Por: Fermina
Mi amigo el escritor contó un cuento sobre zombis, y justamente uno de ellos llevaba tu nombre pero comía uvas todas las tardes, era el zombie más triste de la ciudad.
Al dia siguiente el mundo se acaba y el zombie no sabe qué hacer.
Entonces hace lo único que todos los zombies, desde Lázaro, saben hacer. Levantarse y andar.
Recorre calles y avenidas enormes y vacías, atraviesa ríos de lava y cemento que yacen como naipes desordenados. Encuentra un lavadero con el caño abierto y durante un buen rato, tal vez cinco o diez minutos, contempla el agua cayendo, perdiéndose en la inexistencia de un mundo acabado. Entonces un milagro, porque no podría ser otra la causa, hace que el zombie solitario sienta la imperiosa necesidad de beber agua. Entonces, con los pies desnudos, verdes y viscosos, se acerca lentamente al chorrito de agua...
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