“Taxman” es una gran muestra de ello. Esta canción abre el álbum Revolver (1966) el mismo que apertura una nueva etapa en la música de The Beatles, la cual ya se había atisbado con el Rubber Soul (1965). No obstante, con Revolver se confirma su madurez como músicos; y claro está, que no sólo John y Paul podían lograr temas emblemáticos, sino que George les estaba siguiendo los pasos.
Y es que “Taxman” tiene mucho que ver con lo que estaban pasando Los Beatles por aquellas épocas. El agotamiento por las giras a nivel mundial, las fans que sólo los veían como fenómenos de circo, las catástrofes desatadas en cada lugar visitado, la quema de sus discos por parte de cristianos radicales en Estados Unidos; y en el mundo, los problemas raciales, la guerra de Vietnam, la aparición del movimiento hippie en San Francisco (ciudad donde, coincidentemente, decidieron poner el punto final a sus giras) hicieron que Los Beatles dijeran: ¡Basta! Dejémonos de huevadas y digamos las cosas como son.
El tema fue escrito por George en un arranque de ira. Corría el año 1966 cuando Los Beatles se pusieron a revisar con detenimiento sus cuentas. Entonces George pegó el grito en el cielo al enterarse que gran parte era llevada por el fisco. Así fue como nació “Taxman” (hombre de los impuestos, recaudador de impuestos, cobrador de impuestos . . . lo que fuera), su declaración de ingreso al mundo real, en el cual habían caído después de aquel sueño llamado Beatlemanía, la misma que estaba terminando para dar paso a la Psicodelia que impregnaba el aire y que ellos supieron trasladar al Revolver.
Taxman!
La versión traducida al español es la siguiente:
Deja que te cuente como será
Uno para ti y diecinueve para mí
Porque yo soy el cobrador de impuestos,
Sí, cobrador de impuestos
Si un cinco por ciento te parece poco
Agradece que no me lo lleve todo
Porque yo soy el cobrador de impuestos
Sí, cobrador de impuestos
(Si conduces un carro) pondré un impuesto a la calle
(si tratas de sentarte) pondré un impuesto a la silla
(si te da mucho frío) pondré un impuesto a la calefacción
(si sales a caminar) pondré un impuesto a tus pies,
Cobrador de impuestos
Porque yo soy el cobrador de impuestos
Sí, el cobrador de impuestos
No me preguntes para qué lo quiero
(ah-ah Sr. Wilson)
Si no quieres pagar un poco más
(ah-ah Sr. Heath)
Porque yo soy cobrador de impuestos
Sí, el cobrador de impuestos
Y mi consejo para los que mueran
Declaren los peniques sobre sus ojos
Porque yo soy el cobrador de impuestos
Sí el cobrador de impuestos
Y están trabajando para nadie más que para mí.
El cobrador de impuestos.
Como pueden apreciar, esta crítica virulenta al sistema tributario inglés es un tema cargado de ironía. “Should five per cent appear too small / Be thankful I don't take it all.” Más que cobrador de impuestos parece un mafioso en busca de su dinero. Aunque la cantidad que les restaban no mermaba en nada su gran fortuna, a nadie le gusta ser despojado de lo que con tanto esfuerzo se ha ganado. Y ni siquiera sabían adónde iban a parar aquellas libras, y he ahí su profunda desazón. “Don't ask me what I want it for” . . .
Y juega también con la tradición greco-romana al hacer mención de las monedas que colocaban en los ojos de los muertos para pagarle a Caronte, el barquero que conducía al Hades. “Now my advice for those who die / Declare the pennies on your eyes”. Quiere decir que hasta después de muertos seguirán pagándole al “Taxman”. Morirse cuesta, sino pregúntenles a las funerarias.
Y no hay mejor forma de criticar que burlándose del agresor, sino miren también a Cervantes en el Quijote o Matt Groening con Los Simpsons. La ironía es la mejor forma de censurar, eso lo sabía muy bien George, quien no fue únicamente el Beatle espiritual que la gran mayoría pinta, sino uno de los más jodidos críticos que tuvo el sistema. Aunque muchos recuerden más a John como tal.