ha perdido mucha sangre, sino que en estos momentos no contamos con ninguna de su tipo, y será muy difícil reponerla en caso de ser encontrada, en otras palabras, háganos el favor de morirse-, -ya lo escuchó y si lo dice el doctor . . . además ya mucho favor le estamos haciendo al tenerla aquí infectando el ambiente . . .-

Al día siguiente la pareja de Ana deseó ingresar a visitarla –¿cuál es su nombre?, ¿a qué paciente va a visitar? La hora de visitas ya terminó-, -disculpe pero la hora de visitas es de 3 a 5 y son solamente las 3 y media-, -esto es Emergencia y no puede ingresar-, -¿pero entonces?-, -tendrá que regresar mañana, hay muchos pacientes aquí-, -¿cuánto quiere?-, -¡Oiga!, ¡Usted me está insultando!- una señora se le acercó –hija, éste es el malo, no vale la pena discutir-, -pero bueno, quizás sólo está cumpliendo su trabajo-, -¿de qué hablas? es malo porque cobra mucho si quieres ver a un familiar en emergencia, los otros son más baratos-

Ana se dio cuenta que estaba sola frente al mundo, no tenía fuerzas para moverse, sentía como si todo el cuerpo le fuera a estallar. Volteó a su derecha, el roce de su herida con la almohada de piedra le hizo sentir tanto dolor y ardor como si la hubieran vuelto a balear. Alcanzó observar a una anciana con artritis que pedía algo de alivio para sus dolores y no cesaba de quejarse, mas las enfermeras la miraban y se reían sin asco, diciéndole –señora pero ya muérase ¿no?-, -está muy vieja como para seguir jodiendo ¿por qué demonios no se muere de una vez?-, -nosotros la estamos ayudando al no ayudarla- y continuaron con su vacilón, mientras chismeaban las últimas del hospital. A su izquierda otra mujer, con cáncer terminal, sufría al sentir cómo la sangre helada se iba introduciendo en sus venas, resistiéndose a la muerte y a los dolores de tener el cuerpo carcomido por dentro –señora, colabore por favor, no tiene sentido seguir luchando, muérase de una vez que necesitamos la cama para otros pacientes más importantes que usted-, -sí pues señora ¿quién es usted para quedarse aquí?-, -si tuviera dinero estaría en un clínica privada, ja, ja, ja ¿sí o no?-, -ja, ja, ja, tienes razón- Ana sabía que estaba perdida, y su pareja no llegaba.

Al fin vio llegar a su enamorada –te tienen tan sola, estás tan flaca, malditas sean-, -duele, duele el estar muriendo-, -te he traído un celular, cuando pase algo, sólo llámame-, -bueno-, -hasta que al fin el guachimán me permitió el paso, una señora me dijo que debía invitarle más que una gaseosa-, -son unas mierdas-, -siempre lo han sido, pero ya les tocará-, -me pusieron la sangre-, -sí la veo-, -duele demasiado, está helada-, -tienes que aguantar un poco, ya te pondrás bien-, -no lo creo, he perdido mucha sangre, si llego a salir de aquí, les haré un juicio por negligencia-, -tranquila, no te esfuerces-, -no me han descontado todos estos años para morirme de esta manera-, -en verdad este sitio es deprimente-, -¿y a quién esperabas . . . a Patch Adam’s? eso sólo ocurre en las películas, la gente se muere y ni siquiera le pueden ofrecer algo de dignidad- Ana intentaba al igual que su pareja contener las lágrimas, nunca habían llorado y menos lo harían ahora -no es sólo por la miseria que se ha pagado por este seguro, sino porque somos seres humanos y debemos ser tratados como tales-

La mañana en que Ana falleció, las enfermeras le habían colocado más sangre, con la única diferencia de que ésta no era de su tipo. Antes de dar su último respiro, pudo ver como los internos ya tenían afilados los bisturís para extraer cuanto órgano servible encontraran –acá en su DNI dice bien claro: "donación de órganos: Sí”-, -bueno ¿y qué estamos esperando?-, -¡que empiece la carnicería!-


Aunque no suelo decir esto, lo que ustedes acaban de leer está basado en un hecho de la vida real, algo exagerado por supuesto, pero muy cerca a lo que en verdad sucedió. Aquella persona no tuvo la dicha de tener a un payaso haciéndola cagarse de risa hasta la muerte, sólo un cúmulo de enfermeras, médicos, administrativos y personal de seguridad que sin una sola pizca de humanidad le dijeron en su cara, y la de sus familiares, que iba a morirse y que dejara de joderlos porque tenían mejores cosas que hacer como ver la novela de las 4.


Está bien, todos vamos a morir, pero por lo menos no den tantas ganas de levantarse y sacarles la mierda ¿para eso han estudiado tanto?, ¿dónde quedó su bioética? Todo esto me trae a la memoria a Molière y su tan vigente definición de un médico: "Aquel hombre a quien se le paga para que cuente tonterías en el cuarto de un enfermo hasta que la naturaleza cure a éste o los remedios lo maten".


Descansa en paz amiga Esther.