jueves, diciembre 28, 2006

NO CONECTADO
Pablo no tenía nada más que permanecer sentado frente a su computadora. Buscaba muchas cosas: música, videos, noticias, fútbol, etc. Y como no encontraba nada bueno, cerraba despiadadamente una página tras otra. Se ponía como conectado, sabiendo que no deseaba hablar con nadie, a menos que ese alguien fuera alguna de sus amistades militantes en el extranjero. Por otro lado, había veces en que cedía a la tentación de comunicarse con sus coterráneos, pero del otro tipo, aquellos a quienes sí podía encontrar a la vuelta de la esquina, o de su salón.

Claro, esto no ocurría muy seguido, por lo general eran ellos los que le avisaban de su existencia, y no decían nada importante: “hola”, Pablo odiaba cuando alguien le saludaba “pero si ya te he visto toda la tarde en clase ¿por qué vienes a querer hablarme por msn?” eso era algo que no podía entender ¿era tan difícil conversar con alguien en persona? Pablo podía entender el msn como medio eficaz para entablar contacto con sus amigos ilegales pero patas o flacas con quiénes compartía cinco días a la semana un salón de clase ¿no era algo exagerado?

A veces pasaba por la casa de su primo Billy, éste vivía con su tía-abuela “Ale”, la cual siempre le recibía muy entusiasta, un fuerte abrazo y comida hasta el hartazgo era su manera de demostrar afecto, entonces cuando el hambre apuraba y le daba pereza caminar hasta su casa y más pereza aún la de sacar unas monedas para el menú, los visitaba.

Billy, si no estaba en la universidad, paraba el día entero sentado frente a la computadora. Se conectaba al msn hasta cuando dormía (mediante su celu) o cuando se bañaba (era tanta su manía que especificaba su estado: “bañándome”).

A Pablo le parecía gracioso que su primo estuviese todo el día conectado, hueveando frente a un computadora. Lo veía con ojos de chiste, hasta que luego comenzó a pensar que estaba convirtiéndose en una especie de manía; y se planteó algunas interrogantes con sus posibles soluciones: “fácil que le llegó una etapa de misantropía crónica”, descartó aquella alternativa en cuánto vio la lista de 30 personas conectadas al mismo tiempo.

Por otro lado pensó: “seguro ya perdió muchas neuronas y su cerebro se limita cual robot binario a resolver problemas primarios” pero no era tanto así, Pablo se percató de la rapidez mental de su primo, al poder entablar un promedio de 5 a 10 conversaciones simultáneas sin confundirse de receptor y perder la coherencia del tema en cuestión, no cualquiera podía realizar tal proeza.

Pablo procedió a observar detenida y minuciosamente el devenir de su primo Billy. Sacó otras posibles soluciones a la problemática inicial “¿por qué su primo Billy permanecía sentado tanto tiempo frente a una computadora?”, ¿qué de bueno le encontraba? los pre-púberes, púberes, adolescentes, jóvenes y adultos (en otras palabras: “todos”) del género masculino, suelen, por lo general, descargar calmantes para sus ímpetus hormonales, vía Ares u otros formatos, osea –una por-nosotros pe tío- sin embargo, aquél no era el vicio de Billy (con lo cual no estaba exceptuado de realizar tales acciones). “Fácil que no encuentra nada mejor que hacer, o le da pereza levantarse y salir a buscar a la gente a jugar partido, conversar o algo”. Cansado de tanta especulación carente de un sentido fidedigno –oe Billy ¿a quién le mandas tantos videos, ah?-, -a mi flaca-, -¿y por qué no vas a verla mejor?-, -nooo, es que como es chibola, “tiene que estudiar” pe-, -ahhh- así que ésa era la causa-

Meterse con chibolas, ellas(os) paran conectadas(os) al ciberespacio, como no tienen nada mejor que hacer . . . y sus viejos no les permiten salir (por algo les ponen speedy). Aguanta el carro, mi primo tiene la misma edad que yo, ambos nos encontramos a mitad de carrera universitaria, y él sigue allí sentado frente a una computadora como si tuviera 15 años. Entonces ¿depende de la madurez mental que uno posea? no, no lo creo, eso suena a “wazu tío, osea ¡qué erudito que te alucinas oe!”, ¡Qué botado! al menos él ha desarrollado cierta inteligencia cíber-interpersonal, en cambio tú te entretienes en ese saber egoísta denominado lectura, sólo permaneces echado en tu cama o sentado en el wáter leyendo y recontra-leyendo, sin poder comunicarle a nadie tus apreciaciones, por el simple hecho de que a nadie le interesan . . .

Ya, oe Pablo, pero ¿qué me decías sobre las inteligencias múltiples? ya no ya, ya me quito, bueno, me hiciste acordar algo, el msn y sobre todo la telefonía celular, como para ampliar más este diske-cuento-crítica a los medios de comunicación, han propiciado la creación de un nuevo tipo de lenguaje, basado en la economía de las palabras: mintras + crto l msj s mjor nu, caia mela, si ps amix, inclusive ya no se utilizan las palabras, sino que se recurre a los “emoticons” :-s, :-(, X(), para expresar los sentimientos (manya regresamos a la escritura ideográfica) y eso que ahora ya vienen símbolos con caritas y demás tonterías conocidas con el nombre de “íconos gestuales” ¡osea que ya no hay necesidad de escribir nada!

Pero si ya no hay necesidad de escribir, ahh entonces ya sé por qué no puedo compartir lo que leo con alguien, porque simplemente nadie lee. Seguro dirán: "¿para qué me voy a leer un libro de 500 páginas?, pucha pierdo mi “tiempo". Lo que necesitamos es agilizar todos los trámites comunicativos, ¿para qué se han esforzado en escribir tanto si al final podían haberlo dicho en unas 2 o 3 caras (no páginas) “como máximo”?, ¿quién pues los va a leer, si son más aburridos . . ."

En su tiempo, sí que era necesario un “Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” (desde el título ya me cansó) pobrecitos no tenían televisión (por cable sino no vale), dvd’s, celus, computadoras (pero con Speedy ah) todos nuestros adelantos los cuales “nos hacen la vida más fácil”, entonces, ellos sí que podían ponerse a leer el Quijote; y encima esperaron con tantas ansias la segunda entrega, que no faltó algún vivazo quien confundiese a la fanaticada con alguna edición apócrifa. Ahora bien, actualmente no entiendo ¿por qué editan en todos los idiomas al Quijote?, la otra vez leí que hasta han sacado una edición en spanglish, y otra en quechua, ¿acaso piensan que los reggaetoneros ignorantes o nuestros hermanos del ande, van a perder su tiempo en los honorables devaneos del buen Alonso Quijano?, si ni en el mismísimo español nos tomamos la molestia (claro que el original no lo entiende ni su tataranieta), ni siquiera los que estudian literatura lo hacen, ¿por qué? Porque simplemente no hay tiempo.

Nuestra vida es tan rápida que hasta para comer necesitamos el tan útil horno microondas, 1 minuto y tu cena está servida. Para todos aquéllos quienes estaban acostumbrados a la comida casera, les parecerá horrible la primera vez que prueben un “calentadito” vía microondas, sin embargo después uno se hace de la idea y termina cediendo ante la “velocidad de la vida”.

De lo rescatable brindado por los avances tecnológicos. Es justamente en el plano investigativo en donde ha tenido más detractores, sobre todo a nivel de pre-grado. Todos o la mayoría, estamos enterados de lo obsoleto de nuestras bibliotecas; y más aún, de la inutilidad que le atribuimos a nuestro cerebro a la hora de buscar información: sale más barato copiar y pegar, barato para la mente -y pa’l bolsillo también pe tío, así ahorro pa mi celu con cámara, y de esta manera podré perpetuar cada momento “extraordinario de mi vida” (sentado) sin dejar de lado los mensajitos textos y las timbraditas, ¿por qué no lo pongo con vibrador si estamos en plena clase? mmmm, no sé, será porque en este mundo, uno necesita sobresalir . . . ser diferente, ¿no?-

Si, pero muchos profesores, viejos ellos, aborrecen el Internet y sobretodo cuando en la bibliografía sus alumnos sitúan al final el rubro de “bibliografía electrónica” y le meten 300 páginas web de donde ellos presumen copiaron–pegaron, sin haber leído absolutamente nada. Una vez entró al salón un tío el cual abogaba por la “vieja” axioma del “todo tiempo pasado fue mejor” –antes había gente que se quemaba las pestañas en las bibliotecas, apuntando, subrayando, citando, obras monumentales de 800 a 1300 páginas, e investigaban, presentaban sus borradores “a mano” y luego el acabado a “máquina”, todos absolutamente todos se graduaban con tesis. Ahora no, ahora sólo se gastan una quina en el Internet de la esquina (todo con rima) copian y pegan, y ¡ya!, siempre listo, el trabajo, la monografía, la tesis concluida, pero de investigación y conocimientos . . . NADA, absolutamente nada; y todavía es peor, antes no existían las fotocopiadoras como proliferan ahora cada 2 metros, si alguien quería copiarse, tenía que hacer su propio resumen, o hacerse amigo del primero de la clase, y pedirle que por favor le pusiera papel carbón cuando pasara su trabajo a máquina, de esta forma, aunque sea podía estudiar algo para el examen, claro que como nada es gratis en esta vida . . . eso se sabe desde siempre, nunca va a cambiar, mejor no sigo, la diferencia es que todo se ha abaratado y eso ¿gracias a qué?, simple, a que todo se ha masificado, ya cualquier adefesio puede pasar de año. Por eso es que el país no triunfa, porque saca profesionales adictos al facilismo, quienes con el mínimo de esfuerzo ya están titulándose y dispuestos a “trabajar” ¿dónde está la investigación?, ¿dónde está todo el esfuerzo?, ¿DÓNDE?, por eso es que ya no existen grandes sabios en el mundo, por eso es que el planeta entero está sufriendo esta decadencia, no sólo moral sino intelectual, no existen pensadores de valía, gente que haga ciencia, gente que haga filosofía, gente que haga BUENA literatura, pero literatura comprometida con su realidad, con una filiación política, social y filosófica, arte del bueno, creativo, que trascienda, ya no existe un Thomas Mann, un Joyce, un Dostoievski, un Cervantes, ya no hay nada, obras monumentales de 500 páginas para arriba-

Bueno en realidad, tiene razón, sin embargo por dar la contra, como me encanta –pero es que profe si ya no existe un Thomas Mann, un Joyce, un Dostoievski o un Cervantes con sus “novelas monumentales” es porque simplemente nadie los leería, nadie tiene tiempo, todo el mundo o estudia o trabaja, y si tiene un espacio libre, no se va a poner a leer sobre asuntos tan tediosos ¿no?, se pondrá a ver algún programa cómico por la tele o pone su dvd con la peli de moda (porque ni tiempo pa’ ir al cine se tiene), uno lo quiere es desestresarse, en todo caso se aprovecha para dormir lo que no puedes durante 6 días a la semana. Hablando por mí, yo empecé a leer en serio cuando mi viejo ya no tuvo para pagar televisión por cable en mi casa-

La verdad es que el tiempo está pasando tan rápidamente ante nuestros ojos, que no podemos detenernos a apreciar las cosas simples y hermosas de la vida, por “estar tan ocupados”. Últimamente he escuchado cada navidad la típica pregunta-afirmación (y esto harán unos 4 o 5 años atrás) "wazu, cómo se pasó el año tan rápido, ¿di?, como volando tío". ¿Qué es lo que hace que la vida se nos consuma tan rápido? Cuando eres niño, uffff parece que nunca va a llegar la navidad, donde te llenas de regalos y más regalos; pero conforme vas creciendo te vas ganando, poco a poco, de la rapidez con la que la vida transcurre, llegada la adolescencia te ves envuelto en mil y un problema, cuando te das cuenta. . . ya estás terminando la universidad, te encuentras a mitad de la base 2, y sientes que no has logrado nada que valiera la pena.

Ya ni siquiera te detienes a conversar con tus semejantes. Antes aunque sea podías salir a algún lado, no necesariamente a chupar, con tus buenos(as) amigos(as) ahora -no tengo tiempo tío, te llamo pe- ¿te llamo?, ¿llamar por celular?, ¿acaso es eso hablar?, algún pragmático me dirá, pues claro que sí. Ahora existen tantas ofertas para duar, tríar, multiplicar tus recargas de 10 soles a más, para que HABLES ILIMITADAMENTE TODO EL AÑO (pero sólo a partir de 8 p.m. a 8 a.m.) ¡¿HABLAR CON QUIÉN MIERDA?!, eso no es hablar, pasarse toda la noche diciéndose las mismas tonterías que podrías manifestarlas en persona, vía una maquinita aislante, y encima ¿perder el placer de dormir? Eso está bien jodido.

Ahora uno necesita que todo tenga una utilidad y mientras más utilidades y ganancias se obtenga, mucho mejor. Antes me decían los profesores que yo no podía hacer 2 cosas al mismo tiempo, yo les decía que en un futuro “sí que se podrá”. Y no me equivoqué: con el “hands free” (manos libres) uno mantiene las extremidades superiores libres para mientras se habla, con el propósito de poder cocinar, terminar trabajos, escribir en la computadora, masturbarse, wau y ojo que inclusive hasta 3 cosas, porque hablas por celu, haces lo que tengas que hacer con tus manos y también puedes ver televisión y/o escuchar música, ¿qué tal si tocas piano o guitarra y le ofreces un recital a tu amada(o) vía celular? Qué útil hubiera sido para Julieta mandarle un mensajito de texto al huevón de Romeo, fácil que no se moría nadie y todos felices, comiendo perdices y cachando rico cada noche, hasta que se aburran, la monotonía de la vida los aplaste y la rutina marque el fin verdadero (o por lo menos más real) de la historia más triste jamás contada (la cual sin lugar a dudas es la nuestra).

Triste es nuestro caso, los medios de comunicación en lugar de apoyar la unificación, la llamada “globalización”, nos separa cada día más, nos vuelve zombies hambrientos de nuestro propio cerebro que no quiere pensar en nada más que en sí mismo, y en no despegarse de los trabajos o estudios que harán de nosotros “los grandes del mañana” nos dará paz y bienestar económico, pero ¿acaso nos dará una vida plena?, ¿podremos disfrutarla?, ¿ganamos tanto dinero como para no gozar de él?, ¿acaso nos volverá más comunicativos?, o fácil (en un futuro no muy próximo) como la familia de Ricky Ricón, nos hablaremos hasta en plena cena de navidad por celular, y no sólo con la gente que se encuentra lejos . . .

Era bacán ver los Supersónicos de niños y alucinar el día en que lleguemos a comunicarnos presionando solamente un botón y hablando con una pantalla. Bueno hace ya un par de años que hablé con mis padres por navidad de esa forma, peor es nada ¿no?, y eso que hay gente quienes sólo pueden escuchar la voz del ser querido, mas no saben cómo están, si han cambiado sus facciones, si han engordado o adelgazado, si se han bronceado, si se han pintado el pelo, nada, si su piel ya presenta arrugas o en el caso de las parejas “¿cómo será eso de tener sexo vía Internet?”, a veces el Billy se calateaba frente a su web cam y su flaca también, eso lo comprendo de gente que esté a kilómetros de distancia, pero ¡¡¡de personas que viven a 10 minutos!!! (al final, tanto en el amor como en la guerra, todo vale)
Alucina que con mi hermana, no necesitamos ni hablarnos, sólo compartimos videos de youtube y uno que otro mensajito “this video is awesome” y con eso nos decimos todo. Y esto es, una vez llegamos a estar tan ocupados en nuestros quehaceres cotidianos (trabajo-estudio-trabajo-estudio) que para saber como estábamos, nos escribíamos uno que otro mail interdiario, bueno dirán: "pero eso todo el mundo lo hace", la diferencia era que vivíamos en la misma casa.

Los medios de comunicación y su revolución globalizadora, son como cuchillos, pueden ser usados para comer, tanto como para asesinar, ellos nos están mostrando de manera indirecta la fugacidad de la vida, nos están convirtiendo en máquinas “gregarias” y como tales están depurando todo sentimiento que aún poseamos, todo gusto por apreciar lo bello de la vida, que se encuentra en lo más simple, llámese a esto “conversar en persona con alguien y caminar por ahí” o “hacer el amor de vez en cuando, sin necesidad de sentirse agotado por tanto trabajo” o “leer un buen libro” o “ver una película” o “lo que uno solía hacer antes de trabajar-estudiar-sentarse-frente-a-la-compu-todo-ello-con-celu-en-mano-y-ser-robots-robots-robots-vip-vip

Si algo no es “útil” no sirve, si algo no produce dinero, mejor que se joda, si alguien no se adapta, entonces que muera, lo importante aquí es la utilidad, el ser humano, ¿y qué mierda es eso?, ¿Acaso Bill Gates se volvió millonario por pensar en el bienestar del ser humano?, acá lo único que importa es el bienestar del individuo, ya lo demostró él mismo y mira como triunfa y se pudre en plata. Ideologías, corrientes filosóficas, arte, todo cederá ante el poder de la máquina, bueno mejor dicho, ya está cediendo o ya cedió.

Nuestras cualidades de ser humano conciente y pensante, serán anuladas en un futuro no muy lejano si no hacemos algo por evitarlo, ya la gente actúa sólo por repetición, la libertad individual ha muerto, ya no hay nadie creativo, ya no ha nadie que piense, quien vaya más allá de todos. Nos limitaremos a sentarnos todo el día frente a una computadora y “comunicarnos con todo el mundo sin salir de nuestras casas” (aunque eso sí está bueno, puesto que allá afuera la realidad está tan podrida), nos mandaremos mensajes de textos para saludarnos por la calle, en los almuerzos harán sesiones de 4 a 5 personas para hablar por celular de diversos temas, ni siquiera el sexo se salvará, todos nos volveremos onanistas (lo que por un lado también está bien, se reducirá la población mundial, el SIDA y habrá más oportunidades) al final de cuentas ¿quién sabe mejor lo que le gusta a uno, que uno mismo?, todos nos limitaremos a hablarnos mediante símbolos y los seres humanos del futuro nacerán sin cuerdas vocales, con piernas cortas, 8 dedos en cada mano, sin corazón pero con muuucho “cerebro . . .”

Ya lo decía José Saramago: “Un e-mail no podrá jamás ser borroneado por una lágrima”.

lunes, diciembre 18, 2006

ÁRBOL

(Un cuento por navidad)

Su hermana ahora trabajaba en una importante empresa limeña. Ella había venido a pasar el fin de semana antes de navidad en casa, bueno no tanto así, sino que acá todavía vive su enamorado, entonces se extrañarán seguro, ¿qué sé yo? –¿pero vendrás para navidad?- sabía que lo decía por compromiso, en realidad a mí desde hace ya algunos años la noche buena, lo único de bueno que tiene es el pavo gigante que me empujo y el rico combate que me mando, porque de allí, no pasa de recibir dinero y ropa, que es lo que más se necesita cuando se es joven, “documentado”, estudiante superior . . . pero desempleado y encima: dependiente, y lo que es peor aún: con flaca.


al final como te digo, la navidad es para los niños, yo ya no estoy para esas huevadas-, -pero hijito no seas tan grinch, ¿recibiste la ropa que enviamos?-, -sí, gracias vieja, ta chévere, pero a ver si me queda pe, sino lo vendo-, -¿cómo? . . . ¿perdón?-, -no, que está tremendo . . . el regalo, están bien bacán los jeans y el polo-, -los jeans te los compró el viejo, el polo te lo envía tu tía Julita-, -pero ¿no había la de Claudio? Es la 14-, -no sé, es el polo del mundial ¿y viste los perfumes?, esos me han costado bien caro ah, no es para echarte después de afeitar, no los gastes mucho-, -no mamá-, -ese es tu regalo, forras la caja y la pones debajo del árbol, ¿ya?-, -¿qué?, no, o sea ni que fuera qué, la Jessy se está poniendo a forrar unos regalos-, -¿y la ayudaste a tu hermanita?-, -no, nakever, no, yo estaba viendo mi partido de Claudio-, -¿y metió gol?-, -¡sí vieja, pucha que goleó el Bayern 4 a 0 al Mainz, y mis comentarios salieron al aire, y justo metió gol a penas terminaron de decirlos, yo le di suerte pe-, -ah sí, mi amor-, -si ma’ y les puse que no había ido a las clases de la universidad porque soy hincha del Bayern y no me importó tener examen ni nada, total . . .-, -¡¡¡COOOMOOOO!!!-, -ja,ja,ja,ja-, -¿cómo que estás faltando?, ¿qué no estás en finales?-, -no pe vieja, cómo crees que vo’a ser tan cojudo de faltar pe-, -¡ni se te ocurra Gustavo!-, -no pe ma’ osea, si yo ahora toy-, -no, porque así te evadiste, no fuiste a clases en el colegio-, -ma’ eso fue hace cuatro años, aparte era el mundial pe “Argentina-Inglaterra”, el clásico de las Malvinas pe-, -¡¡¡QUÉ CLÁSICO NI QUE OCHO CUARTOS!!!, usted se va a su clase-, -mamá pero no ha habido clase pe-, -ah ya, cuidadito nomás ah, con que me salgas con alguna sorpresa de aplazados-, -pucha vieja, nunca he traído uno, o al menos nunca te has enterado-, -¿cómo?-, -no, este ya, mira-, -ya se acaba la tarjeta hijito, te cuidas ¿ya?-, -si vieja-, -terminas tus trabajos-, -si, mamá-, -ya estás en los finales estudia mi amor-, -si ma’-, -no te olvides de comprar las cosas, ha venido tu hermana no seas tan mezquino en las compras-, -yaa, maaa-, -ya hijo-, -pero es que el viejo pe ma’ dijo que no me excediera, que ya somos dos nomás-, -ay si pues, tu padre, ya le llegaron las “franciscadas” al viejo, pero qué se va a hacer, hijo ya se corta ya, chau te quiero te cui-, -¿ya?, hasta que por fin carajo, ahora sí, a seguir bajando música-


Gustavo vio la mesa, estaba llena de papeles y cosas, realmente detestaba ello, pero como tenía una pereza tremenda, no hizo nada. Le vino un poco de hambre, putamare tovía no hago las compras, habrá un hot-dog en la refri seguro, fue rumbo a la cocina, cuando se percató que en el lavadero habían unas ollas y platos que le ponían nervioso, si nadie hacía algo para limpiar (aunque sea en lo más mínimo) se iba a loquear, pero no encontró nada de lo que estaba buscando, así que regresó al estudio, las canciones ya deben de estar bajadas, voy a clasificarlas y . . . ¿pero qué es esto? –manya unas tarjetas navideñas- ah son de la empresa de la Jessy, no pero tan bravas, no sí, di, mira son dibujos hechos por . . . a ver . . . seguro que los hijos de los dueños, o fácil que, por ellos mismos.


Había uno en particular que llamó la atención de Gustavo, tenía un árbol de navidad de portada (todos eran diferentes tipos de pinos adornados) el cual le parecía el más simple, sólo eran cinco triángulos verdes, dibujados uno sobre otro, con una estrella en la copa; en cada extremo, los triángulos tenían dibujado un círculo de colores; y debajo, el tronco marrón donde se supone se sostiene, más abajo en el "piso" sólo habían bastones rojo y blancos clavados, ah y algo más, unas bolas negras que adornaban el interior del triángulo más alto. Gustavo quedó encantado con el dibujo, lo mejor de todo, era que no tenía nada detrás, sólo un fondo blanco.


-Pero, ¿porqué no han aceptado mi dibujo?-, -no sé-, -pero si yo me he esmerado en hacerlo-, -pregúntale al profesor- Gustavo se acercó y de manera entre tranquila y avergonzada, interrogó al profesor sobre su obra –hijo, es que es muy infantil, parece que la hubiese hecho un niño de 5 o 6 años, no uno de 11, ¿cómo vamos a poner eso en el periódico mural?- puta que roche. No obstante, Gustavo necesitaba más opiniones, así que por la noche, mostró el dibujo a su madre, ella no podría fallarle –no pues amor, pero ese dibujo ya no está como para ti . . . es muy infantil-, -pero ma’-, -no, pero tiene razón el profesor en no haberte aceptado el dibujo-, -pero. . . – Gustavo se sentía más solo que nunca. Nadie solía rechazar sus dibujos, incluso cuando era niño, el psicólogo aconsejó a sus padres que le compraran muchos lápices y blocks con el propósito de desarrollar su imaginación, por supuesto que era sólo una estrategia para que no jodiera en clase y se quedara sentado dibujando.


De niño, su pasión habían sido los dibujos, sin embargo no era bueno haciendo retratos, como otros de sus compañeros que se dibujaban a los Caballeros del Zodiaco a imagen y semejanza del álbum. Gustavo no, él creaba sus propios personajes, sus propias historias, propios mundos, diálogos, personalidad y poderes. Aún así la gente mayor que los observaba, siempre le hacía dos preguntas: “¿Por qué tus dibujos son tan chiquitos?” y “¿Por qué nunca pintas tus dibujos?”. La respuesta era obvia –es que son chiquitos pe, porque sino ¿cómo podría crearles todo el mundo que los rodea?, sino, no se podría ver que detrás de estos dinosaurios, y hay arbustos y árboles, y detrás hay cerros, y detrás está el sol y las nubes, y por encima de los árboles pterodáctilos volando (que no son dinosaurios, porque no vivían en tierra firme) y mira toda una familia de diplodocus (es que me gustan mucho los dinosaurios, tengo toda la colección de revistas de planeta DeAgostini), y ¿por qué no los pinto?, uno porque me da pereza, y dos porque una vez lo intenté y aparte de la pereza, se malograba todo el dibujo, parecían manchitas verdes y amarillas, nunca me gustó pintar-


Aquel suceso marcó de manera definitiva el final de su infancia, comprendió que aquella navidad sería la última que esperaría con ansias. Ya no volvería a dibujar como antes cuando agarraba un lápiz o lapicero, y unas cuatro hojas de papel, ya sea bond (james bond) o bulki (el chusco) y con la goma las unía para poder crear todo un mundo de dinosaurios, ahora no le salía nada –y ¿por qué sigues dibujando la misma cosa?, ¿por qué no cambias?-, -si lo hago, en mis blocks tengo un montón de "películas"- así le llamaba a sus creaciones, porque contaban toda una historia, a manera de cómic, pero sin seguir los parámetros ya establecidos de los mismos (sus primos de Lima sí hacían comics; él no, nada de lo que hacía estaba bien). Según Gustavo era algo diferente y servía para no sólo mantener su mente libre de pensamientos “interrumpidores” de clase, sino para que sus compañeros de lonsa se vacilaran un rato viendo y leyendo sus “estupideces” (cómo las llegaría a denominar luego que perdiera el sentido de todo)


Aquellos patas fueron los únicos que siempre tenían comentarios positivos acerca de sus “películas” e incluso le pedían que avanzara más los capítulos que estaban recontra interesantes (más que una clase de familia y civismo, ahora no sé que nombre le habrán puesto. Esos pedagogos y sus nombres mierdozos que inventan, cuando sepan comprender a un niño o a un adolescente, recordando cuando algún día fueron así; pero sobre todo aprendan a escuchar, la educación podrá progresar, de nada sirve ser muy versado si careces de rating)


Y aceptación de sus obras por parte de su clase, sí que tenía. A veces producía de tres a cuatro “películas” al mes, cada semana sacaba algo: cuando le daba ganas de hacer “las naves espaciales”, las dibujaba, sino “los caballeros medievales”, o la más pedida “contra” (si no se han percatado, el concepto procedía de juegos de super nintendo adaptados por los lápices y el ingenio de Gustavo), pero sin lugar a dudas, su mejor y más lograda “película” fue la tragicómica: “Friends Forever”, en donde actuaban, como era usual sus amigos (los protagonistas eran él y sus patas, en todas sus películas, fácil que por eso, tenía tanta acogida, ta que pendeja sobonería, pero buena la técnica de marketing) claro que ahora ya vestían como humanos.


Gustavo quería tantas cosas, quería que la gente mayor reconociese su trabajo, que no lo tomen como una terapia catárquica, quería ser futbolista, músico, terminar de leer “cien años de soledad” aunque no entendiera “un carajo”, sus influencias no eran ni cagando, los Caballeros del Zodiaco o Súper Campeones, él se proyectaba con Animaniacs y los Simpson, series animadas de otro calíbre, de allí se influenciaba para sus “Friends forever” con ese humor rápido y corrosivo.



Sus amigos también veían de cuando en cuando aquellos dibujos de los cuales Gustavo era fanático, pero sólo se reían a carcajadas las veces en que Homero se golpeaba (ouu) o Bart se sacaba la mierda. Él no, ya no tanto como antes, Gustavo se dio cuenta que empezaba a vacilarse (a parte de los golpes) cuando hacían comparaciones políticas, musicales o filmográficas. Se ganó que estaba ya en otro level, y que había perdido esa inocencia que lo llevara a dibujar para liberar sus demonios, Gustavo sabía que tanto “Friends forever” como su niñez ya no tendrían una segunda oportunidad en la tierra (para esto ya se había leído como tres obras de García Márquez)


Después de la choteada, Gustavo fue perdiendo gradualmente todos aquellos ideales por los cuales había luchado. Ya no quería dibujar, ahora se proyectaba escribiendo, ya no le interesaban las animaciones a menos que fueran tipo Daria o Padre de Familia, conoció South Park y su educación rumbo a la “madurez” estaba consumada. Sólo habían transitado un par de años del dibujo choteado y pasó de a dibujar a diario, a sólo hacerlo una o dos veces al año. Sus amigos (ya en la secundaria) le preguntaban si no hacía más “películas” –no, ahora estoy pensando en mi primera novela- y así los tenía, y los tiene hasta ahora.


Gustavo recordaba la única vez donde obtuvo el reconocimiento que tanto había ansiado. A los ocho años, todavía era considerado un chico promesa para el dibujo –no, señora, no le diga que va a ser pintor, dígale que sea ingeniero-, -pero si mi hijo, cuando todos recién hacen un pollito, él dibuja toda una granja-, -sí, tiene mucha imaginación, pero encamínelo hacia otra profesión, una más rentable, ésta es muy dura- ganó su primer concurso de pintura, organizado por la empresa que ahora le estaba dando trabajo a su otra hermana, Claudi, no la de Lima, sino a su otra hermana, como ya dije. Era un dibujo muy simple, uno que él mismo choteó antes de proponérselo, no, no pasa nada. El tema era el ahorro de luz, y no se le ocurrió mejor cosa que trazar una línea oblicua, la cual separaba en dos mitades iguales la cartulina, en la mitad de arriba, un foquito con cara feliz, todo pintado de amarillo diciendo: “yo tengo luz”, y en la de abajo, sólo dos ojos tristes y un fondo negro que decía: “yo necesito luz”; y ese “neces-ito” mal silabeado –es que se me había terminado la cartulina pe- que convertiría a aquel cuadro menospreciado por su autor en el ganador del concurso regional de dibujo y pintura organizado por la empresa de Luz de Trujillo. El señor alcalde hizo entrega de la bicicleta montañera al primer premio y foto en los periódicos, luego se acordaría que ese mismo alcalde le entregaría una medalla de "alcalde escolar" cuando estaba terminando su tercer año de secundaria.


A todo esto, Gustavo se enfermaría (la emoción seguro), y el lunes no pudo asistir al único reconocimiento que hubiera valido la pena sentir frente a todo su colegio, nunca supo lo que era ser reconocido, ni felicitado, las autoridades sabían que era un chico terrible, díscolo y rebelde, en cualquier momento saldría con alguna huevada y les cagaría la formación, pero gracias a Dios que no vino este muchacho del demonio.


El martes sí se presentaría, sin embargo el cole no le pararía bola, ya había pasado todo, mas no para sus amigos, quienes le metieron tremendo apane que no le quedaron más ganas para volver a ganar de nuevo (todo con cariño pe)


-Pero ma, es que simplemente me llega al pincho la navida' pe, osea cuando eres chibolo bacán, porque recibes de todo, puta esperas tus juguetes y esas huevadas, ni siquiera me importaba comer, pero cuando ya vas creciendo tienes que empezar a dar regalos a todo el mundo (y todos tus ahorros se van al carajo, seguro que no debe de haber navidad para el que trabaja y tiene hijos, triste su caso) y hacer chocolatadas cojudas, y regalar panetoncitos a los pobres, puta osea, he sido una mierda todo el año y sólo porque es "navidad" tengo que ser "bueno", no osea no pe, no me parece ah-, -yo le hice su chocolatada a la señora que limpia, con sus nietecitos-, -ya pues vieja te ganarás el cielo-, -no seas malo, le estarás pagando al día, no esperes que llegue a pedírtelo, seguro toca y como no hay nadie. . . -, -pero vieja ¿crees que ella no es viva?, si no es por vieja es por pendeja, los pobres son la gente más viva del mundo, para poder sobrevivir sin nada, deben de ser personas muy fuertes, claro que se sabe cuando entramos y salimos de la casa,


Gustavo agarró la tarjeta con el árbol de navidad de triángulos verdes y círculos de colores, la observó detenidamente, y por primera vez en muchos años pudo esbozar una leve sonrisa, suspiró, la navidad no volvería a ser lo de antes.

jueves, diciembre 07, 2006

OCEAN CHILD
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Es curioso, pero cuando trato de encontrar una balada hecha por John Lennon en su época Beatle, me es muy difícil. Las primeras que se me vienen a la mente son las de Paul: Yesterday, Eleanor Rigby, She’s leaving home, Fool on the hill, Black bird, The long and winding road, Let it be, etc.

Y es quizás porque John siempre fue el Beatle “rockero” aquel que le ponía esa cuota de locura e irreverencia a la banda. Para muestra sólo hace falta recordar la tocada en el “Royal Variety Show” cuando John hizo la petición que debe adorar toda la working class: “Para nuestro último número, queremos su ayuda, la gente de los asientos más baratos síganos con las palmas, el resto de ustedes, sólo muevan sus joyas”, en aquella presentación, la reina fue lo de menos.

También podemos tomar en cuenta cuando luego de una noche (o fácil varias) de viajar en ácido despertó diciendo ser Dios, los demás Beatles por no hacerle enfadar, ya que era muy irritable, tuvieron que convocar a una rueda de prensa y salieron con la frase “más populares que Cristo”, la cual creó disturbios, sobre todo en el sur de Estados Unidos, donde sus discos fueron echados a las hogueras (esos gringos tan quemados como siempre, mismo inquisición española o Nazi-locos).

Y para terminar esta parte, recordemos la vez en que John Lennon fue a recibir un premio de la Academia de Literatura de Londres, por su libro In His Own Write. El director de la misma dio un extenso y aburrido discurso; duró tanto que cuando le tocó el turno de agradecer por el galardón, se levantó y dijo: "Que Dios los bendiga" acto seguido, se sentó.

Musical o extra-musicalmente, John Lennon siempre tuvo una sola convicción: llamar la atención. Eso explica quizás por qué sus temas son casi siempre los más célebremente movidos: Twist and Shout (esa voz rasgada no fue a propósito, luego de grabar con el grupo durante 11 horas seguidas el que vendría a ser su primer LP Please, please me de 1963, John tenía la garganta destruida por una canción que no era suya) o semi-movidos: This boy (tema compuesto como para el baile del rey y la reina de la promo, ja, ja) que inspiraría a Paul a tratar de emular sus altos en el último álbum de estudio Abbey Road (1969) con la canción Oh! Darling (estuvo ensayando su voz durante toda una semana, sólo para rasgarla a lo John).

No podemos olvidar los “experimentales”: Tomorrow never knows, tema de cierre del álbum Revolver (1966) que fue el primero en grabarse pero el último en la lista final del disco; y Revolution 9, extraído del White album (1968), lo más parecido a una pesadilla sin fin. Ambas canciones, denotaban los avances técnicos y vanguardistas a los que aspiraba John (también sus dos grandes influencias: Yoko y el LSD).

En cuanto a la lírica I am the walrus es la letra más extraña de John Lennon (entre otras) derrochando sus dotes de poeta y admirador de Lewis Carroll logró una pieza estupenda. Diría más adelante que esa canción fue escrita como para “tenerlos entretenidos durantes los siguientes 100 años” en alusión a todos aquellos quienes siempre trataban de encontrar mensajes ocultos en las canciones de los Beatles (sin contar con el cruce de este tema con una presentación radial de la tragedia de William Shakespeare: El Rey Lear como para colocar el broche de oro a esta obra de arte post-moderno)

Otras como Lucy in the Sky with Diamonds, Happiness is a warm gun, Revolution o I want you (She’s so heavy) continúan la senda trazada de confundir pero a la vez cautivar por lo extrañamente estridente y bello de su composición. Los temas aquí mencionados, son sólo unos pocos (de lo más popular del repertorio caleta). Consíganse los álbumes o bájenlos y verán de lo que les hablo.

Pero volviendo a lo que estaba diciendo inicialmente, John Lennon compuso las “trankis” que lo hicieran famoso; y las cuales lo catapultarían a la estratosfera de la paz y el amor (mejor dicho del pacifismo y las baladas rock) en su época como solista. Estaría demás comentar acerca de Imagine, Jealous guy, Mind games, Woman, Love, etc. Canciones recontra conocidas y tomadas como himnos de la paz mundial. Ahora bien, yo quiero referirme a dos temas en especial, el primero llamado: Julia, extraído del White Album, el cual fuera dedicado a su madre Julia Stanley.
Cuando John Lennon nació el 9 de Octubre de 1940, la segunda guerra mundial estaba en plena efervescencia; pero al término de ésta, allá por 1945, un mundo destruído y traumatizado intentaba resurgir de sus cenizas de intolerancia, pero también era el momento justo para partir y buscar nuevos horizontes. La marina mercante acogió a Alfred, el padre de John, y su madre se vio obligada a trabajar fuera todo el día para mantener a su hijo, puesto que Alfred los había abandonado. Entonces Julia dejó a John a cargo de su hermana, la “tía Mimi”.
John nunca pudo disfrutar de una infancia junto a sus padres, como cualquier otro muchacho, tal vez allí radican sus ganas de querer llamar la atención de todos. Su madre sólo iba a verlo cuando tenía tiempo por ello, John, pasaba más tiempo con su tía.
Conforme fueron pasando los años, madre e hijo empezaron a verse más seguido; no obstante, su relación nunca llegó a ser la idónea. Y todo lo que nunca se dijeron, se quedó estancado en la memoria debido al inminente fallecimiento de Julia Stanley cuando John sólo tenía 17 años. Fue un episodio duro y decisivo ya que por esas épocas estaba naciendo lo que en un futuro se llamaría "The Beatles".

Sucedieron demasiados acontecimientos dignos de resaltar desde la muerte de su madre hasta la aparición de Yoko Ono. A la vez que se había desatado el fenómeno de la Beatlemanía en todo el mundo, John había contraído nupcias con Cynthia Powell y ella le había convertido en padre de un niño al que llamaron Julian (un tributo obvio), sin embargo ni el dinero, la fama y una familia, pudieron satisfacerlo.
Hasta que conoció a Yoko Ono, y ella caería como anillo al dedo en la vida de John. Yoko (7 años mayor) vendría a encausar aquel complejo de Edipo que John mantenía latente y nunca logró materializar. Yoko no cambió la forma de pensar de John; es más, Yoko no disolvió a los Beatles, simplemente se convirtió en aquella imagen materna que John había estado esperando toda la vida, aquella madre de quién quería enamorarse, a quién admirar, en quién buscar protección cuando todo haya sido destruido.

Por eso empezó a componer esas canciones tan cargadas de romanticismo en su época solista, temática que ya había planteado de manera popular y fría en su primera etapa, antes de conocer a Yoko, luego de ella, su mente se expandió y le fue divulgada la única verdad que necesitaba: all you need is love (todo lo que necesitas es amor). El amor que había estado buscando por tanto tiempo, el que no supieron transmitir ni Cynthia, ni su madre y mucho menos, su tía Mimi.

Todo esto nos lleva a revisar la siguiente canción. Si bien en su etapa solista apareció sin tapujos el universo más íntimo de John; éste ya lo había demostrado antes, con los Beatles, en la canción a la que he hecho tremenda introducción: Julia . . .

Half of what I say is meaning less
But I say it just to reach you,
Julia

Julia,
Julia,
ocean child,
calls me.

So I sing a song of love,
Julia

Julia,
seashell eyes,
windy smile,
calls me

So I sing a song of love,
Julia

Her hair of floating sky is shimmering,
glimmering,
In the sun

Julia,
Julia,
morning moon,
touch me

So I sing a song of love,
Julia

When I cannot sing my heart
I can only speak my mind,
Julia

Julia,
sleeping sand,
silent cloud,
touch me.

So I sing a song of love,
Julia

...calls me

So I sing a song of love for Julia,
Julia,
Julia.

Lo que más me da a pensar es que Julia simboliza para él la palabra “Madre” en general, de la cual nunca llegó gozar su amor como todo niño. Luego, Yoko pasaría a ser su “madre”, su “Julia” digo esto porque: Yoko Ono significa: Ocean Child (niña del océano), entonces podrían ser dos homenajes en uno, para su madre: Julia; y el otro, a su nueva “Julia”: Yoko Ono “la niña del océano”. La que le dio sentido a la otra mitad sólo para que pudiera llegar a ella.

Veamos la versión traducida de Julia:

La mitad de lo que digo no tiene sentido
Pero lo digo sólo para llegar a ti
Julia
Julia,
Julia,
Niña del océano
que me llama
Por eso canto una canción de amor
Julia
Julia,
ojos de concha marina,
Sonrisa de viento,
que me llama
Por eso canto una canción de amor,
Julia
Su pelo de ingrávido cielo brilla tenuemente
Parpadea
en el sol
Julia,
Julia,
Luna del alba,
tócame
Por eso canto una canción de amor,
Julia

Cuando no puedo cantar con el corazón
Sólo puedo decir lo que pienso,
Julia
Julia,
arena dormida
Nube silenciosa,
tócame.
Por eso canto una canción de amor,
Julia
...Me llama
Por eso canto una canción de amor para Julia
Julia,
Julia.

Ahora que comprendemos un poco a John (claro, es poesía, y se presta a diferentes interpretaciones) estamos preparados para el verdadero tema dedicado a sus padres. Es el segundo que les quería hacer leer (y espero que los mande a escucharlo, si no lo han hecho ya). Salido del John Lennon / Plastic Ono Band (1970) tal vez su mejor álbum como solista, con el debido respeto que merecen el Imagine (1971) y el Double Fantasy (1980).
Particularmente me gusta su primer álbum como "solista" porque actúa como una verdadera catarsis. Deja escapar a toda esa legión que había estado almacenada en su mente y corazón durante todos esos años. Y pienso que esa fue la principal causa para su consagración con Imagine (ya había eliminado a la mayoría de sus demonios). El tema a analizar se llama: Mother, y es tan explícito que no quedarán dudas al respecto:


Mother, you had me but I never had you

I wanted you but you didn't want me

So I,

I just got to tell you

Goodbye, goodbye

Father, you left me but I never left you

I needed you but you didn't need me

So I,

I just got to tell you

Goodbye, goodbye.

Children, don't do what I have done

I couldn't walk and I tried to run

So I,

I just got to tell you

Goodbye, goodbye

Mama don't go

Daddy come home . . .


Lo cual en español es:


Madre, tú me tuviste, pero yo nunca te tuve
Yo te quise pero tú nunca me quisiste
Ahora tengo que decirte
Adiós, adiós


Padre, tú me dejaste, pero yo nunca te dejé
Yo te necesité, pero tú nunca me necesitaste
Ahora tengo que decirte
Adiós, adiós


Niños, no hagan lo que yo he hecho
Yo no podía caminar e intenté correr
Ahora tengo que decirles
Adiós, adiós


Mamá no te vayas

Papá regresa a casa. . .


Está de más tratar de explicar esta canción, las palabras sobran. Si John Lennon pedía paz en el mundo, era porque quería y necesitaba encontrarla, y Yoko se convirtió en ello: su guía, su mujer y su madre . . . la cual había perdido, desde mucho antes de su muerte en un accidente de tránsito.

La infancia de John Lennon había sido dura al no tener a sus padres cerca, quizás por eso era tan loco y tan genial a la vez, sin embargo nunca dejó de quererlos como se quiere aquello que nunca se tuvo.

Mother, you had me but I never had you . . .

martes, diciembre 05, 2006

BANCO

Una noche de esas donde el sueño se convierte en caída, Juan se levantó hinchado, con la entrepierna izada y palpitando. Aunque la micción le devolvió la tranquilidad; volteando hacia el lavatorio, se dio cuenta que algo faltaba.

En la ducha encontró una batea llena de agua con la pasta dental flotando sobre la superficie.

Se pegó observándola hasta que un escalofrío lo devolvió en sí. Se dirigió al cuarto, el sueño le cerraba los ojos y su somnolencia le derivaba pensamientos morbosos. Se miró al espejo, sus ojos seguían reventados, pero estáticos por la misma razón. A él le gustaba verse antes de dormir, era el único momento del día en que podía sentirse deseable.

Juan se dirigió al banco, sacó su ticket y se sentó, tenía que pagar las tarjetas de crédito de sus padres. Luego de un rato su número sonó un par de veces pero al no encontrar respuesta, siguió de largo, Juan continuaba ensimismado con su novela. Cuando levantó la mirada, fue a pedirle al cajero que por favor le dejara pagar, solamente se le había pasado un número -espere su turno-, -es que tengo clase-, -no es mi problema-, -pero es que yo-, -saque otro ticket- dijo señalando la máquina, Juan debía sentarse a esperar otra media hora. Logró ver al cajero sonreír maliciosamente.

Terminados sus quehaceres bancarios, caminó casi corriendo a la universidad. En la calle le sorprendieron un millón de cláxones que pugnaban por atravesar el tráfico del medio día. Escapó de aquella zona con las manos en los oídos. Después de una cuadra de transitar sosegado, pasó un carro dando fuertes bocinazos y carcajadas malditas. Cuando quiso cruzar la pista, otro aceleró en plena luz roja asfixiándole con su nube de smog; y un tercero, contra el tráfico, aplastó su pie derecho. Luego de recordar a la madre de todos los chóferes, siguió su camino cojeando, no podía perder aquella clase.

-A ver carné a la mano señores, carné a la mano- Juan la había olvidado en la mesa -no señor, no puede pasar sin su carné universitario ¿tiene algún otro documento?- su DNI le acompañaba, desayunaban junto al pasaporte -me los olvidé en la mesa, pero tengo clase-, -ése es tu problema ¿cómo sé que es cierto? nadie puede pasar sin identificación- mientras que por el otro carril, discurrían tranquilamente: un par de barbones con relojes amarrados al cuerpo; unos tipos con boinas y polos con la hoz y el martillo; un par de arios, vestidos de militares, portando maletines llenos de armas; un hombre con un sobretodo, y al parecer nada debajo -¿acaso crees que voy a vestir tan formal, pudiendo estar más cómodo en tremendo sol, si no fuera porque estudio aquí?, ¿y cargando esta mochila llena de libros junto a mi informe recién impreso? Y . . .- el guachimán no lo escuchaba, había divisado a otro a quien joder.

Ahora había perdido más minutos, encontró la puerta del salón cerrada, tocó y escuchó lo que temía desde que se le pasó el ticket -dígale que no puede entrar, es una falta de respeto hacia ustedes y sobre todo a mi persona, deberían llegar temprano para escucharme con admiración, como su autoridad intelectual-, -profesor, él es parte del grupo-, -ése es SU problema ¿para qué no viene más temprano? Según Teun Van Dijk[1] . . . -

Luego de romperse la nariz debido al portonazo, arrojó furioso su informe y lo destruyó con los pies mientras profería groserías que inspirarían a cualquier barra-brava. El pobre Juan odiaba a todos y al mundo entero, recogió lo que le quedaba de trabajo y lo echó al basurero francés.

Con el sol que le quemaba la ropa, su informe destruido y su mochila cargada de libros pesados, el día no podía estar peor. Se detuvo frente a una Iglesia. Observó palomas tragando piedras con migajas, luego como la cruz que estaba en la cúpula fue tambaleándose hasta caer, y conforme iba descendiendo se dividía en réplicas pequeñas como saetas que terminaron por ensartar a todas las aves, tiñendo el suelo de sangre y cadáveres. Un potente claxon le indicó que allí continuaban la cruz y las palomas tragando muy tranquilas.

Juan volteó furioso. El automóvil detuvo su curso en la esquina, se acercó a la ventana -¿taxi?- y gritó en su oído lo más fuerte que pudo, tanto que llegó a emitir sonidos entre cláxones, alarmas, cuetones, disparos, trompetas, platillos, sin ritmo ni melodía, junto a ruidos de gente agonizante y choque de metales los cuales terminaron reventando los tímpanos del sujeto. Juan lo dejó convulsionando con los oídos sangrando, sus manos tapándole las orejas, manchando los asientos de su taxi.

Siguió caminando. Otro taxista repitió el bocinazo cerca del banco. Como pasó tan rápido no tuvo tiempo de gritarle nada, no obstante detuvo el auto de golpe, el ruido de las llantas llamó la atención de los peatones. En ese mismo instante algo estalló dentro del carro. Los mirones empezaron una carrera de vómito al distinguir el olor a sangre que emanaba del vehículo.

Ingresó nuevamente al banco pero ahora no venía a pagar sino a retirar. Se acercó al mismo tipo que lo había choteado -disculpe, pero debe de esperar su turno, estoy aten . . .- de la boca del cajero empezó a salir papel, sin nada escrito, el cajero no comprendía qué estaba pasándole, el señor a quien atendía tampoco, aunque éste último miraba su reloj con fastidio.

El papel comenzó a envolver el rostro del cajero, sus colegas se quedaron paralizados, sin embargo debían seguir trabajando porque los clientes apuraban; los demás se limitaban a observar mientras esperaban la llegada de su número en la pantalla. Los papeles iban cubriendo de manera integral el rostro del cajero, lo estaban asfixiando, parecía como si le hubiesen enyesado la cabeza, no tardó en desplomarse sobre la computadora de donde brotó más papel.

Juan tomó un taxi con dirección a la universidad, el señor conductor fue muy amable, al bajar le deseó buen día. No ocurrió lo mismo en la puerta -a ver carné a la mano señores- Juan hizo caso omiso a las exigencias del guachimán -documentos señor, sino no podrá . . .- Juan ni siquiera tuvo que mirarlo para que el hombre junto a sus dos compañeros trogloditas salieran disparados contra la pared donde se quedaron pegados, como si un viento muy fuerte los apretara, el mismo que terminó por aplastarlos como cucarachas y chorrear todas sus vísceras bajo ellos, quienes se mantuvieron adheridos a la pared.

Los estudiantes le agradecieron jubilosos ya que no habían traído ni carné universitario, DNI o pasaporte y tenían examen o exposición. Para esto, Juan ya estaba camino a su salón, donde seguro que el profesor continuaba pavoneándose, algo que sumado a su insoportable soberbia, había logrado que los alumnos le tuviesen miedo y odiasen el curso.

Juan tocó la puerta, como era de esperarse nadie respondió, así que se introdujo por una ventana. Todos voltearon y rieron, el profesor incluido, luego callaron al presenciar cómo el magíster iba encogiéndose, y su risa agudizándose, hasta que quedó del tamaño de una polilla. Un leve movimiento telúrico arrojó el libro de Teun Van Dijk sobre éste, aplastándolo por completo.

El lugar entero había enmudecido. Al cerrar la puerta, aún podía escuchar a sus compañeros celebrando con gritos la proeza. Los que estaban exponiendo lanzaban con estruendo vivas a Juan por haberlos liberado de la Bestia.

Ahora quería descansar un poco. Intentó salir de la universidad, pero aún faltaba más. Un guachimán pidió -a ver mochilas señores[2]-, -no, ya tengo, gracias- respuesta de una chica que arrancó las risas de la larga cola, el guachimán del mismo modo le arranchó el cierre de la mochila -¡Qué te pasa, imbécil!- Juan no necesitó más, abrió la suya, vació su contenido y la colocó sobre el rostro del guachimán cual si fuese una máscara.

El guachimán pugnaba por sacársela, era inútil, dio unos pasos, tropezó, cayó al suelo y postrado como estaba, la mochila fue creciendo rápidamente hasta terminar por cubrirlo del todo, como un sleeping gigante. Los universitarios patearon, saltaron y escupieron la bolsa de morir hasta que dejó de moverse.

Cuando los estudiantes lo buscaron para agradecerle, Juan había desaparecido.

Retornó a su casa en taxi. Quería echarse a dormir un poco y no volver a pensar en nada. En la cama le vinieron unas ganas inmensas de orinar. Subió la tapa del wáter y mientras sonreía de placer, volteó el rostro, la pasta dental continuaba flotando sobre el agua de la batea.

[1] Lingüista a quien los docentes universitarios suelen citar para aparentar sapiencia.

[2] El cacheo de mochilas es una atribución estipulada Capítulo Tercero, Título Uno, del Manifiesto del CIG (Consejo Internacional de Guachimanes), Guachimanes del mundo uníos . . .

domingo, noviembre 26, 2006

CRÍSTAL

Esa noche, Pedro e Ingrid se habían excitado tanto que se fueron. No es que la fiesta hubiese estado aburrida, sino que ellos, ya no querían continuar allí. Sus impulsos juveniles los estaban matando. Un par de salsas bien pegaditas los pusieron como la música manda.

Cerca había un hostal, no dejaban de tocarse durante el camino. Subieron al cuarto, y a penas ingresaron, Ingrid se prendió de Pedro, quien a su vez la tumbó contra la cama con la ropa todavía puesta. Ella empezó a subirle el polo, mientras él introducía sus manos dentro de la parte trasera del jean. No podía resistirlo más, se desnudaron, tiraron la ropa por allí, y hartos de tanto juego de saliva, se los bajaron con un poco de esfuerzo pero rápidamente para que el momento no se perdiese.

Le desabrochó el brassier con un solo dedo, como solía hacerlo en su casa, y dejó al descubierto esos pequeños senos que tanto le alucinaban. Ella se echó, él permaneció encima, besando entre sus senos, bordeándolos, mordiendo exquisitamente sus pezones; ella cerrando los ojos y sonriendo, mientras sus bragas seguían mojándose de conjunción labial. Se las bajó, rozaba sus caderas con aquellas yemas que siempre trataban de buscar el camino hacia la húmeda entrepierna.

Lamía su ombligo intentando no alocarse al percibir el delicioso aroma del sexo de su niña. Con sus dedos descendía el calzoncito, mientras introducía su lengua, entre sus muslos e iba subiendo hasta su clítoris, pasando por sus labios, los besaba, mordía y succionaba mientras ella pedía, con ligeras groserías, que no se detuviese jamás, sobre todo cuando sus dientes la atrapaban y ella movía sus caderas hacia la muerte, dando saltos alocados que mojaban su rostro por completo.

Cómo adoraba permanecer allí, podría haberse quedado toda la vida lamiendo su sexo, pero sabía que si continuaba, ella ya no tendría cabida para lo que le estaba pidiendo a gritos: que se le introdujese. Explotaban de excitación. Él estaba arrodillado entre sus piernas, bien erecto, ella mejor lubricada y con ansias de sentirse llena, lo acomodó atenazándolo con sus piernas, y él pudo bucear a fondo en su laguna vaginal preferida. Ella cerraba los ojos gimiendo entrecortada, él bajaba su cabeza. Ahora le tocaba a sus senos. Iba descendiendo hasta ir jugando entre ambos, con la mano derecha daba suaves masajes a la hermosa, suave y firme defensa de su flaca, y un dedito que se escapaba por allí; ella que subía su nivel de alucinación y se movía desesperada, mientras gritaba y gemía. Apoyó su cabeza en la pared y ahora a dos manos, las cuales bajaron por toda su espalda hasta sus nalgas conforme la penetraba, ella lo ahorcaba, y no iba dejarlo salir, lo quería de por vida en ese mismo lugar, al menos eso le gritaba en aquellos momento en que sus manos le masajeaban por detrás. Ella mordiendo lo que pudiese, gritando mucho, llorando más, cerrando los ojos, abriéndolos en blanco, deseándolo, pero sobre todo amándolo.

Y es que solo en aquella posición sentía amor. Si bien le producía demasiado placer, por la profundidad la hacía sentir suya. No era acariciar sus nalgas mientras la penetraba, sino dibujar una especie de abrazo en pleno acto, y eso aumentaba su excitación, ya que internamente se sentía protegida, que nada malo le podía pasar, que sus constantes peleas eran una tontería, que ni sabía por qué ocurrían, simplemente la penetración, los buenos orgasmos, la explosión que sentía cada vez que apretaba con su vagina ese amado pene que se anclaba hasta el fondo, su agotamiento, todo el cuerpo de ese niño-hombre que la protegía y la alimentaba. Ella dejó de moverse, se puso fría, ya se había embriagado de su liquidez.

La eyaculación de su semental llegó conjuntamente a su vigésimo tercer orgasmo, no es que los contara, pero eso suponía, porque sentía su cuerpo como en un limbo. No sabía si estaba echada en su cama o flotando sobre los dos, quizás había muerto sin siquiera percatarse, por lo menos habría muerto más de veinte veces.

Ambos estaban agotados, respirando muy rápido producto del susto post-orgásmico. Ella se volteó, levantó su pierna y lo envolvió, él extendió su brazo para retenerla. Se volvió a echar con las piernas cerradas, siempre mirándolo, ahora él la estaba cubriendo con las suyas -ámame una hora aunque me jodas el resto del día- esas palabras le hicieron recordar cuántos comentarios hirientes le propiciaba a diario -a veces pienso que solo somos sexo y nada más- Pedro no respondía. Ingrid se aferró a su pecho -las mujeres aunque a veces no lo parezcamos somos más delicadas que un cristal-

Pedro despertó de golpe. Se había quedado dormido, no sabe cuánto, sólo que cuando abrió los ojos toda la habitación mostraba una espesa neblina caliente. Se levantó de la cama y desnudo se dirigió al baño donde esperaba encontrarla. El denso vapor dificultaba su visión. Para cuando Pedro giró la llave, ya se había disipado un poco.

Allí permanecía Ingrid, pero no exactamente ella, lo que vio fue una brillante estatua de cristal que aún conservaba las gotas del agua provenientes de la ducha. Pedro no podía creer lo que sus ojos estaban observando, era una estatua de Ingrid, perfectamente flaca, como era, con sus pequeños senos erectos, su cabeza tirada hacia atrás mirando la regadera, y sus manos agarrando sus cabellos como si los hubiera estado masajeando con shampoo. En su rostro se podía vislumbrar una sonrisa placentera. Al ir bajando, su pequeño pero quebrado trasero lucía firme y parado, sus piernas, una delante de la otra, sus muslos y pantorrillas flacas sostenían su frágil y transparente monumento que irradiaba una luminosidad plateada.

Pedro estaba mudo de la impresión, miraba absorto aquella hermosa estatua de cristal en la que se había convertido su enamorada. Permaneció inmóvil frente a ella durante un rato muy prolongado. Lo único que había empezado a moverse de manera involuntaria era su miembro, el cual se fue erectando lentamente hasta rozar el tibio cristal.

jueves, noviembre 23, 2006

TODO ES PRECARIO
-Cómo que no quieres ser rockero-, -pero Viejo si yo quiero estudiar medicina-, -noooooo, ta bien, pero a la par con la música-, -pero es que me va a quitar tiempo y quiero darle prioridad a mis estudios pe Viejo-, -noooooooo-, -¿qué pasa Pa?-, -no ves que el ser rockero te va a abrir las puertas a todo, vas a poder viajar, tocar tú música, hacer videos, salir en la tele, ser entrevistado y que todo el mundo te conozca, ser famoso, tener una cuentaza en el banco, vestirte con la mejor ropa-, -a la moda-, -mejor que eso: TÚ SERÁS LA MODA, entrarás gratis a todos los clubes nocturnos por el simple hecho de ser tú, y chuparás gratis toda la noche porque te lo cargarán a tu ilimitada tarjeta de crédito, las flacas te buscarán, la gente te pedirá autógrafos, tocarás en los premios Mtv y luego te darán tu lengua, y agradecerás con ese clásico tonito Miraflorino; y en los Grammys y arrasarás con ellos, y dirás: "TE AMO PERÚ"-, -pero Viejo, yo no quiero ser asediado por las calles, pueden raptar a mis seres queridos, no podría ni comprar pan en al esquina-, -eso que lo hagan tus asistentes-, -ves, yo no quiero eso, yo quiero ser alguien tranquilo, con una chamba bacán, pasar mi tiempo en familia, con una esposa e hijos, trabajar y por las noches llegar y jugar con mis hijos, o ayudarlos a hacer sus tareas, pero todo tranki-, -noooooooooooooooooooooooo, ¿qué estás diciendo blasfemo?, no ves que esa es la vida mediocre que todos tienen, con el rock te reconocerán millones de personas alrededor del mundo, y cuando mueras te harán conciertos póstumos y tributos cada aniversario de tu muerte, ¿manyas?-, -pero yo sólo quiero que me recuerden mis hijos y nietos, ser orgullo para ti Papá-, -ya lo eres hijo, pero mejor si te vuelves rockero . . .-, -yo quiero ser médico, así tú no lo quieras-, -¡estás desafiándome!-, -NO, sólo estoy diciéndote lo que siento-, -o sea que tú crees que he gastado tanto tiempo y dinero pagándote escuelas de arte, música, literatura, pintura, para que seas un maldito hombre de ciencia, o sea que yo, hecho un baboso, pensando que mi hijo sería alguien de bien para el arte, que terminaría inmolándose por ello, y sobre todo que SU VIEJO LE IBA A APOYAR EN EL ARTE QUE ÉL ELIGIESE (si es la música mejor), quiere estudiar en una universidad: medicina, pero hijo tú tocas la guitarra que da miedo, tienes unos poemas alucinantes que has hecho canciones, tus dibujos están bravazos, ¿en dónde está ese niño creativo del que me ufanaba ante mis amigos?, hijo no te pierdas estudiando una carrera que a la larga te va a traer tantas penurias, ¿no ves cuántos jóvenes quisieran que sus viejos los apoyasen en su carrera artística?, y se quedan en el camino, porque los quieren mandar a la universidad, lugar donde merman su creatividad, parametrándolos en el común denominador de la masa ignorante, ¿es ahí dónde quieres ir?, yo lo sé, porque yo he estudiado en la universidad, y es un lugar horrible, donde matan tu afán por ser creativo y espontáneo, intentan hacer de ti un “investigador”, por favor hijo, los que enseñan en la universidad, o mejor dicho los que “enseñan”, no son los que saben, son los que no pudieron, no lograron ser algo más que un profesor, enseñar, cualquier imbécil que se lea una lección el día anterior lo puede hacer, peor aún, ni siquiera se podría llamar a eso: “enseñar”, los muy pendejos, se la pasan sentados esperando que uno se equivoque en la exposición, y así la hayas hecho de la puta mare, te buscan la sin razón sólo para joderte, y malograrte el día, porque según ellos: “son perfectos” (sólo porque se han leído un par de libros que nadie entiende y han hecho otro par de ensayos o tesis que nunca nadie irá a leer) ves-, -padre, yo lo voy a lograr, sólo confía en mí-, -hijo, yo lo logré, a regañadientes pero-, -sí Padre, lo sé, pero debo de seguir lo que mi instinto quiere, lo que realmente quiero ser, no lo que tú me mandes a ser-, -Pucha, pero ser rockero es la voz pe hijo-, -lo sé Padre, pero no para mí-

Y diciendo esto él se alejo, veía como caminaba rumbo al horizonte; y se perdía, ya lejos de mi vista. Mi hijo, era un hombre, ya había tomado sus propias decisiones, yo no podría hacer nada, él estaba fuera de mi alcance, mejor dejarlo así, que fuera feliz en lo que había elegido

Luego de un rato de quedarme parado como imbécil en el pasadizo, salió del baño –Ah Viejo me olvidaba, la mensualidad de la Universidad son 1000 lukas al mes-
todo es precario . . . conchetu . . . conchetu . . . conchetumadreee . . .
gracias Rafo Ráez
DEDICADO A TODOS LOS MÚSICOS DE ALMA, CORAZÓN Y VIDA EN SU DÍA PE: 22-11-06

martes, noviembre 21, 2006

I LOOK AT THE WORLD . . .
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Cada vez que escucho los primeros acordes de While my guitar gently weeps de The Beatles, la voz de George Harrison, la guitarra de Eric Clapton (invitado especial) y simplemente los 4 grandes de Liverpool, no puedo olvidar la vez en que vi por primera, única y última vez (hasta ahora, no lo sé) la ceremonia del Oscar de manera completa con mi padre.

Sí, fue la del año 2002, la que premia a las mejores películas del 2001; y sin duda alguna, la mejor ceremonia que he podido apreciar en mi vida. Entre otras presentaciones, la performance del cirque du soleil, dejó impactado a la audiencia al rededor del mundo (en vivo debe de haber sido estupendo) mención aparte se merece el cirque du soleil, quiénes bajo la producción de George Martin han editado este año el álbum "Love" para su show de Las Vegas en base a temas de The Beatles, es excelente. Sin embargo lo que llamó mi entera atención, y no sólo a mí, a mi viejo también, fue cuando llegaron a la sección In Memorian, esa donde hacen remembranza de la gente que de una u otra manera estuvo vinculada con el séptimo arte y ahora debe de encontrarse en otras percepciones.

Bueno, uno de ellos es George Harrison, recuerdo que fueron sólo unos segundos en que pasaron el estribillo más conocido de While my guitar gently weeps y bastó para que el corazón de todos los beatlemaniacos estallase y aplaudiese el breve tributo de la academia para con el Beatle místico, y generalizo “todos” porque se pudo escuchar la emoción con que la gente aplaudió en el teatro y seguro que todos los que estuvieron atentos a la ceremonia, lo hicieron también.

En mi casa, toda mi familia es beatlemaniaca gracias a mi viejo (adoramos todo lo que es Beatles, y sus temas caletas, mucho más). Nosotros presenciamos el momento, mi hermana y yo seguimos al viejo en su emoción, no recuerdo haber visto a mi padre así antes, esa manera de gritar: “!Bravo!” y aplaudir emocionado, nosotros de seguirlo en su júbilo, el que también sentíamos como nuestro, mejor aún con ese tema tan hermoso, y justo la magnífica interpretación en falsete de la parte que hace que no sólo su guitarra llore suavemente, sino nuestros corazones al recordar que George, el experimental, ya no podrá volver a tañer más su guitarra y/o su sítara más que en el recuerdo.

Por supuesto, sólo me refiero a poder apreciarlo en vivo, ya que sin duda alguna él está vivo, al igual que John. Vive cada vez que ponemos algún tema de los Beatles o de su época solista (se asustarían) esa es la manera más fácil de asegurarnos que él seguirá existiendo, porque podrá haber fallecido para la materia, pero para el espíritu, que es música y poesía, jamás (y eso sí que lo sabía él).
Es curioso que traiga a colación el recuerdo de mi padre (él está vivo por siaka, tovía) cada vez que tenga que hablar de los Beatles y en especial de George, y también recuerdo lo que un amigo me dijera hace un tiempo: "oe tío, tu viejo tiene un aire a George" y más cuando le enseñé unas fotos de su juventud -ponle una guitarra y la hace tío-

El 29 de Noviembre del 2006, conmemoramos 5 años en que George Harrison, el Beatle mejor vestido, el que salía con las modelos más bellas, el precursor de la música electrónica, el típico "10" (el creativo que deja que otros se hagan famosos), el activista, el que escondía hashís en sus botas; y sobre todo el más joven de los 4, partiera a encontrarse con John y tocar algo para el Sweet Lord que gustoso los debe de tener por allá, si es que están por allá. . . si es así, si que debe de ser un verdadero paraíso.
DIMENSIÓN

Karen subió al micro, hacía rato que quería largarse a casa, a alguna casa, para encontrar . . . bueno, no encontraría nada interesante, salvo que tenía trabajos por terminar y ver cómo haría para descansar un poco entre la diske-música-punk puesta por su hermana menor en la computadora y los gemidos de su otra hermana haciéndolo con el arriola de su enamorado.

¿Quería realmente retornar a esa casa? Sus padres trabajaban en el extranjero, ellas tres vivían solas desde hacía tres años. No se hablaban a menos que fuera para gritarse y empezar una bronca más; se odiaban o sea nada fuera de lo común ¿Qué le quedaba? Seguirían siendo hermanas para siempre, a menos que su deseo más preciado se cumpliera: Largarse pronto de allí.

Karen continuaba en el micro apestoso donde no habían puesto música tan mala, felizmente el cobrador o el chofer no estaban tan ubicados dentro del común-denominador cultural de su gremio y habían sintonizado Z, de este modo, en el micro de regreso, podría pasear sus oídos con alguno de esos veintiúnicos temas ochenteros de la única radio pasable (y esto es) que sonaba en Trujillo.

Sweetness, sweetness I was only jokin’ When I said I'd like to smash every tooth in your head[1] . . . ¿Por qué me habré colocado tan detrás? ya empieza a subir más gente . . . ta mare, no, cómo me llega eso de frotarme con todos para escapar de este sitio de mierda, aunque la música no está tan mala, pucha ¿cuál es el afán de subir más gente, si todavía estamos en la ciudad?, ¿habla vas?, ¿habla vas?, ¿Acaso te ha dicho que quiere ir?, ¿te ha hecho alguna seña? o ¿es que piensas que al ver tu asqueroso rostro, todas van a querer subir al micro así las lleve al otro extremo de la ciudad solo por la dicha de pasar el rato contigo?

¿Y este pata?, ¿qué está leyendo? . . . Mario Bunge . . . debe de ser cachimbo, siempre les hacen leer eso ¿qué estará estudiando? se nota chancón, debe de ser de esos tipos que memorizan, hablan y no entienden ni lo que exponen ¿en dónde bajará?, ¿y a mí qué me importa donde baje? Quiero sentarme, aunque he estado sentada toda la mañana, y en la tarde también, entonces quiero dormir ¿qué tanta bulla hacen este par? -oe sí tío, te digo que ése won hace dos semanas que sigue sentado-, -¿en el mismo lugar?, ¿y no va al baño?-

Karen llevaba su mochila en la espalda. No le importaba si le llegaban a abrir algún cierre ya que nunca cargaba nada importante, al menos eso creía: una botella de agua sin gas, una bolsa de bizcochos y un libro de Steinbeck.

Ella trataba de aislarse de la bulla, los malos olores y las miradas indiscretas que sabía se dirigían a su jean al cuete (y no solo las miradas). Cerró los ojos unos segundos ¿por qué no se podrán cerrar los oídos cuando uno no quiere escuchar nada?, ¿y la nariz a los malos olores? Como si cerrando los ojos se solucionara, no creo que pudiera cerrar mis fosas nasales sin morir ¿y si lo intento?

La gente subiendo y bajando alteraba sus nervios, junto con la puerta abierta de golpe, el micro acelerando, los colegiales rozándola intencionalmente, el cobrador y sus sabias exhortaciones -a ver apéguese bien . . . al fondo hay sitio . . . pie de derecho . . . dale que no hay tombo . . . a ver pasaje, pasaje pe conchesumare . . .- hasta que en el mismo instante que el micro iba volteando de la avenida España hacia Unión y se acercaba a la Iglesia, previa recargada de gente, y Karen reabría sus párpados, durante esos segundos, todo pareció cambiar.

Nadie se percató hasta que el chofer detuvo el micro de golpe sacando de su estupor a los pasajeros, quienes centraron su mirada en el exterior -pero esto no es Trujillo ¿di?-, -¿en dónde estamos, ah?-, -tranquilos, debe de ser un momento-, -¡Qué momento mierda!, ¡No ves que esto no es Trujillo!- en realidad, podría serlo, nada comprobaba lo contrario.

Los niños entraron en pánico, nadie comprendía lo que había pasado. Por qué la ciudad había desaparecido y por qué ahora transitaban en aquel terreno descampado. Sin árboles, agua u otros seres humanos; ni siquiera luna o sol. No era de noche ni de día, pero todo el lugar estaba iluminado por una claridad vespertina. Sabían que caminaban sobre tierra, o mas bien parecía que pisaban el suelo de tartán de una pista atlética -debemos de organizarnos-, -no, no, primero quiero saber ¡En dónde estamos!-, -eso mismo quisiera preguntarte-, -pero, pero, no es posible, voy a hacer una llamada . . . a ver, a ver, no, NO ¡NO!- el hombre presionó todos los botones -¡¿Alguien tiene crédito?!-

Karen los miraba en completo mutismo -tengo que avisar a mi familia, debo de comunicarles dónde estoy-, -¿pero cómo?-, -yo también tengo familia-, -yo tengo una reunión de trabajo muy importante-, -mi flaca debe de estar esperándome, putamare, ahora sí que se va a asar- abrió su mochila y se sentó a leer alejada del resto y sus problemas.

La gente seguía discutiendo, los niños llorando, los jóvenes buscaban las posibles causas de lo sucedido, pero Karen seguía entretenida con la clásica ironía moral Stenbeckiana -señorita ¿qué está haciendo?- Karen levantó la mirada -¿estoy leyendo?-, -venga que estamos discutiendo sobre cómo hacer para salir de aquí- pero yo no quiero salir, me gusta este sitio, si no fuera porque tengo que compartirlo con ustedes, seres humanos desesperantes, sería perfecto, pero en fin -apóyenos-

Introdujo la novela en su mochila y se vio obligada a atenderlos -hagamos una expedición para encontrar una salida ¿no creen?-, -sí, quizás hayan más personas a la redonda-, -¿y si no hay nadie?-, -¿y la comida?, ¿el agua?, ¿alguien tiene un poco?- Karen odiaba cuando eso sucedía, le llegaba prestar sus cosas y sobre todo que la gente sea tan conchuda de no estar preparada para cuando su micro atravesara un portal hacia otra dimensión.

Sacó su botella de agua, bebió un poco y se lo pasó a la señora que preguntaba por la comida -flakita, luego me pasas a mí pe-, -no, yo primero-, -no ¡Yo!-, -¡Calla huevonazo!-, -¡A quién chucha callas conchatumare que por tu culpa estamos acá!-, -¡Por mi culpa! Mierda, yo solo conducía, si tú . . . -, -¿Conducía? si te hubieses ganado, si tan solo-, -¡CÁLMENSE! no es momento para discusiones sin sentido, debemos hacer algo y rápido-, -¿y los niños? ellos van a sufrir la falta de alimentos y comida- Karen metió instintivamente la mano en su mochila y sacó otra botella -¿flakita tendrás otra?-, -sí, toma- mentía -pero flakita ¿no te quedarás sin nada?-, -para nada mi mochila es la despensa de la tercera dimensión- lo dijo con su natural sarcasmo, pero cada vez que metía la mano en su mochila, sacaba otra botella, y toda la gente empezó a pedirle agua hasta írsele encima. Entonces Karen dejó la mochila donde estaba y se alejó porque odiaba cualquier contacto con desconocidos -¡CALMA!, ¡CALMA!, ¡Más respeto con la muchacha, Carajo!- uno de los tipos, el que tenía ahora la mochila, metió su mano y no encontró nada -esto está vacío-, -seguro que funciona con la mano de la flaca-, -a ver señorita ¿podría hacernos el favor?- sacó otra botella y de paso los bizcochos que había comprado -gracias señorita-, -pero díganos ¿cuál es su nombre?-, -flor-, -¿flor?-, -Flor a Secas- Karen recordó cuando su enamorado le dijo que aquella fue la parte que más le había gustado de esa novela de Bryce. No dudó en llamarse así en su memoria. Al final de cuentas, qué importaba un nombre en aquel lugar.

-Yastá, hemos preparado la expedición, nos iremos a investigar si hay agua, comida, animales, civilización-, -o estamos realmente jodidos-, -eso mismo-

Al menos no tendría problemas, solo quería leer un poco y descansar. Cuando quiso ver la hora, las manecillas no se movían -lo mismo me pasó, y a los demás también con sus relojes y celulares- era el chico que había estado leyendo a Bunge en el micro -este sitio es bien raro, pero al menos tenemos comida y fruta, no sé hasta cuando pero de mi mochila salen manzanas-, -¿cómo te llamas?-, -Juan Manuel Carpio-

A ella no le importó si era o no su verdadero nombre. La pasaron platicando sobre literatura, música, cine -no sé en dónde nos encontramos, pero no puede ser más jodido que el otro mundo, ése de donde venimos- por fin tenía con quien conversar, alguien que no viviera para preguntar: ¡Cómo carajo vamos a salir de aquí! -Flor ¿no te ha pasado esto? Hace un rato terminé de leer a Bunge, en realidad me aburrió y lo guardé en mi mochila pensando en ¿por qué no había traído ese libro de Capote que estaba leyendo en casa?-, -¿cuál de todos?-, -A sangre fría-, -ah, chévere ¿viste la película?-, -no, todavía, quiero leer el libro y de allí comprarla-, -¿y qué pasa con Capote?-, -que en cuanto me hice de la idea que no pasaba nada, veo mi mochila, saco un libro-, -¿A sangre fría?-, -¡Sí!-, -Manya, a ver voy a sacar un libro que nunca haya podido leer, bueno conseguir . . .-, -¿Ulises?- El grito de alegría que lanzó la pareja, llamó la atención de las señoras y sus hijos, quienes pensaron que ya se habían vuelto locos.

Nadie los iba a entender, y no esperaban que lo hicieran. Pasaban leyendo las horas, los días o el tiempo fuese, al final de cuentas, éste no existía. Tampoco dormían o sentían cansancio, lo cual es formidable para cualquier bibliófilo. Quienes sí estaban cansados y desesperados eran los demás, los hombres y las mujeres adultas, los cuales seguían ideando planes de fuga, y sentían los estragos de todo este sin sentido, aunque no envejecían.

Luego comprobaron que no necesitaban comer o beber porque tampoco tenían ni hambre ni sed. Los niños jugaban entre ellos y al terminar, iban donde Flor a Secas (Karen) y Juan Manuel Carpio (¿…?) a curiosear -¿qué leen?- La pareja se mandaba con historias de Saramago, Kundera, Hesse o Camus, entonces los niños llamaban a sus madres y se sentaban en círculo.

Los hombres seguían yendo, viniendo y nunca encontraban la salida; menos comunicación, civilización, vegetación, nada. Andaban exasperados ideando la manera de escapar para no alocarse. Otros pensaban en sus empresas, sus trabajos, sus estudios, todo lo que habían dejado atrás, los demás se lamentaban por haber subido a ese micro maldito -¡Yo sabía que estaba muy lleno!-

Los que no contaban, o sea los niños, continuaban escuchando a la pareja Bryce. Hasta que quisieron leer por cuenta propia, y ésta les pareció la propuesta más interesante que habían escuchado durante su estadía en aquella extraña dimensión.

Uno de los realizadores de la primera expedición (habían sido más de cincuenta) optó por cortarse las venas con su navaja suiza, pero no logró nada, solo se abrió la piel e instantáneamente cicatrizó -es inútil, el chofer intentó romperse la cabeza contra las lunas del bus-, -¿y qué pasó?-, -lo mismo que a ti, se cortó, sangró, pero rápidamente los vidrios regresaron a formar la luna y sus heridas se cerraron-, -debe haber una forma-, -no lo creo-, -quisiera ver televisión, tomar cerveza, fumar-, -eso es imposible-, -¿cómo?-, -ya intentamos que la chica-, -Flor a secas-, -sí, ella, le pedimos que lo hiciera, pero solo salía jugo de frutas o chicha morada, nada de alcohol-, -sin huevadas esto debe ser peor que el infierno-, -o quizás lo es . . . y nosotros no nos queremos dar cuenta-

. . . And now I know how Joan of Arc felt, Now I know how Joan of Arc felt, as the flames rose to her roman nose and her hearing aid started to melt . . .[2]

[1] The Smiths. Bigmouth strikes again. The queen is dead. 1986
[2] Idem.

martes, noviembre 14, 2006

SENTADO

Ellos seguían lateando sin destino a la universidad. Él no tenía clases, ella sí, pero Arturo debía hacer hora hasta recogerla. Cuando se vio solo, optó por caminar un rato. Lamentablemente no tenía libro alguno a la mano para aprovechar y perder el tiempo en la espera.

Se fue a sentar en una de las bancas de aquella plazuela entre la facultad de Económicas y Derecho, cerca de unos árboles donde la leyenda cuenta que una chica se colgó. Entonces se inclinó por aquella banca libre, y le gustó no solo porque lo estuviese, sino porque la de enfrente compartía la misma cualidad.

Descansó un rato, quedándose mirándolas y pensando de igual manera, como cuando se está tan cansado que ni la siesta no cierra los ojos.

Lo que más le gustaba de aquella vista, era que nunca antes había podido apreciarla. La banca estaba situada entre dos tipos de plantas: un arbolito de flores lilas (detrás) y una verde, media marchita (al lado).

Seguía contemplando a la banca y sus dos amigas plantas cuando unos compañeros de su antiguo salón quisieron devolverle al apestoso mundo real. Esperaban que les saludase, sin embargo ni se inmutó mientras se alejaban.

Ellos no eran los únicos que pasaban: una multitud de mujeres, hombres, adolescentes, profesores, colegiales, pre-universitarios, personal de servicio caminaban por ahí. Ninguno se percataba que estaba sentado frente a su camino. Él solo quería seguir con sus pupilas dilatadas observando aquella banca con sus dos amigas plantas; y habría de permanecer allí cuanto tiempo fuese posible.

Arturo pasó la noche entera frente a la banca y sus dos amigas plantas.

A la mañana siguiente, seguía moviéndose sin hacer nada. Eran las siete. La muchedumbre volvió a pasar por su delante, sin reparar en aquel tipo de casaca azul y pantalón más azul que había pernoctado sentado a la intemperie con los ojos abiertos.

Los estudiantes seguían su camino. Nadie había percibido al joven de la mirada clavada en su desinterés. Ellos tenían mucho que hacer antes de preocuparse por aquel -vago que no sabe que el tiempo es valioso como para perderlo sentado mirando sabe Dios qué-

A media mañana, se le acercó una chica. Había realizado una apuesta con sus amigas y no paraba de reírse. Esta consistía en joder a ese huevón que estaba sentado allí sin inmutarse -debe de estar drogado- Arturo hacía caso omiso a la bulla que emitían las cuatro chicas peruanas. Entonces, la seleccionada, se le acercó entre risas -amigo ¿te puedo hacer una pregunta?- Arturo no volteó -te pregunto que ¿qué tienes ahhh? . . . ¿amigo? . . . ¿no me escu . . .?- cuando las vio, sus ojos irradiaron una luz orgásmica, no tardó en caer sentada, mirando aquella banca y sus dos amigas plantas.

Lo mismo sucedió con su grupo de amigas, quienes no necesitaron más que ver aquello señalado por la pareja en su perplejidad para comprender lo que jamás habían estado esperando. Los siguieron en la contemplación.

La gente empezó a sentir mucha curiosidad por aquel grupo de jóvenes que miraban hacia algo que ellos no podían comprender. En un comienzo únicamente echaban un vistazo y seguían su camino; luego vinieron más y más sapos ¡Croac! llamados por la muchedumbre. Un profesor trajo a un guachimán para disiparlos. Empero, nadie se movió de donde estaba Arturo y las muchachas. El profesor y el guachimán no sabían cómo actuar al respecto -hijo ¿qué sucede?, ¿por qué no te vas a tu casa?, ¿tienes problemas?- no necesitó más que voltear la mirada para poner su trasero en el sucio y plomo piso.

La gente sintió miedo, así que algunos prefirieron largarse. Otros se quedaron para tratar de descifrar el enigma. Solo unos lo lograron, entre ellos el guachimán.

Al otro día, ya eran como quince personas las que estaban sentadas sin contar a Arturo. Las madres de las chicas acompañaban absortas a sus hijas. Era algo sin precedentes, todos con caras idas, observando la banca y sus dos amigas plantas. Se acercaban conjuntos con guitarras a interpretar temas alusivos, porque pensaban que existía mucho misticismo en aquel grupo de personas de ojos imparpadeantes sentadas en la mitad de la plaza de su universidad.

-¿Ése de allí fue el primero?, ¿quién es, ah?-, -los Beatlemaniacos le llaman Nowhere Man-, -los trovadores, El hombre que quería ser un árbol-, -¿y cómo le dicen los demás?-, -pobre y triste huevón- como había mucha gente y obviamente música en rededor, tampoco escasearon los vendedores de papitas, golosinas, chicles, cigarrillos, caramelos, toffee, menta y fósforos. La infaltable prensa dijo presente, y en plena transmisión en vivo para todo el país, no se explicaron por qué el camarógrafo empezó a enfocar a la banca y sus amigas las plantas.

A pesar de aquel tan obvio suceso, los espectadores no daban con la causa de tanta contemplación. Así que de a pocos los dejaron tranquilos y se retiraron, incluyendo a quienes, si bien se sentaron voluntariamente y lo intentaron, no lograron nada más que un doloroso adormecimiento de nalgas.

Nunca hablaban ni se movían, siempre observaban a la banca y a sus dos amigas plantas. A las 3 semanas eran treinta y cuatro personas, sin contar a Arturo. Había de todo tipo: rico, pobres, enfermos, sano, profesionales, estudiantes, hombres, mujeres, homosexual, comunistas, empleada del hogar, poeta, matemáticos e historiador. Unidos frente a su goce estático.

La única diferencia era que para aquel entonces, ya a nadie les interesaba, los tomaban como una noticia pasada y aburrida. Se había tornado tedioso verlos todos los días paralizados frente a lo incomprensible -¿y qué te parece?-, -la vida continúa, si te llama, anda, sino, bueno, siempre hay otras cosas para hacer ¿no?-, -¿como vivir?-, -sí, eso mismo, y estudiar y trabajar-, -ah, tú también vives en el mundo real-

Llegado el momento, ninguno de los cuarenta sentados volteó la vista hacia Arturo cuando éste se iba desvaneciendo, pero de a pocos, como si demorase en cargar, hasta que únicamente quedó la banca en donde solo él y nadie más que él, se había sentado durante aquel lapso.

Ellos seguían admirando a la banca y sus dos amigas plantas . . .

domingo, noviembre 12, 2006

LOS CAPÍTULOS OLVIDADOS DE "SHE IS"
Recuerdo la primera vez que le canté algo propio, y claro algo que no tuviese groserías o el típico argot teenager. Estábamos en el techo de su casa, mirando a la gente que salía llorando del hospital, algunos por muerte otros por vida, cuando empecé a tañer unos acordes muy a lo Travis, y desde el fondo de mi garganta Carmela, interpreté alguna cursilería que no valdría la pena colocar porque ni estaba en inglés, ni era un cover de temas antiguos en la memorable voz del F. Lo curioso pasó cuando, no sé ni cómo, ni porqué, ella, de estar mirando a la gente, tornó a moverse de una manera tan sensual que podría haber utilizado capo traste en aquella canción, y todo gracias a que la segunda estrofa en vez de ser la aburrida continuación de la primera y su coro, terminó transformándose en un reggae-skaneado de letra pegajosa –me gusta esa canción- vaya recién en la parte improvisada me dices algo, y de allí volvió a su coro normal, fusión de balada: post-grunge / brit-pop / noventera.

Cuando ella se me acercó muy estimulada por la música, ah “Otaner”, tú si que la sacas de su árbol, me dio un largo y apasionado beso, el cual retribuí choteando a mi buena y fiel compañera en la soledad, no, mi mano no, mi guitarra pe tío –me gustó mucho esa canción-, -¿y eso?-, -es por ser así de lindo, no dirás mucho directamente, eres tímido, lo sabes, todos los músicos lo son, tus sentimientos te los guardas para tus canciones, y eso, eso vale más que mil poco-floros- wau, Ay mi Carmen tú sí que me conocías a la perfección y le dije sonriendo –eres una m. . . -, -soy una mierda, pero ¡cómo haces que esta mierda se tiemple cada día!- My, my baby blue, Yeah, I've been thinking 'bout u, My, my baby blue, Yeah, you're so jaded, And I'm the one that jaded u

-Oe Carmen tienes algo para el chukake-, -en el cajón de mi cómoda creo que debe de haber-, -a ver- wazu cuántas pastillas, puta mare, ta qué pepera es esta ona, pucha, noo, a ver, a ver, no jodas, Diazepam, Valium, Diazepam, Valium, Valium, Diazepam, ¿Prozac? y de la wena ¿qué pasa aquí a ver? –óooyeeme mamita- le agarré de la muñeca -¿qué tienes oe? duele-, -¿qué chucha es esto?-, -mis pastillas ¿qué mierda haces buscando mis cosas?-, -no he estado buscando nada, sólo quería unas aspirinas pero ¿de qué se trata todo esto?-, -déjalas donde estaban ya-, -ah, no mamita, no pasa nada ¡me das toda esta mierda, ahoraa!-, -¡suelta mierda!- la empujé contra su cama –¡maricón!, ¡quién chucha te crees oe, no eres mi viejo!-, –¡estás webona!, ¡no ves que esta webada te caga el checo!- seguía en su cama mirándome con odio –¡DE-JA-MIS-CO-SAS!- gritó exasperada –flakita, es por tu propio bien- empecé a meter todas las cajas en mi mochila, excepto claro las anticonceptivas, y las del día siguiente y mis Durex ¿oe qué? yo no compré ribbed –no me jodas- se puso como histérica y forcejeó para quitarme la mochila, y al hacerlo se iban cayendo todas de a pocos –¡dame mis pastillas!- se había puesto como loca –¿sabes qué?, ¡VETE A LA MIERDA! no sabes que esa webada es la que te pone como zombie, cada mañana, ¡cojuda! no ves que no me gusta verte así ¡como una drogadicta de mierda!-, -¡cálla huevonazo que tú no entiendes nada!-, -no ¡tú no entiendes nada pendeja! no sé quién chucha te ha dicho que esa webada es la solución- me miró con odio y me arranchó la mochila –todos tenemos problemas manyas pero-, -puta ¿tú qué sabes huevón?-, -sé tanto como para decírtelo-, -calla mierda, tremendo fumón y me vienes a decir que no me drogue-, -la marihuana es tranki, con esa webada no pasa nada-, -ay sí, acaso yo me meto con tus gustos-, -mierda que no sabes que esa webada son químicos, que la marihuana es nátural, puta que tú eres la ignorante de mierda que no sabe nada, puta mare ¡no quiero volver a ver esas cojudeces por acá!- cogí un puñado de pastillas y las tiré por la ventana –¡me entendiste mierda!-, –nooo, nooooo- salió corriendo para intentar alcanzarlas, pero la contuve por la cintura –¿qué mierda haces?- nos caímos al piso –tú no entiendes, tú no entiendes nada mi “Otaner”, no entiendes nada- me golpeaba hasta cansarse y abrazarme llorando –te entiendo y sé que pasa- me miró con sus ojos hinchados -no, no lo sabes, no sabes nada- . . . I'm not afraid, of anything in this world, there's nothing you can throw at me, that I haven't already heard, I'm just trying to find, a decent melody, a song that I can sing, in my own company . . .

-Oe flaca, ese 'on del Javier me ha dicho pa ir al tono del “Chato-mario”-, -¿y quién chucha es ese ’on?-, -El Javier pe-, -no mierda, hablo de ese “Chato” maricón-, -“Chato-mario”-, -igual da-, -es un chato, que sí es medio cabro, pero buena gente, para qué el pata, el chatito-, -tiene plata ¿di?-, -seee-, -sangrones de mierda-, -ja, ja, ja-, -si no tuviera plata, lo discriminarían seguro, porque tú y el Javier, son unos tremendos . . .-, -oe, bah, bah, bah ¿no era que te gustaba ese ‘on?-, -ojo que una cosa es que me guste, su físico, su floro, pero de allí, a más, me parece un pobre y triste imbécil, es más creído-, -bueno eso sí, y veo que recapacitaste, pero no me vas a negar que es un cague de risa-, -ah no eso ni hablar, ahora tú lo defiendes- hice como si no hubiera escuchado eso -puta que te contó de la vez que lo encerramos al auxiliar en el ñoba con candado-, -ahh, si, si, ja, ja, ja, que wina-, -y esa fue idea suya, ah, o cuando nos orinamos en la jarra de chop que iba pa los de quinto- luego más seria -¿y nadie se ha burlado de él?-, -no, que yo sepa, ese ‘on lo haría desaparecer del planeta- See myself in the pouring home, see the light come over now, see myself in the, pouring rain, I watch hope come over me -sólo déjame jugar y verás- . . . yeah, yeah, here we are now, going to the east side, I pick up my friends and we start to ride, ride all night, we ride all day, some may come and some may stay . . .

Recuerdo la vez en que Carmen me invitara a comer a su casa, y su vieja me mandó a comprar la lechuga (de la cual, no tenía la menor idea de cómo era cuando estaba buena o no, y maldije la hora en que no presté atención a mis viejos quienes me comentaron que tu tío, o sea mi hermano hacía el mercado con tu abuela, la tuya, y por eso él sabe elegir muy bien, y no le pueden engañar) el caso es que compré cualquier porquería verde, al fin y al cabo, yo no solía comer lechuga, algo que se convirtió alguna vez en una bendición ya que fui el único de mi familia que no se intoxicó, una vez que la empleada lavó mal la susodicha para la ensalada, al menos yo no terminé ocupando el baño más que las veces regulares –de entrada, su Ocopa-, -wazu gracias- carajo qué mierda esta cosa verde . . . ¡cómo pica esta webada! ta mare odio el picante –joven ¿le gusta la Ocopa a usted?-, -oh, sí claro, si está deliciosa, por su puesto ¡qué rico!-, -Renato, la he preparado yo-, -oh sí, deliciosa como tú-, -¿cómo dice joven?-, -no, que me como sus cabellos, digo como sus cabellos-, -¿cómo?- sabroso, je, je, je -digo- mierda la estoy cagando, ta mare –eso sí, no hay lechuga-, -disculpe señora es que no sabía cómo . . .-, -no te preocupes hijo, de los errores se aprende- si pues espero que su hija aprenda pronto a medir el nivel de rocoto, pa mí que lo ha hecho con segunda la vivaza –¿y te gusta? pero de verdad, ah- puta pero que pendeja es esta 'ona carajo –no, sí, ta bien rico-, -a ya porque en el segundo también he intervenido yo- nooooo, por favor, NO, bueno, pero mientras no le hayas echado Campeón en vez de pimienta . . . una de dos, si esta flaca no me revienta la próstata, me caga el hígado. Al final de cuentas el cabrito, no estuvo tan mal –si quiere puede repetir joven-, -no, gracias, señora ha estado muy rico- y luego –ahora de postre un poco de frutas para atenuar las grasas- azu mare ¿postre? -ya, no, gracias, paso- ta que me han visto o muy flaco o muy gordo, no sé, espero que lo primero -hay hijos, yo los dejo, porque tengo una reunión en el colegio, cuidas a tu hermanita, ya-, -sí mamá-, -se quedan al cuidado de la casa, bueno chau-

Ahora sí más relajado –mira he traído unos videos-, -espera que traigo unas naranjas- nos sentamos a ver el concierto de Eminem, ella trajo un par, muy aparte de los limones –oe y el plato-, -¿plato? ja, ja, ja, no me digas que también quieres un cuchillo-, -si-, -yo lo como así nomás- y con sus caninos empezó a desnudar a la naranja-naranja –¿no te pica?-, -no, a ver espera, que le traigo su cuchillito y tenedor a la señorita nice-, -no me jodas, sino que luego me pican los labios y aparte no me gusta enmelarme todo-, -ay sí tú- respondió a mis exigencias y empecé a partir la naranja en 4/4, mientras escuchaba toda la joda que me hacía –si te viera Eminem, apuesto que improvisaría algo que te dejaría en más ridículo del que ya estás- viéndolo desde este punto, sí. Lo peor, o quizás lo mejor, es que no pude evitar que una avalancha de gotas empapase mi cuello –caaraajo, esta naranja- situación que a Carmen no le fue indiferente, pensaba que se iba a burlar, pero se acercó a mí, me agarró de los cabellos, dirigió mi cabeza hacia el techo y empezó a lamer por todo mi cuello, qué rico se sentía el ser acariciado por esa lengua dantesca, que describía esos singulares círculos concéntricos que hacían bombear sangre rumbo a mi entre pierna, de pronto se detuvo, me miró con su ya conocida sonrisa, se levantó el polo, me mostró sus hermosos senos, y fue chorreando su naranja por su par de cerritos, me arrodillé entre sus piernas y me abalancé sobre ellos; dejé que mi instinto fluya, qué delicia la de mezclar zumo de naranja con su sudor, y sí que tenía razón Dios: “comerás el pan con el sudor de tu frente”, pero no comí pan sino de la fruta prohibida, y no del sudor de la frente, aunque sí del frente, y qué ingeniosa mi flakita, ahí en su mueble, donde las primeras acciones se suscitan, le subí el vestido y le bajé el calzoncito de osito panda, mi lengua salió a bailar entre sus piernas, y yo sentir sus manos arañando mi cuero cabelludo, sus gemidos gregorianos, y cuando ella me lo pidiese, mi falo siempre ávido por jugar a las escondidas dentro de su cuerpo, -ya, ahora- era el turno para que mi cabeza juegue con esos, sus labios, y ella me ahorque con su ligereza rosada, no me permitiera salir jamás –ni se te ocurra, no, no, no, si, si, siiiiaa, te-mmo- mientras mis labios seguían succionando sus dos hitos sobre dos suaves lomas y blancas, y mis manos masajeando y dirigiendo su parte trasera al ritmo de, de, de, ehh. . . And I am, whatever you say I am, If I wasn't, then why would I say I am?, In the paper, the news everyday I am, Radio won't even play my jam, Cause I am, whatever you, say I am, If I wasn't, then why would I say I am?, In the paper, the news, everyday I am, I don't know it's just the way I am . . .

One night in a disco, chillin' with my friends, feelin' kinda low, I was sitting on a fence . . . En la jato del “Chato-Mario” . . . siempre hay tono. Lo mejor era que sus viejos viajaban mucho y lo dejaban a cargo de su hermana mayor, quien aprovechaba para quitarse al depa de su novio y pernocchar ahí –una con una pe mi querido Renato-, -Veste “Chato-Mario”-, -oe manya que te presento a una amiga: Carmen-, -hola-, -hola-, -me han hablado mucho de ti-, -ala qué miedo-, -no, pero no te preocupes, no es nada de malo, vacílense, ya sabes Renato cómo es-, -sí, no te preocupes, yo le explico-, -tengo que atender a los demás invitados, permiso- bueno la entrada al tono, previa invitación, tenía dos vías, o bien portarse con la chancha o traerse un trago, por mi parte, yo no pagaba entrada, ya que el Javier me cubría esta vez –mira el primer piso es pa los baila’ores, y los que quieren chupar, el tercero es pa los lanza’ores, ahí siempre aterriza mi nave-, -¿y el segundo?-, -ese es pa las parejas-, -ah ya-, -están los cuartos, los quintos y los sexos-, -y allí es donde el Javier me espera-, -sip-, -bueno, será mejor que suba entonces-, -te acompaño-, -no . . . déjame jugar. . . sola- . . . I feel - so high, dancing - all night, you blow - my mind 'cos you're - so fine . . .

Honestamente considero que tengo un falo standard, lo malo es cuando hace frío o me emborracho demasiado ya que no pasa nada con el mismo. Carmen llegó a ganarse de mi debilidad y simpleza cuando una tarde no coloqué el cerrojo a la puerta del baño y no sé si lo había hecho a propósito o por inercia, el caso es que abrió y me vio, aunque sinceramente, no debe de haber visto casi nada, bueno vamos, no estaba tan pequeño tampoco. La joda llegó cuando su madre que había venido del mercado –a ver Carmen, invítale unos manís al joven- me miró y se echó a reír, tanto que le salieron hasta lágrimas, yo puse una cara de palteado, pero asolapada nomás con una sonrisa piolín, aug, solito caigo caaraajo.

Esa noche Javier estuvo tan feliz, que chupó como si hubiese clasificado al mundial, realmente no sé por qué pero le hacía feliz el saberse ganador del "sí" de Carmen, es que muchos deseaban ello, algunos habían logrado una noche de agarres, pero jamás se conocía que hayan "estado" con legalmente con ella, porque Carmen era muy difícil y muchos patas le tenían un respeto que lindaba con el miedo -no 'on de agarres no se pasa con esa flaca, porque hoy agarra contigo y mañana . . .- ahora el temido y respetado Javier podría jactarse de eso, y adornarlo aseguraría una muerte muy dolorosa. Yo también, no puedo negarlo me la pasé chupando esa noche, y para ponerme suave, un par de tronchos, es que no podía creer cómo esa ona le había dado el "sí" a tremendo idiota, y encima el muy baboso, con segunda, lo sé, viene y me agradece, pendejo, yo sé que tú sabes, caaraajoo ¡me quiero quitar de este bullicio de mierda! –“Otaner”-, -Carmen-, -oe, ¿qué haces allí?-, -nada, hueveando, tratando de ver algo de tele-, -¿los teletubies?-, -ahh, no, no taba haciendo zapping- se sentó en la cama, a mi lado –¿y el Javier?-, -abajo, chupando, con sus “patas”-, -ah-, -¿y por qué no estás abajo?-, -no, puta que esa huevada no me vacila, yo prefiero lanzar-, -sí pero tas con un tufaaazo-, -no, ja, ja, ja, ap- me está besando, en verdad ¿estamos agarrando? ta que rica lengua, será bueno acariciar sus senos, fácil que se paltea, estuve levantando mi mano izquierda rumbo hacia su pecho derecho, pero me contuve, no, mejor no, aun así, al parecer ella se ganó, carajo esta ona se gana con todo, y dirigió mi mano hacia su seno, siempre por encima de su ropa, continuamos besándonos, cuando estábamos por echarnos –ta mare con estos ones, ensuciando mi baño y el de mis viejos espero que no esté tan . . .- volteamos y el “Chato-Mario” sonrió, cerró ambos ojos y luego nos lanzó una mirada compresiva, terminando por volver a cerrar la puerta, alcanzamos escuchar un –flacas, saben qué, a mis viejos no creo que les vaya a gustar . . .- One more time... One more time, We gonna celebrate, Oh yeah, all right Don't stop dancing, One more time... One more time, We gonna celebrate, Oh yeah, all right, Don't stop dancing . . .

Road trippin’ with my two favorite allies, Fully loaded we got snacks and supplies . . . Recuerdo como inició la tarde más hermosa que pasamos, nos habíamos sentado en su azotea a lanzar. Su vieja estaba en una reunión, su hermana, durmiendo en su cuarto, con la skan en su punto y el sol de media tarde no quemaba sino que dejaba pasar una fresca brisa que se llevaba los cabellos de Carmen, y un poco los míos en diferentes direcciones, pero siempre hacia el oeste. Ella se echó sobre mi panza, le acaricié los cabellos, se le notaba tranquila, cerró los ojos, y se acurrucó en mi pecho, cómo me gustaba enredar mis dedos en sus cabellos –te los voy a orquillar-, -no, tú haces que ellos estén sanos- ¡qué paz se sentía aquel jueves por la tarde!, algo que no había vivido jamás con nadie –yo tampoco- ella me había salvado, tú me has salvado "Otaner". . . just a mirror from the sun, Just a mirror for the sun . . .

Cuando empezó a correr más viento, y por consiguiente a hacer un poco de frío, tábamos con ropa de verano -vámonos al mueble pa' ver que están dando en Mtv-, -sí, ya empiezan los 10 más pedidos y quiero grabar el video de Coldplay-