web-ad-ass: marzo 2020

En Pánico por Chiclayo, uno de los cuentos de Caleta (el nuevo libro de Gonzalo Del Rosario), una rara y extraña bacteria ataca gravemente a los pobladores de Chiclayo, una ciudad del norte peruano. Al final, esta “enfermedad” se convierte en una pandemia en todo el norte y el Estado nada puede hacer para eliminarla; solo espera la llegada de científicos norteamericanos y cubanos; además, luego de imponer la cuarentena, se resigna a recomendar que las personas no se bañen ni se sienten en los inodoros. No es la primera vez que Gonzalo Del Rosario ha trabajado la idea de un futuro apocalíptico y enfermo; anteriormente en textos como Ven ten mi muerte y Cuentos pa Kemarse ya anticipa la idea un mundo consumido por lo catastrófico, lo grotesco y lo absurdo. Estos elementos; sin embargo, lejos de ser cuestionados, forman parte del imaginario narrativo de Del Rosario, son algo así como parte de su espectáculo literario.

Ahora bien, el mañana aterrador presente en Caleta no es sinónimo de un final, sino más bien de un estadio en el que los seres humanos tendrán que aprender a vivir a pesar de los constantes peligros que le acechan. En el cuento Todos vamos a desaparecer, por ejemplo, desde un inicio el narrador menciona cómo de repente sus amigos van desapareciendo; “de pronto una gran sombra nos cubrió y los vi desintegrarse, uno a uno, al Pacho, al Franchis, al Pelao, mis amigos corrieron a sus casas, menos yo, que me quedé como petrificado” (2020, p. 71). El narrador logra sobrevivir y tiene que adaptarse a las nuevas circunstancias que se le presentan. No obstante, hay comportamientos tan humanos que difícilmente pueden ser dejados repentinamente, uno de estos es el sexo; “acabábamos de hacer el amor. Roberta lucía hermosa sobre mí con sus tetas turgente, pálidas y aureolas rosadas. Cuánto la extraño. Cómo adoraba chuparlas hasta quedarnos dormidos” (2020, p. 73). En este relato, la presencia de seres extraterrestres explica el exterminio humano, además refuerza la idea absurda y apocalíptica del libro.

Otro relato de Caleta que presenta esta perspectiva es Here comes the sun. Los personajes principales son el abuelo Juanma, MaHelen, Victoria y el propio narrador. Lo grotesco irrumpe como espectáculo cuando los personajes manifiestan el consumo de carne humana. El lector no solo conoce el hecho, además lo imagina cuando el narrador describe las circunstancias de este acto; “a Victoria le gustan los brazos, pero yo prefiero los muslos, y si MeHalen se derrite por el pecho y la pancita, abuelo Juanma es feliz con el poto, su parte favorita, y no come otra cosa más, por algo atrapa solo mujeres salvajes, los hombres salvajes son puro hueso” (2020, p. 20). El canibalismo es una práctica antigua, por eso, se podría pensar que el relato se sitúa en una época remota a la actual; sin embargo, en esta historia pasa lo contrario; lo que plantea Del Rosario es una civilización futura en que la humanidad se ha autodestruido y prácticas como el consumo de carne humana se han naturalizado.

Por otro lado, muchos de los cuentos de Caleta abordan de manera violenta y grotesca la temática del sexo; por ejemplo, en Caídas se relata como un grupo de forajidos, en una playa casi desierta, violenta sexualmente a una niña. La narración es explícita: “… Y mientras uno se abalanza con una bolsa de tela y le tapa la cabeza, el otro se sienta sobre ella y le sujeta las manos para amarrarlas, el tercero ya está bajándose el pantalón (…) luego de un puñetazo en el estómago que la hace callar es violentada por el más alto” (2020, p 33). Esta escena es observada por un pescador quien cuenta la historia. En el relato, el mismo narrador cuestiona su pasividad, su miedo y se califica como cobarde; es consciente de su responsabilidad al no haber intentado defender a la menor.

Otro de los relatos que ofrece una visión explícita y violenta del sexo es Zoombie Love. En este cuento el personaje de Angélica, una adolescente de 18 años, decide convertirse en actriz porno. Sus empleadores le hacen una propuesta poco convencional e impensada hasta ahora para esa industria: tener sexo con un zombie. Angélica desea experimentar cosas nuevas, por eso, acepta. A partir de allí se va a inaugurar toda una industria del porno zombie, pues miles y miles de consumidores reclaman más películas de este género; es más, han convertido a Angélica en toda una estrella. El conflicto del cuento se da cuando tanto Angélica como Fido, el zombie, se enamoran. Desde una perspectiva crítica y más allá de las descripciones grotescas y explícitas, el cuento permite pensar en cómo actúa una sociedad caracterizada por el morbo y el espectáculo. Sobre esto, creo que la mirada de Gonzalo Del Rosario es crítica pues irónicamente menciona que Angélica y Fido serán premiados en los MTV y que el mundo intelectual ha comenzado a publicar pappers sobre cine y semiótica; “donde se abordan las relaciones humano – zombies desde visiones lacanianas que pretenden deconstruir los discursos heteronormativos imperantes (Zavaleta, 2018: 59)” (2020, p. 69). Es clara, en esta última cita la crítica que hace Del Rosario a todos los académicos lacanianos, deconstructivistas y poscoloniales.

Ahora bien, la burla y la ironía es una constante en el libro de Gonzalo Del Rosario y al parecer la vida formal y modélica es en donde más lo manifiesta. Por ejemplo, en Here comes the sun, uno de los personajes manifiesta haber estudiado Literatura en Nueva York antes de la destrucción global. Como se verá en el relato, esto no le sirvió de nada. En Inundación también hay una crítica a ese tipo de vida apreciada y valorada socialmente; “Clara lucía muy cansada: la maestría y sus tres trabajos la tenían mal, pero es que yo no entiendo por qué hay gente que se pone a hacer tantas cosas” (2020, p. 53). Es más, podría afirmar que muchos de los personajes de Caleta son disidentes de ese tipo de vida y son los que al menos para sí mismos se atreven a cuestionarla.

Sobre Caleta, hay muchas cosas por comentar, pero la finalidad de este texto no es agotar todos los puntos, sino –más bien- iniciar el diálogo entre la lectura del libro y todas sus posibilidades de interpretación. En este sentido, como último punto de reflexión está el cuestionamiento que realiza Del Rosario al mundo intelectual. En varios relatos del libro se juzga el rol de la academia la cual siempre ha buscado –a partir de la teoría- explicar el comportamiento de las personas, sin tomar en cuenta que muchas veces estas no actúan como dice la teoría. Por ejemplo, en el cuento Ven Gansa, sucede una situación insólita: una pareja discute porque una ha decidido abandonar a la otra. Al salir de casa, Catulo sufre un terrible accidente que lo deja en un estado deplorable. Safo, su pareja, decide vengar el abandono y comienza a maltratar sin descanso el cuerpo de Catulo. Podría pensarse que lo ilógico se da cuando Safo pelea con el pene de Catulo; “Safo dio un salto mortal de jedi y cayó frente al pene erecto de Catulo (2020, p. 43) o cuando un perro sarnoso y sus dos perras trans manifiestan disfrutar de la pelea. Sin embargo, lo más ilógico e irracional se evidencia al final cuando Safo, muy satisfecha, deja moribundo a Caluto y se apremia en terminar su tesis sobre El género poscolonial en El arte de amar de Ovidio y Bufurcaria Bifurcata de Benno Von Archimboldi: una visión comparada. Como revela el texto, ciegamente la academia y sus circunstancias apremian más que la vida de un ser humano.

Finalmente, confieso que al inicio no estuve preparado para leer el libro, probablemente no lo estoy del todo. Es probable también que la sociedad en su mayoría no está educada para leer algunos relatos de Caleta, así como no lo está para pandemias ni desastres. Y es que ese es uno de los méritos del libro: ofrecernos situaciones impensadas que -lejos del desagrado- nos interpelan como lectores y desafían nuestras creencias. Creo que Gonzalo tiene el propósito de irrumpir y desestabilizar nuestro mundo; también, a nosotros.

Referencias:

Del Rosario Lozano, G (2020). Caleta. Lima: Ediciones Pbc.