Por Bethoven Medina
Debemos admitir que la literatura liberteña , desde sus albores, ha sido expresión de autores nacidos en la Región La Libertad y de escritores que habiendo nacido en otras regiones estudiaron y vivieron (aún viven), en esta jurisdicción. Los nombres de Vallejo y Alegría, siguen vigentes pero definitivamente existen otros autores importantes que merecen atención. Ubiquémonos desde 1940, con el grupo “Peña del Mar” en donde destacaron Antonio Fernández Arce, Eduardo Quiroz Sánchez, Genaro Ledesma Izquieta y Manuel Jesús Orbegozo, entre otros. En 1950, luego de haberse creado en Lima, empieza la tarea titánica de “Cuadernos Trimestrales de Poesía” con Marco Antonio Corcuera, Julio Garrido Malaver, Wilfredo Torres Ortega, Horacio Alva Herrera y Carlos H. Berríos. Contemporáneos a ellos en el interior del departamento ubicamos a Néstor Gastañadui y Clodomiro Guevara (Huamachuco); y Carlos Alfonso Ríos (Pacasmayo) .Como mencioné, los autores son liberteños y cajamarquinos, quienes continúan manteniendo el estandarte de la calidad literaria, en poesía, prosa y periodismo. Posteriormente aparecen Alejandro Romualdo, Leoncio Bueno y Arturo Corcuera . Es bueno mencionar que la crítica nacional obvió escudriñar más en el análisis de textos, sea por indiferencia centralista o el desprecio a su filiación política, descuidando el producto en sí: la obra literaria.
Posteriormente, en los años sesenta, surge el importantísimo grupo Trilce: Santiago Aguilar, Juan Paredes Carbonell, Eduardo Gonzalez Viaña, Rogelio Gallardo, Juan Morillo Ganoza, Manuel Ibáñez Rossaza, Gerardo De Gracia, Mercedes Ibáñez Rossaza, Teodoro Rivero Ayllón, Eduardo Paz Esquerre, y Jorge Díaz Herrera, entre otros artistas de diferentes disciplinas estéticas: Manlio Olguín, Gerardo Chávez y Cristóbal Campana.. De ellos, tan sólo se han destacado los méritos literarios de los narradores, en cuanto a los poetas, consideramos que bien pueden figurar en las mejores antologías de poesía peruana, sin embargo, el centralismo y la desidia política, postergaron a sus obras de los anaqueles de la literatura oficial. Los estudiosos reconocen su trayectoria, sin embargo, no se sinceró en los libros que se consideran coleccionables. La crítica nacional tan sólo atendió a quienes vivieron o trabajaron en Lima, sin embargo, aunque tardíamente, y sobretodo críticos y creadores jóvenes, ahora observan con atención a la literatura hecha en esta región.
En la década del setenta, se vuelve a observar lo que ocurrió en los años cuarenta. Se consolida la participación de autores regionales como : José Watanabe, Antonio Claros, Andrés Aguirre Lynch y Carlos Sánchez Vega, y la participación de autores de otras regiones: Hugo Díaz, Juan F. Cortez, Carlos Garrido Chalén, entre otros. Hay que admitir que José Watanabe es quien lidera esta promoción. Considero con suficientes méritos en el parnaso nacional a Hugo Díaz Plasencia y Carlos Garrido Chalén. Se consideran destacables las obras de Juan F. Cortez y Gustavo Benites. En cambio no se dieron libro contundente en Justo Pelaez , ni en Marco Serrano, ya fallecidos. Sin embargo, en el género narrativo destaca Santiago Merino, autor de “ Los Otros Ojos del Mar” y premiado en lid literaria nacional y que sería el único narrador sobresaliente de la década.
En 1976 eclosiona la promoción de los años ochenta, a través del grupo “Nuevo Amanecer”. En este grupo literario mencionamos en poesía: a Franco Chico, Manuel Alfaro, Diomedes Morales, Raúl Pastor, José Pinedo, Carlos Cerna y el suscrito. En narrativa, Adán Cabanillas publicó “Ni en pelea de Perros”. Desde Lima, Gonzalo Espino fiel a su natural Roma (Casa Grande) editó “Casa Hacienda”. Hay que incluir también en esta promoción a Alejandro Benavides quien publicó “Ida y Retorno al Mar “. En esta década, resaltamos la participación creativa de Ángel Gavidia, Erasmo Alayo, Teobaldo Vásquez y Camilo Gil del Grupo “Greda”. A mediados de los ochenta surgen Luis Eduardo García, Luis Felipe Quevedo y Carlos Prado. Tanto Gavidia y García son reconocidos ya por su poesía y cuento. Quevedo publicó un libro de cuentos demostrando destrezas y logrado estilo. Prado, acaba de publicar “La Casa no existe pero alumbra” (2011).
En 1976 eclosiona la promoción de los años ochenta, a través del grupo “Nuevo Amanecer”. En este grupo literario mencionamos en poesía: a Franco Chico, Manuel Alfaro, Diomedes Morales, Raúl Pastor, José Pinedo, Carlos Cerna y el suscrito. En narrativa, Adán Cabanillas publicó “Ni en pelea de Perros”. Desde Lima, Gonzalo Espino fiel a su natural Roma (Casa Grande) editó “Casa Hacienda”. Hay que incluir también en esta promoción a Alejandro Benavides quien publicó “Ida y Retorno al Mar “. En esta década, resaltamos la participación creativa de Ángel Gavidia, Erasmo Alayo, Teobaldo Vásquez y Camilo Gil del Grupo “Greda”. A mediados de los ochenta surgen Luis Eduardo García, Luis Felipe Quevedo y Carlos Prado. Tanto Gavidia y García son reconocidos ya por su poesía y cuento. Quevedo publicó un libro de cuentos demostrando destrezas y logrado estilo. Prado, acaba de publicar “La Casa no existe pero alumbra” (2011).
Es imprescindible valorar a Arturo Castañeda Liñán autor de “La Fuerza de los días” y “Gritar el Infinito” entre otras obras filosóficas, poéticas y espirituales. En la misma línea se ha consagrado el ensayista y narrador Jorge Chávez Peralta.
En los años noventa incursionan los “hombres duros” de “Camión de Ruta” Tomás Ruiz, David Novoa, Lizardo Cruzado, Luis Cabrera Vigo, Miguel Ángel Pajares y Duncan Sedano. En 1995 en las aulas de la UNT aparecen los poetas Jorge Hurtado, José López, César Olivares, y los narradores Gerson Ramírez, Jorge Tume y Hugo González Aguilar, éste último dedicado a la crítica literaria y recientemente premiado en el Concurso Nacional de Ensayo “José María Arguedas” (2011) . En esta década aparece Roger Lázaro Ynca, quien editó siendo finalista en el Premio Cope.
En los albores del año 2000, surgen jóvenes literatos como Samuel Ancajima Mena y Martha Aragonés, de quienes se espera publicaciones. A partir del 2010, nos parecen destacable Carlos Santa María, y en franco ascenso la poesía de Oscar Ramírez, Adriana Larco y Rubén Aguilar. En prosa sobresalen Alberto Zelada, Gonzalo Del Rosario, Lester Rodríguez Lázaro y Karina Bocanegra.
No debemos olvidar los ensayos de Saniel Lozano Alvarado con “Escritores de la Región La Libertad”(2006) y “Literatura Regional de La Libertad” (2009) que son pilares para la investigación de nuestro proceso literario. Asimismo, Blasco Bazán, suma información con su “Literatura Liberteña” y “Diccionario de Escritores de la Libertad” (2011).
En la difusión es imprescindible valorar el trabajo de Papel de viento editores que dirige el poeta Alejandro Benavides Roldan con la Pequeña Biblioteca Regional de Literatura, y las publicaciones del sello OREM que bien regenta el joven poeta Oscar Ramírez.
Es puntual resaltar que desde el 2003, afincó en Trujillo el poeta piurano Alberto Alarcón quien desde aquí difunde su reconocida producción poética y viene alentando ediciones con su sello “Casa Nuestra” y propiciando actividades como “El escritor bajo la lupa” (2011) en donde se actualiza teoría y práctica literaria.
En los años 2010 y 2011, Huamachuco a través de su Municipalidad organizó un concurso nacional de poesía que ganó Juan Villacorta con su libro “Versos del Caminante”, y editó creaciones colectivas de autores andinos liderados Luis Flores.
Finalmente, en Trujillo, en el concurso Nacional de Poesía “El Leonismo en Primavera” (2011)que organizó el Club de Leones de la Libertad, nos permitió redescubrir cómo los poetas crean en silencio esperando una oportunidad, tanto conocidos como nuevos aedos. Fueron premiados Hugo Diaz, Fiorella Vásquez, Carlos Santa María, Julio Lázaro; entre otros. Por ello, felicitamos a los organizadores y auspiciadores, haciendo votos para que este certamen continúe por siempre.
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