Esta reseña al libro de cuentos "Un zombi ilustrado y otras anomalías" de mi amigo Gabriel Canessa fue incluída en la revista Distopía Literaria, dirigida por estudiantes de la Universidad Nacional Federico Villarreal en Lima, como su editor Edwin Angulo, y el director Paul Asto, quienes decidieron dedicar este segundo número al analisis de la Literatura en la región Ancash:
Demás estaría recordar que la región Ancash ostenta una tradición narrativa de primer nivel. Autores como Carlos Eduardo Zavaleta (Caraz), Julio Ortega (Casma), Oscar Colchado Lucio (Huallanca) y Luis Fernando Cueto (Chimbote) bastarían para convocar a un gran número de amantes de la literatura en cualquier evento cultural.
Asimismo, de los escritores mencionados se puede decir que sus incursiones noveladas sobre el conflicto armado interno son lo más trascendental de su obra: “Adiós Ayacucho”, “Rosa Cuchillo”, “Días de fuego” y “Ese camino existe”, o el cuento “El padre del tigre”, dan fe de ello.
En este sentido, ¿en qué tradición podríamos ubicar a “Un zombi ilustrado y otras anomalías” de Freddy Arteaga Canessa? Este autor nacido en Nuevo Chimbote en 1988 es una de esas aves raras que aparecen cada cierto tiempo y rompen con los moldes de una tradición asentada por décadas.
Esto si pensamos en ¿qué relación tendrían zombis, vampiros, cazavampiros, caballeros cruzados o monjes suicidas, en medio de ciudades cosmopolitas como Nueva York, Londres o Stuttgart, con el caluroso puerto de Chimbote y más específicamente con el distrito de Nuevo Chimbote? A mi parecer: nada; y eso convierte a esta colección de cuentos en una obra sumamente interesante.
Desde el título “Un zombi ilustrado” podemos imaginarnos lo que vendrá; pero cuidado, lo que para muchos no sería más que otra fórmula eficaz por encontrar un nombre “marketero” e ideal para introducirlo en los planes lectores de las secundarias (su destino primigenio) aprovechando la coyuntura mediática y la moda, trasciende el género; y esto lo determina la ironía y el humor negro en el que están envueltos sus personajes: hay cuentos sobre vampiros, pero ni por asomo estamos ante el bodrio de “Crepúsculo”.
Para muestra solo basta ojear el cuento que titula el volumen: “Un zombi ilustrado”. Aquí el protagonista narra cómo devino en un muerto viviente por la vía sexual gracias a su novia. Esto significaba que lo último en descomponerse era el cerebro, por lo tanto reclamaba que por pertenecer a una minoría de muertos vivientes racionales, se respetaran sus derechos y se promoviera su inclusión en la sociedad. Una narración trabajada desde un muy fino humor negro, si cabe la contradicción.
Otro de los blancos de su burla es la frivolidad del mundo editorial, reflejada en los relatos “Una estrategia editorial” y “Revelaciones editoriales”.
En el primero, Thomas Haller (¿Thomas Mann y Harry Haller?) es un famoso escritor alemán cuyo agente, debido a la crisis editorial, no tuvo mejor idea que incluir unos cupones en la contratapa de la reedición de sus obras completas para que los cinco ganadores de un sorteo puedan ver a su autor de culto escribiendo en una urna de cristal, cual si fuera una bestia de circo.
En el segundo, un monje que pasa rezando del mediodía al anochecer consigue decodificar información clasificada por los ángeles, la cual probaba que en el cielo se editaban libros, incluso de autores como Bukowski o Sartre; o de suicidas como Hemingway y Sylvia Plath.
La música ocupa un lugar especial con las narraciones dedicadas a Robert Johnson, “El blues del diablo”; Syd Barret, “El diamante de los dioses”; y la triste “A jazz story”. Asimismo, su tributo a Moby Dick en “Navegando aguas infernales”, la crudeza medieval y sanguinaria de “Epístola de un cruzado” y el envolvente relato que cierra el volumen “La hija del dragón” constituyen lo más destacado de “Un zombi ilustrado y otras anomalías”.
Un debut prometedor para un autor que, como repito, sale del molde de los escritores ancashinos, y abre un nuevo surco por el que posiblemente vayan a transitar, si no lo hacen ya, más autores de su generación; yendo a contracorriente de aquel pensamiento retrogrado que reza que la literatura fuera de Lima solo se centra en la problemática de su contexto regional.
Esto habla, a su vez, de la proyección del Fondo Editorial de la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote y su editor, el poeta Dante Lecca, quienes, contra todo pronóstico para una entidad pública, están apostando por aquella literatura no convencional que se burla de status quo, o mejor dicho, están apostando por literatura, a secas.
Adquieran Distopía Literaria gratis en los stands de las librerías Contracultura (Av. Larco 986, Miraflores) y Selecta (Boulevard de la Cultura Quilca, stand 16, Lima) o en la biblioteca Mario Vargas Llosa de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Ancash 207, Lima).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario