domingo, junio 01, 2008

SECADORA

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El hombre ingresó al baño, se bajó el cierre, miccionó, abrió el caño, se lavó las manos, todo de manera mecánica, tenía tantos problemas por solucionar que se quedó un buen rato en la secadora automática. Ésta nunca secaba pero sí derretía, ya que al bajar la mirada, sólo le quedaban las muñecas y un líquido viscoso que manchaba sus impecables zapatos.

23 comentarios:

GRAFICA dijo...

que incereible locación, la secadora de manos. y que buen argumento de triler edwoodiano, la secadora de manos asesina.


felicidad!!
y paz.

desde sereales.

Dinorider d'Andoandor dijo...

ouch!

juntar los restos de la reconstrucción se la veo difícil

Anónimo dijo...

Me paso lo mismo, pense tanto para ponerte un comentario..... y plop!

Anónimo dijo...

cuando nada hacemos para encontrar soluciones, el problema se hace cada vez mayor.....

RacuRock dijo...

osdio esas maquinas.. primero porque hacen bulkla.. segundo porque me ponen la lpoiel de viejo y tercero porque no seca nada... termino secandome con mi ropa

Oscar Ramirez dijo...

las palabras precisas para una imagen exacta.

considero que lograste un cuento muy bien estructurado e interesante.

después de la niña del globo, lo mejor que te he leido.

gabriel revelo dijo...

conciso y contundente... espero nunca me pase!!!!

muchos saludos hasta nueva york, ojalá todo vaya muy bien.

Martin Balbuena dijo...

Ufff....se salvó...si se le ocurría secarse el nepe...se jodía...jijiji.

: ) dijo...

Ups , buena imaginación !

Jorge Atarama dijo...

La mente y sus constantes viajes, un relato corto pero fantástico.

Pedro Estudillo dijo...

¡Madre mía, qué subrrealista! A partir de ahora le tendré más respeto a esas secadoras.
De dónde sacas esa imaginación.
Un saludo.

Fernanda Irene dijo...

¡Pobre hombre! Sí que tenía que tener problemas, si. Espero que tú no los tengas, y si los tienes algún día (Dios no lo quiera) sécate siempre las manos con una toalla, más vale curarse en salud.

Un beso, Gonzalo

Dreampicker dijo...

...Miró el espejo que tenía al frente, que reflejaba al que se encontraba detrás, que en un extraño ángulo, reproducía los espejos laterales de esa caja de cristal. Era él. Mil veces él, el reflejo de su cara perpleja y la mancha que toda su imagen iba formando en ese mosaico de desastres repetidos, disleídos con el calor.

PIER dijo...

Jo! que imaginación.. me gusta este texto.. porque me dejas pensar e imaginar.-.

te dejo abrazos.

Anónimo dijo...

y asi es tan simple como tu secadora , o la vives o te la pierdes . para q pensar mucho eso qma.

Fernando Nerú dijo...

Increiblemente seminal, jajajaja

Al tiempo estimado amigo, vaya que sigues con ese estilo tan sarcastico, coloquialmente metaforico, pero muy bueno.

Un abrazo a la distancia y te invito a mi blog, donde serás bienvenido.

Juan Carlos Namoc Leturia dijo...

No necesitaba más. Tiene lo preciso.

Con razón nunca uso esas máquinas del demonio.

Fernando Nerú dijo...

Por dónde andaras amigo...

Anónimo dijo...

ja
estupenda entrada!
me llevé tremenda sorpresa al finalizar jaja

saludos!

Makiavelo dijo...

Las manos de poco le servían.

Saludos.

Helí dijo...

wao muy bueno =)

PD: gracia x el comment

Adriana dijo...

Gracias por tu comentario en mi blog, lo tuyo me parece muy muy bueno...
Ese poema es especial para mí, sobre todo aquellas líneas...
Adri.

ysraelg7 dijo...

Mejor que no se seco otra cosa eeh jajajaja.


!!!!Ahi si, la cancion!!!!

Un abrazo.