LEVANTAMIENT0
Aquel día en el colegio, todo marchaba como de costumbre. Los compañeros gritando, jugando, peleándose, lo normal. Comenzó la clase y el profesor se puso a contar sobre la rebelión de Túpac Amaru II. Claro, a nadie le interesaba o por lo menos no entendíamos su trascendencia; vamos, sólo teníamos 8 años, qué íbamos a estar pensando en las luchas precursoras promovidas por un cacique del siglo XVIII (qué aburrido) si nosotros teníamos Cable, Internet y Play Station en casa para mantener nuestra mente ocupada hasta en horas de clase. O sea, qué nos iba a interesar otro indio más que, como todos los peruanos de la historia contada en el colegio, siempre terminaban perdiendo.
Sin embargo, debíamos estar atentos. No convenía hacer pública la inutilidad de sus palabras, que le estaba contando aquella historia a las paredes (sí, 5 años para eso) porque sino nos podía marcar el cuaderno de control (uhhhhh qué miedo . . . bah) o llevarnos a OBE (donde designan como coordinadores a los mediocres) o en todo caso nos podían botar del colegio (gran cosa). Yo seguía muy tranquilo dibujando mis historietas. Es más de lo que esos chibolos jodidos podían hacer; sino estaba atendiendo a la clase, por lo menos andaba creando algo.
-Profesor, me están pintando la camisa con un plumón, dos, tres- . . . –profesor me han pegado un chicle en la cabeza, y otro más- . . . –profesor me acaban de pedorrear la cara . . . y eructar- aquel muchacho se llama Felipe, al pobre lo agarraban de punto porque era "diferente" y no vivía en una zona . . . llamémosla: “como la de ellos”. A mí me extrañaba que se dejase joder por esos “diske pitukitos” (bueno, sólo había uno, su papá era empresario o algo, los demás le seguían el juego por las fiestazas que armaba en su casa: dalinas, piñatas y comida hasta el hartazgo) si él vivía en un barrio recontra maleado ¿Por qué no lo demostraba?, ¿A qué podía temerle? Me apenaba ver cómo lo batían, pero ¿qué podía hacer yo? Esta vida es una eterna guerra por la supervivencia y si alguna vez se me hubiese ocurrido lanzar algún esbozo de protesta, pienso que no estaría aquí para contarles. Supongo que me dejaban tranquilo porque los entretenía dibujando mis historietas sin chocar.
-Profesor me acaban de cortar el pelo con su tijera- . . . –profesor me han metido un pollo . . . y de los verdes- . . . –profesor acaban de tirar mi mochila al basurero, y le están prendiendo fuego para luego apagarla con su pichi- . . . no, no es joda, si Felipe estaba diciendo todo ello, era porque ya se sabía de memoria el itinerario de sus agresores. No había día en que lo dejaran en paz.
El profesor no decía nada, seguía con su clase como si los reclamos de Felipe fuesen sólo un zancudo sediento e invisible; haciéndose la idea que ya se cansaría algún día, junto con esos chicos que abusaban de él pero pagaban puntuales la pensión. Continuaba su clase comentándonos cómo José Gabriel Condorcanqui se estaba levantando en Tinta cuando . . . los jodidos le seguían rayando la camisa, manchándole con corrector la nuca, escupiéndole en el cuaderno, estornudando en sus mejillas, lanzándole tizas, papeles y pegándole mocos y chicles en sus trinchudos cabellos . . . y el profesor proseguía en su obligado parnaso . . . -fue el final para Túpac Amaru II, por levantarse los españoles le amarr . . .- entonces Felipe ya no aguantó más, consumó algo que debería haber realizado desde hacía mucho tiempo atrás. Volteó su rostro, se puso de pie y le imprecó directo al hijo de empresario quien se sentaba tras suyo –DEJA DE JODER ¡¡¡MIERDAAAAA!!!-
Al terminar de lanzar su última “A”, todos quedamos impávidos, el eco aún retumbaba en nuestros oídos, en especial por aquella palabrota (la cual sólo nos era común dicha en son de burla viendo South Park). Al agraviado no le quedó otra que romper a llorar muy fuerte (claro, de pura finta) y recién allí el profesor detuvo su perorata, se dirigió donde Felipe, y de la oreja izquierda lo sacó del salón, y de la oreja derecha lo siguió jalando hasta la oficina de OBE, a través del patio principal. Todo el personal docente, administrativo, de servicio y alumnos, que por allí andaban, observaron cómo Felipe era llevado casi a rastras rumbo a la oficina.
Cuando llegaron, el profesor lo tenía sujeto de ambas orejas y de un grito le ordenó sentarse. Felipe sin llorar, aguantándose el dolor y la rabia, se sobaba los hinchados miembros auditivos. El profesor le dijo no sé qué cosas, pero parecían fuertes (lo eran). Luego, el coordinador de OBE levantó el teléfono para llamar a sus padres y les dijo que lo recogieran, anunciándoles que por su pésimo comportamiento y su inadaptación a los “estatutos actitudinales” debía ser separado de la institución educativa cuanto antes.
Felipe fue expulsado del colegio ese mismo día. Era el tipo de gente a la cual aceptaban para solventar su pantalla de caridad, pero a quienes ningún profesor tomaba en cuenta. Nadie sabía de dónde sacaba la familia de Felipe para la pensión. Es cierto, siempre se retrasaban, no obstante, terminaban pagando todo. No era el premio de excelencia, pero nunca salía jalado. El profesor dijo a sus padres que ese muchacho siempre había sido un problema para con sus demás compañeros, total, mayor peso tenían las lágrimas de un blanquito con plata que las protestas (justificadas) de un cholito misio.
Yo lo miré antes de irse, sabía que mañana no regresaría. Nunca le había dicho más que un "hola" y otro mísero "chau", y siempre permanecí callado cuando esos maricones lo jodían de lunes a viernes, desde la formación hasta la hora de salida; no lo niego, a veces celebraba sus abusos junto a todo el salón, no sé si sentir lástima o qué, por lo menos ya no le volverán a quemar y mear la mochila . . . a él ya no . . . ¿quién será el siguiente?
Aquel día en el colegio, todo marchaba como de costumbre. Los compañeros gritando, jugando, peleándose, lo normal. Comenzó la clase y el profesor se puso a contar sobre la rebelión de Túpac Amaru II. Claro, a nadie le interesaba o por lo menos no entendíamos su trascendencia; vamos, sólo teníamos 8 años, qué íbamos a estar pensando en las luchas precursoras promovidas por un cacique del siglo XVIII (qué aburrido) si nosotros teníamos Cable, Internet y Play Station en casa para mantener nuestra mente ocupada hasta en horas de clase. O sea, qué nos iba a interesar otro indio más que, como todos los peruanos de la historia contada en el colegio, siempre terminaban perdiendo.
Sin embargo, debíamos estar atentos. No convenía hacer pública la inutilidad de sus palabras, que le estaba contando aquella historia a las paredes (sí, 5 años para eso) porque sino nos podía marcar el cuaderno de control (uhhhhh qué miedo . . . bah) o llevarnos a OBE (donde designan como coordinadores a los mediocres) o en todo caso nos podían botar del colegio (gran cosa). Yo seguía muy tranquilo dibujando mis historietas. Es más de lo que esos chibolos jodidos podían hacer; sino estaba atendiendo a la clase, por lo menos andaba creando algo.
-Profesor, me están pintando la camisa con un plumón, dos, tres- . . . –profesor me han pegado un chicle en la cabeza, y otro más- . . . –profesor me acaban de pedorrear la cara . . . y eructar- aquel muchacho se llama Felipe, al pobre lo agarraban de punto porque era "diferente" y no vivía en una zona . . . llamémosla: “como la de ellos”. A mí me extrañaba que se dejase joder por esos “diske pitukitos” (bueno, sólo había uno, su papá era empresario o algo, los demás le seguían el juego por las fiestazas que armaba en su casa: dalinas, piñatas y comida hasta el hartazgo) si él vivía en un barrio recontra maleado ¿Por qué no lo demostraba?, ¿A qué podía temerle? Me apenaba ver cómo lo batían, pero ¿qué podía hacer yo? Esta vida es una eterna guerra por la supervivencia y si alguna vez se me hubiese ocurrido lanzar algún esbozo de protesta, pienso que no estaría aquí para contarles. Supongo que me dejaban tranquilo porque los entretenía dibujando mis historietas sin chocar.
-Profesor me acaban de cortar el pelo con su tijera- . . . –profesor me han metido un pollo . . . y de los verdes- . . . –profesor acaban de tirar mi mochila al basurero, y le están prendiendo fuego para luego apagarla con su pichi- . . . no, no es joda, si Felipe estaba diciendo todo ello, era porque ya se sabía de memoria el itinerario de sus agresores. No había día en que lo dejaran en paz.
El profesor no decía nada, seguía con su clase como si los reclamos de Felipe fuesen sólo un zancudo sediento e invisible; haciéndose la idea que ya se cansaría algún día, junto con esos chicos que abusaban de él pero pagaban puntuales la pensión. Continuaba su clase comentándonos cómo José Gabriel Condorcanqui se estaba levantando en Tinta cuando . . . los jodidos le seguían rayando la camisa, manchándole con corrector la nuca, escupiéndole en el cuaderno, estornudando en sus mejillas, lanzándole tizas, papeles y pegándole mocos y chicles en sus trinchudos cabellos . . . y el profesor proseguía en su obligado parnaso . . . -fue el final para Túpac Amaru II, por levantarse los españoles le amarr . . .- entonces Felipe ya no aguantó más, consumó algo que debería haber realizado desde hacía mucho tiempo atrás. Volteó su rostro, se puso de pie y le imprecó directo al hijo de empresario quien se sentaba tras suyo –DEJA DE JODER ¡¡¡MIERDAAAAA!!!-
Al terminar de lanzar su última “A”, todos quedamos impávidos, el eco aún retumbaba en nuestros oídos, en especial por aquella palabrota (la cual sólo nos era común dicha en son de burla viendo South Park). Al agraviado no le quedó otra que romper a llorar muy fuerte (claro, de pura finta) y recién allí el profesor detuvo su perorata, se dirigió donde Felipe, y de la oreja izquierda lo sacó del salón, y de la oreja derecha lo siguió jalando hasta la oficina de OBE, a través del patio principal. Todo el personal docente, administrativo, de servicio y alumnos, que por allí andaban, observaron cómo Felipe era llevado casi a rastras rumbo a la oficina.
Cuando llegaron, el profesor lo tenía sujeto de ambas orejas y de un grito le ordenó sentarse. Felipe sin llorar, aguantándose el dolor y la rabia, se sobaba los hinchados miembros auditivos. El profesor le dijo no sé qué cosas, pero parecían fuertes (lo eran). Luego, el coordinador de OBE levantó el teléfono para llamar a sus padres y les dijo que lo recogieran, anunciándoles que por su pésimo comportamiento y su inadaptación a los “estatutos actitudinales” debía ser separado de la institución educativa cuanto antes.
Felipe fue expulsado del colegio ese mismo día. Era el tipo de gente a la cual aceptaban para solventar su pantalla de caridad, pero a quienes ningún profesor tomaba en cuenta. Nadie sabía de dónde sacaba la familia de Felipe para la pensión. Es cierto, siempre se retrasaban, no obstante, terminaban pagando todo. No era el premio de excelencia, pero nunca salía jalado. El profesor dijo a sus padres que ese muchacho siempre había sido un problema para con sus demás compañeros, total, mayor peso tenían las lágrimas de un blanquito con plata que las protestas (justificadas) de un cholito misio.
Yo lo miré antes de irse, sabía que mañana no regresaría. Nunca le había dicho más que un "hola" y otro mísero "chau", y siempre permanecí callado cuando esos maricones lo jodían de lunes a viernes, desde la formación hasta la hora de salida; no lo niego, a veces celebraba sus abusos junto a todo el salón, no sé si sentir lástima o qué, por lo menos ya no le volverán a quemar y mear la mochila . . . a él ya no . . . ¿quién será el siguiente?
17 comentarios:
básico y simple
Primero debe corregir una palabra botar. Por otro lado, me gusto ya que me translado a mi epoca de estudiante. el cuento es agil y se lee rapido. Y siempre habra un lorna en cada aula.
Erick NY
MIRA imbecil yo vengo estudiando contigo toda la epoca escolar y me fue grato recordar el cague de risa que es joder a alguien, toda la chacota y el chongo ....pero hablando de tu motivacion lirica creo que si no has escrito esta huevada hace 9 años o mas (analizando tu nivel, imagino ahora logrado , algo mejor)....te diria::: deja de fumar HUEVADAS CONCHATUMARE!!! PERO POR OTRO LADO...me parecio bacan entretenido y creo que este tipo de relatos deben emparentarse desde su fondo hasta su forma...si es algo para chibolos o jovenes oen fin quien sea!! (al leerlo evoca la escolaridad) debe estar dirigido en un lenguaje donde el relato se goce como tal...como mierda vas a utilizar la palabra coyuntura en un relato de eeste tipo o...algo por el estilo revisa tu texto...miembros auditivos ???
suerte chalo!
juan venero_______
ME ENCANTÓ LA RELACIÓN QUE HAY ENTRE LA HISTORIA Y LA REALIDAD, ES DECIR MIENTRAS EL PROFESOR CONTABA LA HISTORIA DEL CACIQUE, EN UNO DE LOS SALONES DE CLASE DE PRIMARIA OCURRÍA EL LEVANTAMIENTO DE ESTE CACIQUE, ES COMO QUE LA VIDA ES UNA HISTORIA LLENA DE PENURIAS Y OSADÍAS QUE SÓLO NOSOTROS PODEMOS TRANSFORMARLA PARA VOLVERLA HISTORIA...
muy observador ante la injusticia...
aunke lamentablemente muchos nos kedamos asi
como observadores cuando ninios y luego hasta nos olvidamos d que existe injusticia..se vuelve parte del aire ..=S
no lo jodían porque era cholo o porque no tenía plata , le jodían porque se dejaba y porque en su cara se veía a un LOOSERRRR al más puro gringo...
si él les hubiera reventado la madre ni se hubieran acordado que es cholo o no.
si seguimos viendo racismo y marginación ,siempre existirá.
no lo jodían porque era cholo o no , solamnete porque se dejaba...
y quien se deja casi siempre arrastra un estereotipo de ser marginado, se deja porque se alucina inferior y la gente se de cuenta de eso y se aprovecha o lo usa para su diversión , nada más, no es cuestión de ser cholo o misio , es cuestión de actitud.
PIDE SPRITE!
cómo te lo digo???... uhm...???....(le mot juste)... uhm... claro... ya está: escribes hasta el culo.
jo... como me recordaste al principio a ese escritor, politico que siempre habla mal de donde proviene...quien sera.. quien ?
ya te ame, yo queria estudiar lo mismo y quede enredada en leyes. vuelve.
EN PRIMER LUGAR EL AVISORAMIENTO DE TU POSICIÓN ES UN TEMA QUE SE PREDECÍA EN LE ACTANTE PRINCIPAL, LA TEMÁTICA DE LA INJUSTICIA ES PERMANENTE A LO LARGO DE LA HISTORIA, PERO LO MÁS JODIDO ES LA ACTITUD PASIVA DEL MUCHAHCO DUBUJANTE; ESTE PUEDE CAMBIAR EL SISTEMA PERO PREFIERA SEGUIR VIVIENDO DENTRO DE ESA "COMUNIDAD".
BUENO ME AGRADO "EL LEVANTAMIENTO" ES UN CUENTO QUE ASPIRA RECREAR CREO YO, LA REALIDAD DE TU PASADO, Y ESO RESULTA GRATIFICANTE PORQUE MUESTRAS NUESTRAS DEBELIDADES. =Þ
Es una critica a todas las estructura vigentes de la educación. Se evidencia de forma clara la diferecia de clases sociales. Además de poseer un carácter estrictamente social posee elemento jocosos y coloquiales que divierten al lector. Sin embargo las acciones no son muy concurrentes y no converge en un núcleo narrativo.
x)
no pudiste hacer una mejor version de paco yunq q esa.muy buena.
waw! es un relato interesnate, no permite dejar de leer! los abusos a Felipe ..nose..quiza algo exagerados, como no se pego un tiro el chico :S ! pero es un caso muy claro de Bulling, un fe`´omeno abusivo que eve acabar, este relato es un buen metodo. Por otra parte muy interesante la cnvinación de la historia ficcicia con la historia real que cuenta el prfesor, esta muy bien pensado !
Georgina
Ese cuento está bacán, pucha te puliste camarada, aquí sí no te drogaste para escribir, al menos se entiende.
Lo voy a imprimir para mi hermana y para todos mis sobrinos, para que no se dejen joder en el colegio.
Tu amiga De.
¿tú crees en realidad que un chibolo de zona faite, no va a reaccionar? JA, cual quieres que me chupe . . . no, ése no.
TA BIEN HUEVÓN YO LE METO CUCHILLO DE FRESA.
Maggy, la maldita.
Esta bien tu historia pero de que si me molesta, pobre imbecil es que a un coordinador de OBE lo llames mediocre. De que te vales para realizar ese comentario. Para serlo se necesita ser un hombre bastante preparado, para enfrentar cada circunstancia, darle solución y sobre todo orientar.Ademas de ser totalmente imparcial y sobre todo antes de sancionar averiguar.
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